¿Quiénes pueden disfrutar de seguridad hoy día?
EL ALIMENTO, la ropa y el alojamiento son artículos de primera necesidad en la vida. Sin ellos no podríamos asirnos seguramente de la vida.
Si alguien le ofreciera todas estas cosas esenciales en medida amplia, seguramente usted preguntaría: “¿Con qué condiciones?” Tal promesa a un precio demasiado alto apenas sería un regalo. Sin embargo, si los términos fueran aceptables, ¡qué bendición sería!
Un avalúo válido
En su famoso Sermón del Monte, Jesucristo evaluó factualmente los requisitos materiales de la vida. Sin embargo, lo que él recalcó fue el ‘no inquietarse’ por obtenerlos. ¿Por qué? Hay buenas razones. Quizás usted desee verlas por sí mismo en su Biblia en Mateo 6:31-33, o en el relato paralelo de Lucas 12:29-31.
Podremos notar que allí Jesús reconoció que la gran mayoría de la gente nunca prestarían atención a su consejo. En vez de eso, estarían “en ansiedad y suspenso,” e irían en pos de la ganancia de pertenencias materiales. De modo que para estos individuos esos bienes llegan a ser un fin en sí mismos. No obstante, como hemos visto, ¿qué seguridad verdadera ofrecen?
En el mismo contexto, Jesús habló de tesoros que se acumulan “donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan.” (Mat. 6:19, 20) A pesar de todas las sobresalientes riquezas que están disponibles hoy día, los que las tienen no disfrutan de un mayor sentido de seguridad que el que tenía la gente en el pasado. Más importante, el seguir su ejemplo significaría pasar por alto riquezas de una clase superior. Jesús advirtió en contra de considerar la vida a tan corto plazo, al decir: “Aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.”—Luc. 12:15, Biblia de Jerusalén.
¿Dónde, pues, puede encontrarse verdadera seguridad? No es solo cuestión de reconocer que nuestro Padre celestial está plenamente consciente de nuestras necesidades, sino de reconocer que él se ha comprometido a suministrárnoslas. ¿Con qué términos? Sencillamente que ‘busquemos primero su reino y su justicia.’ (Mat. 6:33) Considere las siguientes experiencias de la vida real y evalúe el resultado que esto puede dar en la práctica.
Selección de prioridades
En todo el mundo hay más de dos millones y cuarto de testigos cristianos de Jehová que están buscando primero el reino de Dios. Entre éstos hay aproximadamente 75.000 que voluntariamente dedican un promedio de 1.000 horas al año predicando y enseñando las “buenas nuevas del reino.” (Mat. 24:14) A estos hombres y mujeres se les llama “precursores,” pues debido a sus asignaciones de territorio a menudo se les encuentra en zonas insólitas y hasta remotas.
Si fuéramos a igualar el total de sus horas (aproximadamente 75 millones) con su importe en efectivo, tomando como tarifa de la hora 1,10 libras esterlinas (dos dólares), entonces anualmente el tiempo de ellos valdría 82.500.000 libras (150 millones de dólares). No obstante, todo este tiempo se da gratuitamente y las personas que lo dan a menudo han dejado vacantes trabajos bien remunerados, hasta profesiones, por el privilegio.
Un reportero de religión, habiendo evaluado la labor de estos precursores, llegó a la siguiente conclusión: “Por lo general sus vidas son felices y frugales . . . su comportamiento (el de los testigos de Jehová) es gobernado por una fe absoluta y un profundo sentido de deber al cual no se agregan compromisos financieros, ni recompensas materiales.”
Tome el caso de un doctor en ginecología muy respetado. Por las normas de este mundo ‘su éxito estaba asegurado,’ pues tenía un buen puesto en un hospital grande del Japón. Al estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, el médico y su esposa dedicaron sus vidas a servir a su Creador, simbolizando esto por medio del bautismo en agua.
Después de un breve período, decidieron mudarse a otro pueblo donde solo vivían unos pocos testigos de Jehová, para compartir su fe con las personas de esa comunidad. A fin de hacer eso el médico tuvo que abandonar su puesto seguro en el hospital y buscar empleo que solo ocupara parte de su tiempo, pues tanto él como su esposa deseaban ser precursores. Ahora viven en una modesta casa alquilada. El esposo trabaja dos días a la semana en la clínica de la localidad para ganar el sustento para ellos dos y también para su madre que vive con ellos.
Los colegas con los cuales el doctor ha trabajado dicen que no pueden entender su modo de pensar, y mucho menos desean adoptar ese modo de pensar. Pero esta pareja, al ayudar a la congregación local con la cual se asocia y conducir numerosas consideraciones bíblicas en su nuevo vecindario, disfruta de paz mental y contentamiento, lo cual les brinda seguridad.
Asegurando privilegios espirituales
Londres, Inglaterra, es el centro mundial de muchos campos especializados de comercio. Hace veinticinco años, un joven que trabajaba con una compañía de renombre internacional, y su esposa, comenzaron a examinar las Santas Escrituras. Después de consultar con todos los líderes religiosos de su pueblo natal a fin de averiguar la veracidad de la doctrina bíblica, prontamente se dedicaron y bautizaron como testigos de Jehová.
