“Supertanques”... ¿se enfrentan a la extinción estos ‘monstruos del mar’?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Irlanda
LA PRIMERA travesía del Olympic Bravery no duró mucho... tan solo unas pocas horas. Este enorme transportador de petróleo en bruto encalló en las rocas frente a la costa de Bretaña, Francia. La nave había sido un problema doble para sus propietarios. Este ‘monstruo de los mares’ no solo naufragó antes de ganar dinero alguno, sino que también se hizo anticuado antes de efectuar un solo día de trabajo. En esta desastrosa travesía, el Olympic Bravery estaba destinado a ser retirado del servicio, uniéndose a muchas otras naves en redundancia prematura.
La lamentable condición del Olympic Bravery simboliza bien las dificultades que afligen a una moderna clase de buques que debido a su tremendo tamaño han recibido el apodo de “supertanques.” Cuando se les empezó a construir, muchos consideraban que los supertanques eran un modo ideal de transportar las inmensas cantidades de petróleo en bruto que requieren las sociedades industriales modernas. Inicialmente se invirtieron enormes sumas de dinero en su desarrollo y perfeccionamiento. Pero últimamente, los astilleros que renovaron sus instalaciones para construir estos barcos hallan vacíos sus libros de pedidos.
Vista de cerca de un supertanque
Lo invitamos a unirse a nosotros en el astillero de Belfast para observar un nuevo supertanque, el Lima, que está en las etapas finales de construcción. Al construir buques como el Lima no se apegan a la tradición de los barcos elegantes. Tienen una apariencia brutalmente funcional. Los costados del Lima son completamente verticales, las proas redondeadas en un semicírculo amplio, en vez de terminar gradualmente rematadas en punta. La nave termina con una “nariz” o protuberancia bulbosa que normalmente queda debajo del agua. Este rasgo le facilita pasar a través de los mares. Los supertanques no cortan o surcan las aguas sino que se abren paso batiendo o golpeando el mar.
Al pararnos junto a esta nave, su estribor (el costado derecho) se eleva imponentemente como un acantilado de acero, de 24 metros de altura. La altura total, desde el nivel de la cubierta hasta el nivel de la quilla, es de 29 metros, y su longitud de 352 metros... ¡más de la tercera parte de un kilómetro! Aquí en la popa podemos ver que hasta la hélice es de tamaño gigantesco. Tiene más de nueve metros de diámetro y pesa 60 toneladas.
Al subir al nivel de la cubierta, nos enfrentamos a una desconcertante maraña de tuberías, válvulas y tomas de agua. Estas se usan para cargar y descargar el petróleo, y con propósitos de servicio y seguridad. La cubierta, que tiene una anchura de 55 metros, se inclina levemente a partir del centro. En total es lo suficientemente grande como para contener 60 canchas de tenis. De hecho, la cubierta está formada de los techos de cada uno de los tanques de almacén de la nave. Cada tanque tiene una escotilla de inspección. Al mirar en el interior de uno de los tanques, no podemos ver el fondo del barco, pues éste queda tan abajo que se pierde en la oscuridad de las sombras.
En la parte trasera del buque tanque, sobre la cubierta, está una estructura de seis pisos que aloja los cuartos de control, camarotes, una piscina de natación y otras comodidades. El puente de navegación en el piso superior se extiende por toda la anchura del buque.
Se describe el Lima como una nave de 330.000 d.w.t., literalmente “toneladas de peso muerto.” Esto significa que tiene una capacidad de carga de 330.000 toneladas. (Cuando el Lima entre en servicio, casi todo este espacio se llenará con petróleo en bruto.) Esa cantidad de petróleo en bruto equivale más o menos a 382 millones de litros.
A medida que contemplamos el Lima, nuestra mente se dirige al futuro incierto de los supertanques, los objetos movibles más grandes que el hombre ha hecho. ¿A qué se debe que los “milagros” tecnológicos de los años sesenta se hayan convertido en los “dinosaurios” de los años setenta? Para responder a esa pregunta, pudiéramos examinar cómo y por qué se desarrollaron estos supertanques.
