¿Por qué es ésta una ‘generación insegura’?
“DEBIDO a que hay un sentimiento oculto de temor, la gente quiere creer en cierta clase de fuerza controladora que esperan que cuide de ellos.”
Al informar estas palabras de un estudiante de la Universidad de Oxford, The Sunday Telegraph de Londres de abril de 1978 reveló un inesperado aumento de participación religiosa entre los estudiantes. Esta tendencia, tan fuera de armonía con el extremo envolvimiento político de los años anteriores, manifiesta lo que el periódico llama “las incertidumbres de una generación insegura.”
En una edad de prosperidad sin paralelo tal situación es un poco paradójica. Es semejante a una casa construida de naipes, brillantes y llamativos, pero delicadamente apilados y destinada a desplomarse. La gente percibe esta inestabilidad. ¿Qué hace que esta actual generación se sienta tan “insegura”? ¿Es posible determinar la fuente de este ‘sentimiento oculto de temor’ . . . y vencerlo?
El valor de la educación
Desde el fin de la segunda guerra mundial, los medios docentes han progresado grandemente en la mayoría de los países adelantados. Pero, no se puede decir que de por sí la educación académica ofrezca seguridad. Como medio para conseguir un fin, ¿a qué conduce? Esa es la pregunta importante. ¡Qué lástima! Para tantas personas hoy día el fin del camino docente es una calle sin salida, sin trabajos y solo expectativas sombrías... en una palabra, inseguridad.
Actualmente en las Islas Británicas hay un millón y medio de desempleados y parece inevitable que el número aumente. Ya hay más jóvenes sin trabajo que en cualquier otro tiempo desde la guerra. Un joven de 16 años de edad, vencido por la depresión al no poder hallar empleo a pesar de muchísimos esfuerzos, se ahorcó. Un miembro de su Comité Educacional comentó: “Este fue un caso extremo, pero ilustra la angustia que sienten muchos jovencitos.” El pasar directamente de la escuela a las filas de los desempleados es el verdadero temor de muchos jóvenes, un temor directamente relacionado con el sentimiento de inseguridad.
Hong Kong también tiene una sociedad progresiva en la que las condiciones ejercen extremada presión sobre los jóvenes. La mayoría considera que la seguridad radica en una educación académica con la meta de obtener un trabajo bien remunerado. Inevitablemente el fracasar es desastroso. Esto conduce no solo a la frustración, sino también a la depresión y a la tragedia.
Se informa que un grupo que se ha dado el nombre de Los Samaritanos de Hong Kong recibió 1.225 llamadas telefónicas de estudiantes deprimidos durante un período de seis días en agosto de 1977. El Hong Kong Standard del 13 de agosto de 1977, resumió la situación de la siguiente manera: “Nuestro sistema docente, así como la actitud materialista a la caza del dólar de nuestra sociedad que no nos permite juzgar los valores humanos fundamentales a base de sus verdaderos méritos, desempeñan un papel principal en llevar los jóvenes al suicidio.” No obstante, puesto que cada vez hay más estudiantes y menos oportunidades de trabajo, la presión de llegar a la copa del árbol difícilmente puede disminuir.
Tecnología moderna
Sin embargo, ¿qué hay de la tecnología moderna? ¿No abrirá ésta nuevos campos de esfuerzo y empleo? Muchos han estado inclinados a pensar así en décadas pasadas, pero esto ya ha cambiado. De hecho, las autoridades ya están advirtiendo que el desempleo aumentará dramáticamente en los años futuros inmediatos. Un grupo de economistas de Cambridge, Inglaterra, recientemente hasta se atrevió a predecir como cifra de desempleados en las Islas Británicas unos cinco millones de personas, probablemente dentro de un período de 10 años. ¿A qué se debe esta sombría predicción?
Los rápidos desarrollos en la microelectrónica han acelerado la automatización a un grado previamente insospechado. Aunque originalmente se le proclamó como el medio de salirse de la rutina del trabajo monótono, ahora se ve que la tecnología de computadoras también puede reemplazar eficazmente el trabajo intelectual. Por ejemplo, un dibujante experto puede tomar 25 veces más tiempo en un proyecto que una computadora, programada para diseñar. Al pensar en la eficacia y las ganancias, no es difícil adivinar lo que le sucede al elemento humano.
