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¡Despertad! 1979
g79 8/9 págs. 20-23

¡Alto a la inquisición en Argentina!

¿QUÉ le trae a la memoria el término “Inquisición”? A muchas personas les recuerda un tiempo hace siglos en que a la gente se le negaba injustamente su derecho a practicar la libertad de cultos. También trae a la mente la persecución, incluso la tortura y el asesinato que acompañaron la Inquisición.

Hoy, en la octava década de este ‘iluminado’ siglo XX, consideraríamos que inquisiciones de esa naturaleza son propias de una mentalidad de la ‘edad del oscurantismo.’ Nos gustaría creer que la humanidad ha progresado mucho más allá de prácticas de esa clase.

Pero tal no es el caso. Ahora mismo, en el país de Argentina, se está llevando a cabo cierto tipo de Inquisición. Va dirigida contra un grupo de personas cuyo modo de vivir pacífico, observante de ley y temeroso de Dios es bien conocido por todo el mundo.

Esta Inquisición moderna empezó el 31 de agosto de 1976 con la emisión del Decreto Presidencial N.° 1867. El decreto proscribió todas las actividades de los testigos de Jehová por todo el país. Y a pesar de todas las apelaciones, todas las causas en los tribunales, y hasta una decisión favorable de la Suprema Corte de Argentina, la Inquisición continúa.

Un resultado de la proscripción

Un resultado directo de dicha proscripción ha sido la expulsión de niños de las escuelas. Como informó recientemente el Buenos Aires Herald: “Aproximadamente mil niños cuyos padres profesan la religión de los Testigos de Jehová fueron expulsados de escuelas argentinas por negarse a rendir homenaje a los símbolos patrios.”

Ocurrió un ejemplo típico de esto el 15 de diciembre de 1978. En la escuela N.° 35 de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, la inspectora escolar Sra. Teresa E. Inchauste de Stechi, decretó que Susana y Gladys Simón fueran expulsadas de todas las escuelas, públicas y particulares. Declaró: “Se hacen pasibles a la sanción de expulsión del establecimiento, con los alcances correspondientes que prohíbe la inscripción en otro servicio educativo como así su presentación para rendir exámenes libres.”

¿Por qué? Como dijo esta inspectora escolar, debido a “la actitud de sus hijos, que se niegan a reverenciar los símbolos patrios, sus próceres y recordar las fechas de estilo, entonando los himnos y marchas patrióticas.”

Por supuesto, las personas que están familiarizadas con los testigos de Jehová saben que en los países democráticos los tribunales más altos han establecido firmemente el derecho de los niños escolares a no participar en actividades que violan su conciencia basada en la Biblia. Por eso en estos países no se exige que ellos hagan ademanes ante símbolos cuando según el parecer de ellos estos ademanes constituyen parte de una ceremonia religiosa contraria a sus creencias.

Desatienden la corte

Irónicamente, el expulsar a niños escolares debido a sus creencias religiosas también es contrario a la constitución de Argentina. Por eso cuando, en violación de la ley del país, se expulsó a los niños, los testigos de Jehová llevaron el asunto a la Suprema Corte de Argentina.

El alto tribunal vio el caso y falló en contra de expulsar a niños escolares debido a creencias religiosas. La Corte convino en que la expulsión era inconstitucional.

La decisión de la Corte Suprema debería haber resuelto el problema inmediatamente. Deberían haberse evitado más expulsiones. Los estudiantes que habían sido expulsados deberían haber sido reinstalados. Hasta la prensa pública opinó que éste sería el caso. Por ejemplo, en el Buenos Aires Herald del 9 de marzo de 1979 los titulares de la primera plana declaraban: “SE ORDENA A LAS ESCUELAS A TOMAR DE VUELTA A LOS HIJOS DE LOS TESTIGOS.” En otra publicación, Somos, apareció un artículo sobre el asunto con este título: “EL DERECHO DE APRENDER.”

Pero ¿tuvo la decisión de la Corte Suprema el efecto que se deseaba? Tristemente, hay que decir que no. Increíblemente, en mayo de 1979, menos de dos meses después del fallo de la Corte Suprema, dos niñas Testigos fueron expulsadas de la escuela Cura Brochero en el Barrio Residencial América, Córdoba. Estas dos, Alejandra D. Brentan y Verónica L. Barrionuevo fueron expulsadas de la escuela por no ‘reverenciar’ los símbolos nacionales.

