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  • Ese asombroso órgano... ¡nuestro corazón!

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  • Ese asombroso órgano... ¡nuestro corazón!
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
w84 1/9 págs. 3-4

Ese asombroso órgano... ¡nuestro corazón!

“TE ELOGIARÉ porque de manera que inspira temor estoy hecho maravillosamente. Tus obras son maravillosas, como muy bien se da cuenta mi alma” (Salmo 139:14). Estas palabras de aprecio del salmista David deberían conmovernos profundamente, pues el Creador verdaderamente ha hecho nuestro cuerpo de una manera que incita admiración y temor reverente.

Por eso, en su libro Man the Unknown, Alexis Carrel, ganador de un premio Nóbel, declaró lo siguiente acerca de la sangre, “el río de la vida” que pasa por nuestras arterias y venas: “Lleva a cada célula el nutrimento debido. Al mismo tiempo, funciona como alcantarillado o colector que dispone de los desperdicios liberados por los tejidos vivos. También contiene sustancias químicas y células que pueden reparar órganos cuando es necesario. Estas propiedades son verdaderamente extrañas. Al llevar a cabo dichas tareas asombrosas, el torrente sanguíneo se comporta como una verdadera corriente que, con la ayuda del lodo y los árboles que la corriente arrastra, se pusiera a reparar las casas de las riberas” (páginas 77, 78). Sí, ¡imagínese el mismo torrente encargándose del alimento y de los desperdicios del cuerpo, sin que nunca haya interferencia entre los dos! ¿Y qué hace que este río de la vida fluya en nuestro cuerpo? ¡El corazón!

El corazón es verdaderamente una manifestación de la sabiduría del Creador. Es un órgano muscular hueco de aproximadamente el tamaño del puño. El corazón del hombre pesa unos 312 gramos (11 onzas), y el de la mujer unos 255 gramos (9 onzas). Tiene cuatro cámaras, dos a la derecha y dos a la izquierda. La cámara superior de la derecha recibe la sangre que circula por todo el cuerpo. Una vez que esta cámara se llena, la sangre es bombeada a la cámara inferior, y de allí va a los pulmones. Una serie de válvulas impide que la sangre vuelva atrás cuando es bombeada hacia adelante. La sangre deja el bióxido de carbono en los pulmones y a la vez se suple del muy necesitado oxígeno. De los pulmones la sangre pasa a la cámara superior izquierda, desde la cual es bombeada a la cámara inferior, y entonces sale y circula por todo el cuerpo para alimentar todas las células corporales y remover los diversos desperdicios de éstas.

Por eso, en realidad, hay dos bombas y dos circulaciones. Las dos cámaras de la derecha, que son un poco más pequeñas, se encargan de la circulación de la sangre pulmonar, y las dos cámaras de la izquierda, que son estructuralmente más grandes y fuertes, suplen sangre a todo el cuerpo. En total, hay unos 97.000 kilómetros (60.000 millas) de vasos sanguíneos... arterias, venas y capilares.

En lo que tiene que ver con su estructura, el corazón está hecho del músculo más intrincadamente entretejido del cuerpo. En el caso de un hombre que esté corriendo a toda velocidad, este singular músculo permite que el corazón trabaje el doble de lo que lo hacen otros músculos. Éstos se agotan en poco tiempo, pero el músculo del corazón trabaja incesantemente desde que uno nace hasta que uno muere. Sin embargo, es apropiado mencionar que el corazón pasa por un corto período de descanso después de cada latido. El corazón del recién nacido late unas 150 veces por minuto; cuando la persona alcanza la madurez, los latidos disminuyen a unas 72 veces por minutoa. En el transcurso de la vida de una persona que viva unos 70 años, el corazón habrá latido unos 4.000 millones de veces. Y durante ese tiempo habrá bombeado unos 46.000.000 de galones, o unos 174.000.000 de litros, de sangre. El corazón puede latir hasta dos veces más rápidamente cuando participamos en ejercicio vigoroso, y también late a mayor velocidad cuando nos excitamos, sentimos temor o estamos enojados, lo cual nos prepara para pelear o para huir.

Otro hecho sobresaliente del corazón es que suministra su propia energía. El sistema nervioso autónomo hace que el estómago se agite a fin de preparar la comida para la digestión, y también es responsable por la acción rítmica de los intestinos que hace que los desperdicios del cuerpo se muevan hacia adelante para luego ser eliminados. Pero el corazón tiene su propia fuente de energía, el marcapasos. Ésta es una verdad que no siempre se ha reconocido. Así, el corazón del feto comienza a latir antes de tener nervio alguno. Además, se ha descubierto que el corazón continúa latiendo después que ha sido removido del cuerpo, y esto sucede especialmente si se le suple sangre.

Con certeza, este órgano vital que trabaja arduamente merece que se le trate bien. Esto significa que se le debe suministrar el alimento apropiado y el descanso que necesita, y también debe ser ejercitado para mantenerlo fuerte. En particular, se debe evitar por completo el tabaco. Además, se debe desplegar equilibrio y moderación en lo relacionado con el disfrute de las buenas cosas de la vida.

Puesto que el corazón es un órgano tan vital, la Biblia lo menciona frecuentemente. Pero, como veremos ahora, la Biblia da énfasis al corazón figurativo más bien que al literal.

[Nota a pie de página]

a Una ley que parece aplicar a todos los mamíferos es que, mientras más pequeño sea el cuerpo, más rápido late el corazón. Así, el corazón de la diminuta musaraña late unas 1.000 veces por minuto, mientras que el corazón de ciertas ballenas late unas 15 veces por minuto.

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