El Oriente se encuentra con el Occidente en Surinam
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Surinam
¿QUÉ tal es cuando personas de muchas partes del mundo viven juntas en un solo lugar? Los residentes de la mayoría de los países que tienen poblaciones mezcladas probablemente estén de acuerdo en que esto no tiene por qué provocar algún problema serio. Un ejemplo sobresaliente de tal clase de “crisol de razas” es Surinam. Una visita a este sitio nos ayudará a conocer pueblos muy variados de muchas naciones que viven juntos en paz. ¿Le gustaría dar una mirada a nuestro país y pueblo pintorescos?
Surinam se encuentra en la costa noreste de la América del Sur, entre Guyana al oeste y la Guayana francesa al este. Este país tiene un área de 163.000 kilómetros cuadrados. Un cálculo de las Naciones Unidas para el año 1975 indicó que Surinam tenía una población de aproximadamente 420.000 habitantes. La mayoría de ellos viven en una estrecha faja de tierra a lo largo de la costa. La mayor parte de Surinam está cubierta por densas selvas y está casi inhabitada.
En cuanto a la historia primitiva de esta región, The New Enciclopædia Britannica (edición de 1976) declara: “Hasta el siglo XV los únicos habitantes de Surinam eran los indios caribes, arawakos y warraus. Se considera a otra tribu, los surinamés, que habitaban en el país en un tiempo anterior, y a quienes expulsaron los caribes, como la fuente del nombre Surinam.”
Los españoles habían descubierto Surinam para el año 1500; pero no se inclinaron a colonizar este país ni aprovecharse del descubrimiento. Fue en 1651 que un inglés, Francis Lord Willoughby, fundó la colonia de Surinam. Decidió aprovecharse del suelo fértil y cultivar la caña de azúcar. En breve varias plantaciones de azúcar estaban funcionando. Estas contribuyeron a una población mezclada.
Se desarrolla una población de diversas razas
Debido a que el funcionamiento de las plantaciones exigía una mano de obra barata, se comenzaron a importar esclavos africanos. A menudo los dueños de esclavos trataban con crueldad a su servidumbre. Como resultado, miles de esclavos huyeron a la densa selva, donde se organizaron en varias tribus y reanudaron el modo de vivir africano. Así se trasplantó un pedazo de África a Surinam.
Se conoce a los descendientes de los esclavos africanos como “criollos.” Los que viven en el interior son criollos de la “maleza.” A los que optaron por morar en las ciudades se les llama criollos de la “ciudad.” Miles de miembros de la sociedad multirracial de Surinam reconocen su relación con este trasplante de la población africana.
Los holandeses llegaron en 1667. Pero esto no cambió la sociedad de colonos que florecía aquí. Sin embargo, en 1863 vino la abolición de la esclavitud. Esto creó una gran escasez de mano de obra. La falta de obreros para mantener las plantaciones en funcionamiento se hizo crítica. ¿Pero de dónde vendrá la ayuda?
Una de las primeras medidas que se tomaron para combatir la escasez de mano de obra fue animar a pequeños granjeros holandeses a establecerse en Surinam. De esta manera la población local obtuvo un pedazo de los Países Bajos. Sin embargo, el problema de la mano de obra siguió siendo crítico, y se hizo necesario tratar de obtener trabajadores de otras zonas.
Para mediados del siglo XIX Surinam también había acogido con beneplácito a centenares de chinos que vinieron a trabajar con contrato. Aunque muchos regresaron a su país cuando se les cumplió el contrato, un buen número se quedó y logró establecerse con éxito en el campo comercial. Por años la capital, Paramaribo, se ha caracterizado por tener en casi cada esquina una tienda de comestibles administrada por chinos. De esta manera la población cobró un aspecto oriental.
Todavía se necesitaban más trabajadores dispuestos. Así, de 1873 a 1916 la cantidad de obreros agrícolas de Surinam fue creciendo a medida que llegaban muchos cargamentos de inmigrantes indostanos procedentes de la India. Como sucedió con los chinos, muchos indostanos optaron por quedarse aquí aun después que se cumplieron sus contratos. Para hacer esto posible el gobierno les proveyó pequeñas parcelas a fin de que pudieran establecerse como granjeros pequeños.
Aún otros se mudan aquí
‘Pues bien, ¿hemos conocido a todos ya?’ quizás pregunte usted. De ningún modo. Permítame presentarle, por favor, a otro de los bloques de construcción de la población, éste también es del Oriente. Es el indonesio quien, desde 1890, ha estado viniendo a este país en el que el Oriente se encuentra con el Occidente. Especialmente de la isla de Java miles de personas aceptaron la invitación de venir hacia Occidente, donde podían dar buen uso a su talento agrícola.
Y esto no termina la mezcla de población de Surinam. Las personas que visitan Paramaribo ven libaneses, diversos europeos y un grupo grande de mulatos. Estos últimos son el resultado de matrimonios entre miembros de los distintos segmentos de la población oriental y occidental que ya hemos mencionado.
¿Qué atrae a tantas personas diferentes a Surinam? A muchos todavía les atrae la gran variedad de productos agrícolas que se cultivan aquí, como el arroz, la caña de azúcar, los frutos cítricos y los plátanos. A otros les atrae las muchas variedades de madera de Surinam. Otro factor importante en el pasado fue el descubrimiento de oro.
Sin embargo, más recientemente la atracción viene del principal tesoro mineral del país, la bauxita. La bauxita es un mineral rojizo, parecido al barro, y es la fuente principal del aluminio y sus compuestos. La industria del aluminio se ha engullido centenares de miles de toneladas de bauxita de Surinam; y todavía hay vastos depósitos para usarlos en el futuro.
Beneficios de la mezcla
Son muchos los beneficios de la mezcla de la población oriental y occidental de Surinam. El criollo de la maleza ha prestado mucha ayuda en lo que toca a viajar por los ríos o penetrar en el interior del país. En piraguas estos diestros boteros pueden navegar por peligrosos rápidos y hasta por pequeñas cascadas. El criollo de la maleza también se distingue por su destreza en el tallado de la madera.
La población china ha dado un excelente ejemplo de adaptabilidad. Aunque han retenido su propio idioma, en varios aspectos los chinos han adoptado las normas occidentales. Esto se ha puesto de manifiesto en lo social, en lo docente y en lo religioso. En cuanto a los trabajos que los chinos han escogido aquí, además de tenderos, algunos han llegado a ser médicos, maestros y contratistas. Son personas muy útiles para Surinam.
Entre los indostanos, la generación más joven ha resultado ser muy progresiva. Sus antepasados eran una sociedad casi exclusivamente agrícola. Sin embargo, hoy día no nos sorprende hallar indostanos en otros campos, como el de la medicina, la educación seglar, el derecho y el comercio. Se han atraído alabanza por industriosos y ahorradores.
Es similar con los indonesios. Muchos han abandonado su modo de vivir agrícola y han seguido carreras en los mismos campos que sus paisanos chinos e indostanos. El indonesio también ha ganado encomio por ser un trabajador diligente e inteligente.
En vista de los muchos idiomas que la gente habla aquí, uno quizás se pregunte cómo se comunican. Aunque gran parte de la generación más joven ha aprendido holandés, es posible comunicarse con un gran porcentaje de personas solo por medio de un idioma que se ha llegado a conocer como “sranan-tongo.” Muchos se refieren a este idioma como negro-inglés, y en la localidad todavía se le conoce como “taki-taki.” El sranan-tongo, que tiene de base el inglés, extrae elementos del holandés, francés, portugués y varios idiomas del África y la India. Aunque al principio suene gracioso para las personas que hablan estos otros idiomas, en este territorio el sranan-tongo ha resultado ser un medio adecuado de comunicación entre Oriente y Occidente.
Indicios de creencias religiosas
Las costumbres y prácticas religiosas aquí en Surinam son tan diversas como la población. Un ejemplo interesante es lo que sucede cuando muere algún criollo de la maleza, a los cuales también se les conoce como “cimarrones.”
La única muerte que estas personas consideran natural es la de la vejez. Sin embargo, en cuanto a muertes prematuras, el autor holandés Willem van de Poll menciona “que cargan el cuerpo por días después de la muerte. Si es posible, hay que hallar al espíritu malo culpable de esta muerte, antes de poder entregar la persona muerta a la tierra. Se considera que el muerto puede indicar a los que cargan su cadáver dónde mora el [espíritu maligno] culpable de la calamidad.”
Esto está en agudo contraste con la religión de la Biblia. Las Escrituras declaran que los muertos están completamente inconscientes. (Ecl. 9:5; Sal. 146:4) En cuanto a la muerte prematura, a menudo es el resultado, no de los espíritus malignos, sino del “tiempo y el suceso imprevisto.”—Ecl. 9:11.
Los indostanos también conservan costumbres de una religión que no es bíblica. En sus patios uno puede ver banderitas rojas ondeando en los extremos de varas de bambú. Se supone que las banderas sirvan de amuleto en contra del mal. Otra insólita costumbre indostana está relacionada con las bodas. De vez en cuando en el exterior de una casa se pueden ver huellas blancas de manos. Son prueba de que la novia ha sumergido la mano en una pasta hecha de arroz blanco molido y la ha apretado contra el exterior de la casa. Se supone que esto muestre que su mano se ha dado en matrimonio.
Las actividades de los testigos de Jehová en Surinam han sido recompensadoras. En 1946 solo había 20 Testigos en este sitio. Para fines de 1971 el número había crecido a más de 600 y para 1978 había alcanzado un máximo de 879. La mayoría de éstos son criollos de la ciudad y mulatos que se consideran occidentales. Sin embargo, por lo regular reciben con buen gusto en sus filas a orientales (mayormente del sector indonesio), indios nativos y criollos de la maleza.
Esta consideración de Surinam y su pueblo no estaría completa sin mencionar el nacimiento de la nueva República independiente de Surinam el 25 de noviembre de 1975. La gente tenía muchos deseos de ver esta transición; se efectuó de un modo pacífico y ordenado. Entre las libertades que garantiza la constitución de la nueva república están la libertad de cultos, de palabra y prensa.
La historia y el desarrollo de Surinam y su población ciertamente son interesantes. Es un ejemplo notable de lo que puede pasar cuando el Oriente se encuentra con el Occidente.
[Ilustración y mapa de la página 17]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
AMÉRICA DEL SUR