Sin embargo, el fallo de la Corte Suprema llamó esos mismos símbolos “imágenes.” Y puesto que los testigos de Jehová también consideran que estos emblemas son imágenes, no quieren ejecutar lo que para ellos es una acción de reverencia, o adoración. Creen lo que la Biblia dice, por ejemplo en Éxodo 20:4, 5: “No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirles, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva.” Jesús mismo rehusó participar en hacer “un acto de adoración” que estaba en oposición a sus convicciones religiosas.—Mat. 4:8-10; vea también Daniel, capítulo 3.

¡Qué hipocresía el que los educadores, que debieran inculcar respeto a la ley y al gobierno, desatiendan ellos mismos deliberadamente el dictamen del alto tribunal! De hecho, las acciones de estos individuos al expulsar a los niños fueron en desdén de la Corte Suprema.

Además, al considerar cómo algunos funcionarios escolares insisten en que los niños ‘reverencien’ tales cosas como los próceres nacionales y otros símbolos, son interesantes los comentarios del Dr. Germán J. Bidart Campos, un prominente jurisconsulto. Estos comentarios fueron presentados en la revista El Derecho, publicada por la Universidad Católica Argentina. El jurisconsulto declaró: “‘Reverencia obligatoria’ a los ‘próceres’. ¿Hay alguna lista oficial de quiénes lo son? Al Estado no le incumbe fabricar santos laicos. ¿Qué significa la reverencia obligatoria? ¿Quiere decir que no se les puede discutir o criticar o discrepar con lo que pensaron o hicieron? ¿Es que fueron infalibles? ¿De dónde ese dogmatismo cuasi religioso? Porque para mí Rosas fue un tirano, y para otros fue un héroe.”

Continúa la persecución

La persecución de los testigos de Jehová incluye mucho más que la expulsión de niños escolares. Toda la literatura bíblica de los testigos de Jehová también ha sido proscrita. Además, les han cerrado todos sus lugares de reunión, así como también su oficina de sucursal.

Se informó este tratamiento de tipo de Inquisición en ¡Despertad! del 22 de septiembre de 1978. Millones de ejemplares de ese número fueron distribuidos al público en todas partes del mundo. Como resultado, se levantaron muchas voces indignadas expresando una preocupación bien justificada en cuanto al resultado de tal flagrante negación de los derechos humanos elementales.

Llovieron cartas de todas partes del mundo a las oficinas de los funcionarios del gobierno. Se han escrito muchos artículos de periódico y revista a favor de los Testigos. ¡Pero hasta ahora sin resultado alguno! El gobierno argentino no ha cambiado de actitud. Continúa negando la libertad de adoración a los testigos de Jehová.

Por ejemplo, cuando la actividad religiosa de los Testigos fue proscrita y sus más de 600 Salones del Reino fueron clausurados, se colocaron precintos en las puertas de modo que no pudieran abrirse. También se hizo esto mismo a la oficina sucursal de los testigos de Jehová. Esto sucedió el 7 de septiembre de 1976. Esos precintos todavía están allí. Fueron puestos con el propósito de evitar que se usaran estos salones como lugares de adoración y que se distribuyeran las Biblias y literatura bíblica.

Confiscación de Biblias y literatura bíblica

El 21 de septiembre de 1978 se vio otro ejemplo de la mentalidad inquisitorial desplegada por el gobierno. En esa fecha, cuatro detectives de la Policía Aduanera registraron las anteriores oficinas de la Sucursal de la Sociedad Watch Tower. Dejaron una citación para que la persona encargada estuviese presente al día siguiente.

Efectivamente, volvieron al día siguiente y registraron uno de los edificios. Se hizo patente qué era lo que buscaban: ¡Ejemplares personales de todas las Biblias y literatura bíblica que hubiese sido importada!

Tomaron esta literatura de los dormitorios de individuos y la depositaron en una habitación vacante. Entonces sellaron la habitación. En esta literatura había hasta ejemplares personales de Biblias católicas.

Más habría de venir. El 13 de noviembre de 1978 nuevamente apareció la Policía Federal en las oficinas de la sucursal. Esta vez con órdenes de confiscar toda la literatura bíblica en el edificio. ¡Durante los siguientes tres días camiones de la Policía Federal se llevaron 3.000 cajas de literatura bíblica! Esto incluía 225.000 Biblias y libros que explican la Biblia como ¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?, Buenas nuevas... que le harán feliz y ¿Es esta vida todo cuanto hay? Todos estos libros, además de otra literatura bíblica como folletos y revistas —todo ello propiedad de los testigos de Jehová— ¡iban a convertirlos en pulpa!