La persona que había ayudado a esta pareja era precursora, y el excelente ejemplo que ella dio dejó una impresión duradera en ellos dos. En la congregación local trabajaron arduamente. Durante los años siguientes, este equipo de esposo y esposa tuvo el privilegio de ayudar hasta a 100 hombres y mujeres a llegar a un conocimiento de la Biblia. Catorce de éstos trabajaban para la compañía en la que el esposo estaba empleado en ese entonces como administrador, teniendo a su cuidado a miles de empleados por todo el mundo.
Hace diez años, al esposo le hicieron la oferta de ser director, ganando cuatro veces su salario corriente, así como la promesa de tener una oportunidad temprana de llegar a ser presidente de la junta de directores. Sin embargo, en ese mismo tiempo, se había presentado la oportunidad para que la pareja emprendiera la obra de precursor. Por este privilegio estaban bien preparados para renunciar a la seguridad de su empleo y las expectativas de éste. Según se desenvolvieron las cosas la compañía por fin le hizo una oferta de trabajar parte del tiempo a mitad del salario... ¡y le dieron el cargo de director como recompensa por su servicio fiel!
Tres años más tarde, después de la reorganización de la compañía, el Testigo se enfrentó al ultimátum de reanudar su trabajo de tiempo completo o dejar el trabajo. Lo dejó. Más tarde fue nombrado para servir como superintendente viajante de los testigos de Jehová y visitar congregaciones junto con su esposa, un privilegio que todavía retienen y del cual disfrutan enormemente.
Cuando se le preguntó acerca de haber dejado una carrera comercial tan prometedora, contestó citando las siguientes palabras de Pablo: “De veras sí considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor.” (Fili. 3:8) Añadió: “El cambiar las riquezas materiales por las espirituales ha sido completamente remunerador y nos ha dado a ambos un sentido de seguridad para el futuro que nunca antes habíamos tenido.”
Pero, ¿se hacen estos sacrificios solo por la seguridad futura? ¿Cuán real es esta “seguridad” en valores prácticos hoy día? Consideremos algunas de las ventajas que están a nuestro alcance en la actualidad.
Seguridad en la asociación cristiana
“UNA PALABRA DE PRECAUCIÓN:... Cuídese de los carteristas.” Este anuncio se hizo a muchos miles de delegados que asistían a las Asambleas Internacionales “Fe Victoriosa” de los testigos de Jehová de 1978 y principios de 1979. Usted quizás se pregunte por qué fue necesario dar un consejo tan práctico. Pues bien, el hecho es que la integridad moral de la cual disfrutan los cristianos verdaderos los pone en una situación señaladamente desventajosa. Se sabe que los ladrones se aprovechan de la ingenua confianza tan claramente manifiesta entre los testigos de Jehová; de modo que la advertencia fue oportuna. ¡Pero qué gozo es para la gente honrada sentirse segura entre personas en quienes pueden confiar!
“En la tierra las naciones estarán confundidas . . . la gente se desmayará de miedo al pensar en lo que va a suceder en el mundo.” Jesús puso en contraste este punto de vista negativo que la mayoría de la gente tendría al tiempo de pasar el viejo orden mundial con el de sus seguidores verdaderos: “Levanten la cabeza, porque muy pronto serán libertados.”—Luc. 21:25-28, Versión Popular.
Nadie trataría de desestimar la aprensión, desconfianza y temor tan evidentes hoy día, en cumplimiento de las palabras de Jesús. Solo la fe, fundada en el entendimiento verdadero de las profecías bíblicas, puede dar la seguridad de paz mental.
A pesar de los problemas angustiosos de hoy día, los cristianos pueden mirar al futuro con plena confianza. El futuro es tan seguro como el propósito de Dios concerniente a él es inmutable. Bajo el gobierno de Su reino, por el cual Jesús les dijo a sus seguidores que oraran, la vida para siempre será un deleite de asociación cristiana sin fin.
Puesto que el gobierno mundial buscará los mejores y duraderos intereses de todos los habitantes de la Tierra, la labor del hombre no será en perjuicio de su prójimo. La inventiva humana será positiva y constructiva a medida que las bendiciones del trabajo traen deleite y la Tierra produce en abundancia. Los animales y otras formas de vida terrena estarán en plena armonía. No habrá tal cosa como la contaminación de la Tierra, ni del mar y la atmósfera debido al egoísmo humano. El salvaguardar la salud ya no presentará problemas. La muerte, la enfermedad y las dolencias que dejan imposibilitadas a sus víctimas serán cosas del pasado olvidado.—Compare con Isaías 65:17-25.
El aprender acerca del amor y propósito de nuestro Creador significa ‘residir en seguridad y estar libres del disturbio que se debe al pavor de la calamidad’ para siempre. (Pro. 1:33) La seguridad duradera no es irrealizable. Es una realidad. Usted puede obtenerla. ¿Por qué no disfruta de sus beneficios ahora en asociación con los testigos de Jehová por todo el mundo?