Desarrollo de los supertanques
Supertanques como el Lima son un concepto muy nuevo de embarque. La idea misma de transportar petróleo no es muy antigua, pues fue solo en los últimos cien años que el petróleo comenzó a surgir como un combustible importante, desde la invención del motor de combustión interna. Inicialmente el petróleo se embarcaba en barriles de madera en naves ordinarias como parte de la “carga general.” Entonces, en 1886, se echó al agua el primer barco tanque o “tanque” especialmente construido, el Glückauf, de 2.300 d.w.t. El tonelaje aumentó muy lentamente. Para la I Guerra Mundial los tanques habían alcanzado la capacidad de 8.000 toneladas; para la II Guerra Mundial se habían construido tanques de 16.000 toneladas. Durante los siguientes diez años los tanques crecieron a 30.000 d.w.t. La escena ahora estaba preparada para el dramático adelanto hacia la era de los supertanques, a la vanguardia de la cual estuvieron los constructores de buques japoneses.
A principio de los años sesenta, se construyó el primer tanque de 100.000 toneladas. Desde ese entonces, los tamaños aumentaron tan rápidamente que las marcas nuevas eran sobrepasadas tan prontamente como se establecían. Hasta la fecha, los mayores supertanques son de aproximadamente 500.000 d.w.t.
Los diseñadores tienen planes para naves aun más grandes. El muelle de construcción del astillero de Belfast pudiera encargarse de un tanque de 1.000.000 de toneladas. Parece que las únicas restricciones a los aumentos en tamaño son la fortaleza de los materiales de construcción disponibles y la escasez de puertos lo suficientemente profundos para permitir la entrada de barcos tan inmensos.
Pero, ¿por qué se desarrollaron los supertanques? ¿A qué se debe el inexorable impulso por construir buques cada vez más grandes?
Razones para desarrollo
El motivo fundamental es el DINERO. Muchos de los multimillonarios del mundo han acumulado gran parte de sus fortunas especulando sobre los supertanques. Las compañías petroleras afirman que el costo de muchos productos de petróleo se ha mantenido a un nivel bajo debido a la introducción de estas naves colosales. ¿A qué se debe esto? La Encyclopædia Britannica hace notar que el “costo de la transportación disminuye a medida que aumenta el tamaño del buque. El costo por unidad de transportar petróleo en un tanque de 200.000 toneladas es 25 por ciento menor que en una nave de 16.000 toneladas.” (Edición de 1986, Macropædia, tomo 16, pág. 689) Hay varios factores responsables. Sea cual sea el tamaño del tanque, el tamaño de la tripulación varía poco, y, por tanto, los salarios que se pagan son aproximadamente iguales. Además, a una velocidad dada, un barco largo se mueve a través del agua con más facilidad que uno corto. Así es que, el tamaño mismo de los supertanques contribuye a reducir sus requisitos de energía y, por consiguiente, la cantidad de combustible que se usa.
El crecimiento en la demanda de productos de petróleo también dio ímpetu al auge de los supertanques. En los años treinta, aproximadamente 75 por ciento de la necesidad de energía que el mundo tenía se satisfacía por medio del carbón. Para los años cincuenta, el péndulo estaba oscilando a favor del petróleo. Rusia y sus aliados han podido satisfacer sus necesidades de sus propios depósitos, pero Europa occidental y el Japón dependían casi enteramente del petróleo importado, el cual venía principalmente de los Estados árabes. Entrados los años setenta, hasta la América del Norte, que anteriormente había sido autosuficiente, se vio precisada a importar petróleo.
Esta siempre creciente demanda requería una flota de tanques para transportar petróleo de los sitios donde lo hay en abundancia, especialmente alrededor del golfo Pérsico, a través de miles de kilómetros de océano a los países consumidores de petróleo. A principios de los años setenta, la demanda mundial de petróleo estaba creciendo cada año a razón de entre 7 y 9 por ciento. Por consiguiente, se hizo necesario un crecimiento paralelo en el tonelaje de los tanques. Los supertanques satisficieron esa necesidad.