¡Sin embargo, la Constitución Argentina en su Artículo 17 declara que “la confiscación de bienes queda borrada para siempre del Código Penal Argentino”! Puesto que dicha acción era una violación de esta ley, al día siguiente se le presentó al Ministerio del Interior una petición para la devolución de la literatura. Pero no se tomó acción para rectificar este proceder inquisitorial que violaba la Constitución Argentina.

Lo que se ha hecho

En su profunda preocupación por el bienestar espiritual de los más de 30.000 Testigos en la Argentina y de los muchos miles de personas que han estado estudiando la Biblia con ellos, se han hecho apelaciones por medio del sistema jurídico. Se planteó en los tribunales la constitucionalidad del decreto presidencial por el cual se proscribió la organización de los testigos de Jehová.

El Tribunal Federal y luego el Tribunal de Apelaciones fallaron a favor de los testigos de Jehová. Pero el gobierno apeló de esa decisión a la Corte Suprema. El 13 de septiembre de 1978 la Corte Suprema rechazó el caso. Declaró que ‘no se habían agotado todos los recursos administrativos,’ y por eso decía que no correspondía considerar el caso por vía legal.

Esto quería decir que los testigos de Jehová debían hacer una nueva solicitud de inscripción en el Registro de Cultos. Se trató de hacer esto, pero se les negó a los Testigos el estado legal de una religión no católica. Se apeló esta negación ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y Cultos. Su resolución todavía está pendiente.

Si el Ministro de Relaciones Exteriores deniega la solicitud de los testigos de Jehová de ser considerados como religión válida, entonces de nuevo tendrán que iniciarse los pasos legales. Ese proceso puede demandar años. Mientras tanto, los testigos de Jehová se verían privados del derecho humano básico de adorar libremente al Todopoderoso Dios, de congregarse para estudiar la Palabra de Dios, o aun de hablar acerca de la Biblia con otros.

¿Qué mueve al gobierno argentino a ejercer tal presión contra cristianos temerosos de Dios? ¿Cree acaso que los cristianos modernos difieren de los del primer siglo que resistieron las presiones del Imperio Romano? ¿Cree que los testigos de Jehová se retractarán, que negarán su religión, cuando no lo hicieron aquellos cristianos primitivos? ¿O es que el gobierno aprueba la Inquisición, en la cual muchos sufrieron daño y muerte por el ‘crimen’ de poseer una Biblia?

Usted puede hacer más

Las expresiones de indignación de personas interesadas alrededor del mundo han afectado a algunos funcionarios. Los testigos de Jehová agradecen profundamente este apoyo. También agradecen los fallos favorables en los tribunales y el hecho de que algunos funcionarios individuales del gobierno han sido favorables.

No obstante, hay más que usted puede hacer para expresarse en cuanto a esta continua negativa de los derechos humanos básicos. Puede escribir expresando su punto de vista respecto a esta Inquisición del día moderno. Deje que los funcionarios sepan cómo usted ve la destrucción en masa de Biblias y literatura bíblica que se practica en Argentina hoy día. Deje que sepan lo que usted opina acerca de las acciones de fanáticos funcionarios escolares que desatienden la decisión de la Suprema Corte de Argentina, así como también la constitución del país, y siguen expulsando a niños de las escuelas.

Puede escribir a la embajada argentina en su país, y a los miembros del gobierno argentino cuyos nombres y direcciones se alistan a continuación:

Presidente de Argentina

Jorge Rafael Videla

Balcarce 50

1064 Capital Federal

Argentina

Comandante y Jefe del Ejército

Teniente General Roberto Eduardo Viola

Balcarce 50

1064 Capital Federal

Argentina

Comandante y Jefe de la Marina

Almirante Armando Lambruschini

Balcarce 50

1064 Capital Federal

Argentina

Comandante y Jefe de la Fuerza Aérea

Brigadier General Omar Domingo Graffigna

Balcarce 50

1064 Capital Federal

Argentina

Ministro de Relaciones Exteriores y Cultos

Carlos Washington Pastor

Arenales 761

1061 Capital Federal

Argentina

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