Fue hecho para latir para siempre
DENTRO de su pecho late un órgano verdaderamente asombroso, más o menos del tamaño de su puño... su corazón. Sin pausar, este órgano bombea la sangre que lleva la nutrición sustentadora de vida a los miles de millones de células de su cuerpo. En el libro Your Heart, varios médicos dijeron esto acerca del corazón: “Es más eficiente que cualquier clase de máquina que el hombre haya inventado hasta la fecha.”
Las fuerzas implicadas en el diseño y construcción del corazón no están al alcance del entendimiento humano. Por ejemplo, al momento de la concepción, se trazan los planos para el corazón y también para las otras partes del cuerpo de la nueva criatura. ¡Maravillosamente, en cosa de minutos, quedan determinadas todas las instrucciones dentro de la célula fecundada para hacer una persona nueva! Ningún científico sabe cómo se hace esto.
Sin dirección discernible, el óvulo fecundado original pronto empieza a dividirse y formar células que son diferentes de sus predecesoras. Dentro de poco, muchas diferentes clases de células empiezan a formar una variedad de órganos. A las tres semanas, el corazón parcialmente desarrollado empieza a latir, probablemente antes de que la futura madre siquiera sepa que está encinta.
¿Qué hace que estas células cardiacas, que al principio solo forman un tubo recto, empiecen a contraerse rítmicamente? “Todavía nos falta mucho para hallar la respuesta final,” confiesa el Dr. Robert L. DeHaan que ha pasado años estudiando el tema.
Sin embargo, lo que sí se sabe acerca del corazón es fascinador. Inspira en uno admiración reverencial. Considere, por ejemplo, este latido, o contracción, del corazón que impulsa la sangre a través del resto del cuerpo. ¿Sabe usted lo que causa el latido?
El extraordinario sistema de control
Es responsable de ello la asombrosa habilidad que el corazón tiene de generar impulsos eléctricos. Por eso, si se le provee de oxígeno y se protege de modo que no se seque, el corazón sigue latiendo por un rato aun después que lo hayan extirpado del cuerpo. Dentro del corazón hay un complejo sistema que genera y regula los impulsos eléctricos. Este extraordinario sistema de control se compone de células especiales concentradas en grupos en diferentes partes del corazón.
Una parte principal de este sistema es una estructura diminuta en forma de coma que se llama el nudo o nódulo sinoatrial, o nudo S-A, un tejido especial que es una mezcla de músculo cardiaco y células nerviosas. Este es el “marcapaso” fundamental del corazón, lugar del origen del ritmo normal, y por eso se le ha llamado la “bujía de encendido” del corazón. En este aparato se genera una serie regular de pulsaciones eléctricas que viajan por el corazón e inician su latido. Las células de este nudo sinoatrial generan contracciones a la frecuencia elemental de unos 70 latidos por minuto, el ritmo normal para el corazón de la mayoría de los adultos.
Otra parte del sistema de control del corazón es el nudo atrioventricular, o el nudo A-V. Los pulsos eléctricos del nudo sinoatrial llegan a esta parte donde son regulados apropiadamente para asegurar la buena coordinación de la acción cardiaca de bombear. De aquí estas pulsaciones atraviesan rápidamente otros tejidos especializados de conducción, incluso uno que se llama el fascículo de His, y así llegan al resto del corazón.
El nudo atrioventricular también tiene un ritmo inherente —unos 50 latidos por minuto— un poco más lento que el ritmo del nudo sinoatrial. Sin embargo, en condiciones normales, no se utiliza la función generadora de impulsos de esta estructura. Pero en una emergencia, si el nudo sinoatrial falla, el nudo atrioventricular sirve como “marcapaso” de reserva. Además, el fascículo de His, junto con otros tejidos especializados de conducción, pueden servir como última línea de defensa. Estos también pueden iniciar contracciones lentas del corazón, entre 30 y 40 latidos por minuto, una frecuencia que puede sostener la vida.
Cómo el sistema satisface las necesidades del cuerpo
Si usted corre para tomar un autobús, sube escaleras, o hace ejercicios que exigen un esfuerzo parecido, es preciso que el corazón aumente el ritmo de latidos para satisfacer la necesidad que el cuerpo tiene de más nutrimento. ¿Qué le dice al corazón que se acelere? ¿Cómo sabe a qué ritmo latir para satisfacer las diferentes necesidades del cuerpo?
Son especialmente responsables de esto las señales que vienen de otras partes del cuerpo a través de las conexiones nerviosas. Por ejemplo, cuando uno está haciendo ejercicios, sus músculos necesitan más oxígeno; de modo que toman de la sangre una cantidad mayor de oxígeno. El nivel disminuido de oxígeno en la sangre activa receptores en las arterias para que envíen señales nerviosas al cerebro. A su vez, el cerebro por medio de impulsos nerviosos señala al corazón que lata más rápidamente, y así se provee más sangre transportadora de oxígeno a los músculos.
Sin embargo, como se ilustra en el caso de transplantes de corazón, el corazón no depende exclusivamente de estas conexiones nerviosas. En esas operaciones se cortan los sistemas nerviosos vagal y simpático, no obstante el corazón transplantado continúa regulando hasta cierto grado su latido en respuesta a los cambios en las necesidades del cuerpo. El corazón puede responder directamente a sustancias químicas, como la adrenalina, que se reciben por la corriente sanguínea, y “sabe” cuándo acelerar o disminuir su velocidad.
¡Verdaderamente es maravillosa la manera en que el corazón está diseñado para mantener justamente la cantidad correcta de sangre fluyendo por el cuerpo para satisfacer sus necesidades según van cambiando! También son asombrosos los muchos sistemas de “reemplazo” que pueden asumir cargo y compensar en las emergencias. ¡Con razón los médicos dicen que el corazón “es más eficiente que cualquier clase de máquina que el hombre haya inventado hasta la fecha”! Si da una mirada a la tremenda capacidad de funcionamiento del corazón se sorprenderá aún más.
Lo que puede hacer el corazón
El cuerpo adulto contiene poco menos de seis litros de sangre y unos 96.500 kilómetros de vasos sanguíneos, incluso diminutos capilares. A su ritmo normal de unos 70 latidos por minuto, el corazón propulsa unos seis litros de sangre cada minuto. ¡Imagínese! ¡Su corazón empuja toda la sangre de su cuerpo por toda parte de su cuerpo en menos de 60 segundos! En condiciones rutinarias, propulsa hasta 10 toneladas de sangre por sus vasos cada día. No obstante, al hacerlo, ni siquiera está trabajando muy duro.
Si su corazón está físicamente sano, entrenado por ejercicio metódico, tal vez pueda propulsar hasta 30 litros de sangre o más cada minuto. ¡En tal caso está empujando toda la sangre de su cuerpo por su sistema aproximadamente cada 10 segundos! ¡Sí, su corazón bombea tan constante y poderosamente que cada día puede propulsar su sangre miles de veces a través de todo su cuerpo!
Un órgano diseñado tan maravillosamente quizás lo inspire a preguntar: ¿Habían originalmente las criaturas humanas de vivir solo 70 u 80 años y luego morir? ¿Pudiera latir el corazón indefinidamente?
Habría de latir para siempre
El diseño del corazón, así como el del resto del cuerpo, es muy diferente al de cualquier máquina hecha por los hombres. Las máquinas de diseño humano se hacen con ciertas partes permanentes, que, por supuesto, se desgastan con el tiempo. Sin embargo, la estructura del cuerpo humano es muy diferente. Hace años el Dr. Paul C. Aebersold, entonces director de la División de Isótopos de la Comisión de Energía Atómica explicó:
“Anteriormente, los médicos pensaban en el cuerpo humano como una máquina que ingiere alimento, aire y agua principalmente como combustible para seguir funcionando. Se pensaba que solo una parte pequeña de lo ingerido se destinaba al reemplazo del desgaste de la máquina. En cambio, las investigaciones con los isótopos han demostrado que el cuerpo se parece mucho más a un regimiento militar muy fluido que puede retener su tamaño, forma y composición aunque los individuos en él estén continuamente cambiando, uniéndose, siendo transferidos de puesto en puesto, ascendidos o rebajados, sirviendo de reservas, y por fin se vayan o fallezcan después de períodos de servicio de diferente duración.
“Según los estudios con indicadores radiactivos el cambio de átomos en nuestro cuerpo es bastante rápido y completo. En una o dos semanas la mitad de los átomos de sodio son reemplazados por otros átomos de sodio. Es parecido en el caso del hidrógeno y el fósforo. Hasta la mitad de los átomos de carbono son reemplazados en uno o dos meses. Y así sigue el relato respecto a casi todos los elementos. . . . En aproximadamente un año el 98 por ciento de los átomos que tenemos en nosotros ahora serán reemplazados por otros átomos que ingerimos en nuestro aire, alimento y bebida.”
Así, sin importar que la persona viva para cumplir 20, 80, u 800 años de edad o viva para siempre, casi todos los materiales en su cuerpo tendrían menos de un año de edad. Teóricamente, la duplicación celular debería mantener vivo el cuerpo para siempre. De vez en cuando los investigadores médicos han llamado atención a esta posibilidad y han hecho notar que es más fácil explicar por qué los humanos deberían vivir para siempre que explicar por qué deberían morir.
No obstante, andando el tiempo, el corazón, junto con el resto del cuerpo, deja de mantener su capacidad para reemplazar sistemáticamente sus células antes que se pongan defectuosas y mueran. ¿Por qué? Los biólogos que se dedican al estudio de las células tienen muchas teorías. Pero realmente no saben de seguro. Es obvio que con el tiempo algo se estropea en el funcionamiento interno de las células, y las que se gastan y mueren no siempre son reemplazadas con células nuevas por medio de la división celular. De modo que los seres humanos envejecen y mueren.
Si se pudiera hacer una corrección, y se mantuviera el debido equilibrio en el reemplazo y renovación de las células, las criaturas humanas podrían vivir para siempre. Sin embargo, el hombre no puede reparar el funcionamiento defectuoso. Él no diseñó el cuerpo, incluso su maravilloso corazón. Solo el Creador, Jehová Dios, puede hacer los ajustes para que las criaturas humanas vivan para siempre. Y a su tiempo Dios lo hará, como lo promete su Palabra, la Biblia. Por ejemplo, Romanos 6:23 dice: “El don que Dios da es vida eterna.” Salmo 37:29 predice: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.”
Entretanto, es común de toda la humanidad que nuestro corazón de diseño maravilloso esté sujeto a trastornos. Pero, muchas veces hay pasos que podemos dar para diferir el comienzo de estos trastornos, y para controlarlos cuando ocurren.
[Ilustración de la página 4]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
NUDO S-A
AURÍCULAS DERECHA E IZQUIERDA
NUDO A-V
FASCÍCULO DE HIS
RAMAS DEL FASCÍCULO
VENTRÍCULOS DERECHO E IZQUIERDO
FIBRAS DE PURKINJE