Súbito trastrueque en el auge
Entonces, al fin de 1973, los Estados árabes introdujeron un embargo en la exportación del petróleo. En cuestión de semanas el precio del petróleo del Oriente Medio se había cuadruplicado, lo cual aumentó las entradas para los productores pero también produjo un efecto contrario en el crecimiento rápido de la demanda. En algunas zonas la demanda había aumentado hasta 10 por ciento al año.
Hasta que ocurrió este sorprendente trastrueque, se había dado por sentado que habría una alza constante en la demanda del petróleo. Con esta base, se habían pedido y se estaban construyendo muchos supertanques a fin de hacer frente al crecimiento que se esperaba. De súbito, la flota de tanques del mundo se hizo demasiado grande para la demanda menguante de petróleo. Los barcos que aún no se habían terminado sencillamente aumentaron el exceso, y esto empeoró aun más la situación. Por todas partes del globo terráqueo se estaba retirando del servicio activo a los supertanques. Siempre que era posible se cancelaban los pedidos para nuevos tanques.
Otros problemas
Estos problemas económicos no son las únicas dificultades a las cuales se han enfrentado los supertanques en su breve historia. Algunas autoridades creen que la velocidad del adelanto tecnológico al diseñar estas naves gigantescas ha sobrepasado la habilidad para tratar con los posibles peligros.
Un sobresaliente peligro técnico es el de las explosiones. El residuo de petróleo que queda en los tanques del barco se evapora en gases después que la carga principal ha sido descargada. Estos gases pueden inflamarse fácilmente a menos que se tomen precauciones especiales. Por lo general, la probabilidad de explosión aumenta con el tamaño del tanque. Después que tres supertanques hicieron explosión en diciembre de 1969, se introdujeron nuevos métodos para limpiar los tanques. Se pensó que el expulsar los gases explosivos con los gases inertes (que no son volátiles) del escape de los propios motores del buque sería la solución. Pero entonces, el 29 de diciembre de 1975, el Berge Istra, un supertanque que usaba técnicas que se valían de los gases inertes, estalló.
Otro problema está relacionado con la navegación de los supertanques. Debido a su tamaño y forma, son difíciles de maniobrar con exactitud, y se requiere bastante tiempo para detenerlos completamente.
El “calado” o profundidad por debajo del agua de algunos de los inmensos tanques es tan grande que pocos puertos del mundo han podido darles servicio. En algunos lugares, como en el Estrecho de Dover, los supertanques pasan solamente de 30 a 60 centímetros por sobre el fondo del mar. A menudo estas naves gigantescas tienen que descargar en puertos especializados de aguas muy profundas, como la bahía Bantry de Irlanda.
Se están expresando temores considerables con respecto a los peligros de contaminación que ofrecen los supertanques. Los choques y encalladuras, que son difíciles de controlar, pueden resultar en un derrame de tremendas cantidades de petróleo. Cuando el Torrey Canyon encalló en Land’s End, Inglaterra, en 1967, derramó sus 100.000 toneladas de petróleo en bruto en el mar, lo cual hizo estragos en los animales acuáticos y las aves. Kilómetros de costa quedaron contaminados. Este desastre impulsó a los técnicos a discurrir mejores métodos para las operaciones de limpieza después de accidentes en el futuro. Aparte de tales desastres, muchas autoridades se interesan profundamente en el daño desconocido que se está haciendo a la delicada ecología de los mares debido a los millones de toneladas de petróleo que por accidente o descuido se derraman todos los años.
El vaivén de la fortuna de los supertanques ilustra muy bien la naturaleza caprichosa de los asuntos humanos. Por el presente los planes para desarrollar estas naves están encallados. Algunos han predicho la “muerte de los dinosaurios del océano.” En el transcurso normal del tiempo la actual flota mundial de supertanques se desgastará. Aunque en la actualidad un gran signo de interrogación cuelga sobre su futuro, solo el tiempo podrá revelar si estos ‘monstruos del mar’ sencillamente están invernando más bien que extinguiéndose.