Se han propuesto varias soluciones... retiro temprano, semanas laborales más cortas, más períodos festivos cada año y de más larga duración, así como la inevitable elevación de la edad para salir de la escuela. No obstante, ninguna de estas soluciones, ni todas a la vez, pueden resolver el problema, y la inseguridad básica del desempleo permanece.
En circunstancias normales es natural decir, como dice la Biblia, que “si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma,” pero, ¿qué hay del hombre que está ansioso de trabajar y se le niega la oportunidad de hacerlo? (2 Tes. 3:10) Es triste el hecho de que hoy día muchos se encuentran en esta categoría, y en los países en que no hay sistemas de ayuda social estas personas se ven obligadas a ganarse la vida a duras penas en un estado de perpetua inseguridad.
Delincuencia
“El trabajo disipa esos tres grandes males, el aburrimiento, el vicio y la pobreza.” Así discurrió filosóficamente el escritor francés del siglo XVIII, Voltaire. Si hombres y mujeres capaces, entrenados, no pueden hallar un día de trabajo honrado que hacer, no tiene nada de extraño el que hoy día muchos recurran a una vida de delincuencia. La frustración tiene su medio de salida, como se ve en las Islas Británicas donde aproximadamente 38 por ciento de todos los crímenes los cometen personas desempleadas.
Aún más alarmante ha sido el surgimiento relacionado del terrorismo violento por todo el mundo. Los problemas de Italia han sido avivados por una generación de jóvenes inseguros y enajenados (20 por ciento de los graduados universitarios de Italia califican para puestos que sencillamente no existen) y reflejan la penosa situación de muchos países europeos. No obstante, el tratar de cambiar el “sistema” por medio de la fuerza y la intimidación solo puede engendrar su propia inseguridad.
Muchas autoridades recurren a fuerzas policíacas más fuertes y a legislación más estricta para contener la marea de crímenes. Ciertamente esos pasos restrictivos pueden contribuir en buen grado a contener la actividad criminal, pero inevitablemente las personas de la sociedad decente pagan costosamente por su seguridad. No solo se lleva el peso de la ley en impuestos, sino que hasta cierto grado las restricciones también reducen la libertad de toda la sociedad. No hay sustituto para la honradez y la integridad en lo que tiene que ver con restaurar la seguridad deseada.
Tensión internacional
¿Se saldrán de control los problemas internacionales? Este temor afecta también a los individuos de la generación más joven a medida que se esfuerzan por planear sus vidas. Saben que sus propios padres y abuelos vivieron durante los años de la inseguridad creada por la guerra. No obstante, ven que los líderes mundiales todavía no están dispuestos a ponerse de acuerdo, y el engaño y la intriga internacional continúan comprometiendo la paz.
La carrera de armamentos prosigue a plena velocidad y los estudiantes saben bien que la cuarta parte de todos los científicos pasan su tiempo en el desarrollo de armas ofensivas. Tal vez no sea tan bien conocido el hecho de que para costear la carrera de armamentos el trabajador medio pierde el equivalente de dos semanas de su salario al año. Los miembros de la generación presente quizás digan que desean ‘hacer el amor... no la guerra,’ pero se dan cuenta de que no son amos de su propio destino en la importante cuestión de la seguridad internacional del mundo.
Problemas con el retiro
Los que están en el otro extremo de la breve duración de la vida del hombre no notan disminución alguna en el sentimiento de inseguridad. ¿Cuántas personas ancianas, jubiladas, se preocupan a medida que ven los ahorros de su vida desvanecerse debido a la continua inflación? La frugalidad y el ahorro ya no parecen ser virtudes que merezcan la alabanza. Como lo expresó un anunciante brevemente al animar a los lectores a endeudarse y pedir un préstamo: “En vista del modo en que los precios suben en estos días, no vale la pena ahorrar para las cosas que uno quiere.”
Esta filosofía de vida quizás le agrade a la generación más joven, ¿pero qué hay de aquellos cuyos ingresos de retiro están limitados y que tienden a confiar en sus propios ahorros? Hasta en los países en que la ayuda estatal es más fácil de obtener, el desespero entre las personas de más edad puede cobrar sus víctimas. Tan solo en los Estados Unidos uno de cada cuatro suicidios envuelve a una persona de más de 65 años de edad.
Puesto que vivimos en esta generación con todos sus problemas e incertidumbres, ¿existe estabilidad alguna? ¿Qué puede estar seguro? Lo invitamos a considerar la evidencia a medida que usted se hace la pregunta: