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¡Despertad! 1980
g80 8/3 págs. 13-16

La población mundial... ¿presenta un problema?

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Filipinas

HUBO tiempo en que se dio mucha publicidad a la bomba demográfica y la explosión demográfica. Actualmente los científicos nos dicen que la Tierra dista mucho de estar sobrepoblada y que podría mantener a una población mucho mayor que la actual. ¿Cuál es la situación, en verdad?

Recientemente, en Manila, la capital filipina, la Sociedad Demográfica Mundial y el Centro de la Fundación Demográfica de las Filipinas patrocinaron el cuarto Congreso Internacional sobre la Población. Oímos a especialistas del Asia, África y América considerar este problema. Creemos que lo que ellos dijeron le parecerá interesante al lector.

¿Existe un problema?

¡En cierta ocasión alguien calculó que si todo el terreno y toda el agua disponibles se distribuyeran parejamente entre la población de hoy día, cada persona tendría 2 hectáreas de terreno y casi 7 hectáreas de agua de casi 1 kilómetro de profundidad! Eso no comunica la idea de que exista un problema de hallar espacio para alojamiento, ¿verdad? Sin embargo, la misma persona calculó que, para el año 2600 E.C., a un índice de crecimiento de 2 por ciento anual, ese espacio disminuiría a menos de un metro cuadrado de lugar donde vivir para cada persona. Eso sí sería un problema.

Desde luego, lo que pudiera suceder de aquí a 700 años no va a hacernos perder el sueño ahora mismo. Pero aun hoy día muchos millones de personas están experimentando los problemas de la sobrepoblación en las zonas donde viven. Hay personas que viven en un equilibrio precario entre la subsistencia y la inanición; y no son pocos los que creen que lo que esas personas experimentan hoy día pudiera ser lo que toda la humanidad haya de experimentar en el futuro.

Nos enteramos de que el 70 por ciento de la población del mundo pertenece al llamado Tercer Mundo, o países en vías de desarrollo. Cada minuto que pasa la población de esos países crece al paso del nacimiento de entre 2 y 3 bebés y medio. Se informa que el Tercer Mundo consume 3.810 millones de kilos de alimento, 7.600 millones de kilos de agua e inhala 76.000 millones de kilos de aire al día. Aunque seguimos teniendo aire en abundancia (si bien algo contaminado en ciertas zonas), este aumento de la población ha resultado en una escasez de alimento y agua en muchos países.

Imagínese que usted regresa a su hogar después de un arduo día de trabajo en los campos y halla que no hay agua para lavarse o siquiera para beber. Eso es lo que algunas personas están experimentando aun ahora, debido a que demasiadas personas tienen que servirse de muy pequeños abastecimientos de agua. Según se le citó, la Organización para la Agricultura y la Alimentación dijo que “se duda que para fines del siglo haya agua potable disponible para toda la humanidad. La demanda global de agua potable aumentará en 240% para ese entonces.”

En cuanto a la cantidad de alimento que está disponible, se declaró que, en caso de continuar el ritmo de crecimiento actual, la humanidad aumentaría al doble en los próximos 25 años. Puesto que aun ahora hay millones de personas que no obtienen suficiente alimento, eso significa que la producción de alimento tendría que pasar del doble de la cantidad de alimento que se produce ahora. Un orador declaró que para combatir el hambre se necesitaría un aumento de 3 a 4 por ciento en la producción anual durante los próximos 25 años.

¿Será posible lograr eso? Es cierto que en condiciones ideales esta Tierra podría mantener a una cantidad de personas muchas veces mayor que la población actual. Pero las condiciones distan mucho de ser ideales. Aun en la actualidad los países menos desarrollados están luchando por aumentar su producción de alimento. Y la situación económica les hace difícil comprar de las naciones más ricas cuando se ven en la necesidad de hacerlo.

Además, cuando los países más pobres ensanchan la cantidad de terreno que dedican a fines agrícolas, propenden a extenderse hacia los bosques y montañas. Esto resulta en el desmonte o deforestación. A menudo eso produce inundaciones devastadoras. Y, ¿qué sucede si tratan de obtener del mar el alimento adicional que necesitan? Parece que hasta los recursos del supuestamente ilimitado océano tienen su límite. En 1950 se sacaron veintiún millones de toneladas de pescado de los océanos. En 1970, se logró una pesca de 70 millones de toneladas. Entonces la pesca menguó, y en 1973 solo se obtuvieron 65 millones de toneladas de pescado.

Es obvio que, si no se logra un equilibrio entre el alimento y la población, siempre habrá graves problemas rondando a la humanidad.

¿Por qué existe el problema?

Según cálculos, en 1660 había solo 500 millones de personas en la Tierra. Se informa que el índice de crecimiento en ese entonces era de un décimo de uno por ciento. A ese ritmo, se debería haber llegado a los mil millones de personas en algún tiempo en el siglo 24. Pero en realidad se llegó a los mil millones en 1830. Se alcanzó la cifra de dos mil millones en 1930, la de tres mil millones en 1960 y la de cuatro mil millones en 1975. Se espera que, a los índices de crecimiento actuales, para el año 2000 haya un población de entre seis y ocho mil millones de personas. El año 2000 no está demasiado lejos, ¿verdad?

¿A qué se debe el aumento en el índice de crecimiento? Para empezar, la proporción de mortalidad de infantes ha disminuido, y un número mayor de bebés se desarrollan en adultos y tienen sus propios bebés. Los estragos producidos por ciertas epidemias también han sido eliminados. Además, entre las causas que contribuyen a la continua aceleración del aumento demográfico se mencionaron el matrimonio y la procreación a edad temprana y, lamentablemente, los embarazos entre adolescentes solteras. Además, se informó que la Sra. Seria Grewal, del Ministerio de Salud y Bienestar de la India, dijo que el analfabetismo y la baja posición económica servían de barreras a los programas gubernamentales de planificación familiar que combaten el problema.

También hay un choque entre los que quieren poner en práctica los programas de planificación de la familia y sus oponentes religiosos. Las creencias religiosas han animado a muchas personas a tener familias numerosas. Por añadidura, en muchos países se considera a los hijos como una forma de riquezas y seguridad social. Esto ha resultado en altos índices de crecimiento de la población.

¿Puede resolverse el problema?

De modo que hay un problema, y conocemos algunas de las razones del problema. Pues bien, ¿qué se está haciendo acerca de ello? Se opinaba que todos los países deberían respetar el derecho de las personas a determinar la cantidad de hijos que tendrían y el intervalo de tiempo en el cual los tendrían. Sin embargo, Philander P. Claxton, presidente de la Sociedad Demográfica Mundial, opinó que los países deberían continuar esforzándose por lograr las metas que se fijaron en el congreso anterior, celebrado en Bangkok, Tailandia, en 1975, a saber: que, en promedio, dentro de dos o tres décadas, cada nación miembro debería tratar de alcanzar la meta de una familia que consistiera en dos hijos. Aun si se lograra esa meta, la población mundial llegaría a 5.900 millones de personas para fines del siglo. Sin embargo, parece que la familia de cuatro a seis hijos sigue siendo común en la mayoría de los países en vías de desarrollo.

Recientemente se pudo ver en las Filipinas lo grave que algunas personas consideran este problema. En el Batasang Pambansa Interino (el actual parlamento filipino) se introdujo un proyecto de ley con el propósito declarado de equilibrar la cantidad de alimento y alojamiento disponibles con el número de futuros habitantes del país por medio de penalizar a las familias que tuvieran más de dos hijos. El proyecto de ley propuso que la madre que tuviera dos hijos sobrevivientes pagara una multa de 100 pesos (aproximadamente 15 dólares, moneda de E.U.A.) cuando naciera su tercer hijo, 200 pesos (30 dólares) cuando naciera el cuarto hijo, y así por el estilo. Eso está en armonía con los comentarios de algunas fuentes al efecto de que algún día la paternidad quizás se convierta en privilegio, y deje de ser un derecho.

Naturalmente, el proyecto de ley encontró mucha oposición. Los principales oponentes fueron los líderes de la Iglesia Católica. La Conferencia de Obispos Católicos de las Filipinas, que cuenta con 80 miembros, rechazó la propuesta, declarando: “El derecho de los padres a determinar el número de sus hijos es un derecho humano inalienable que no se puede remover por edicto legislado. Las enseñanzas de la Iglesia sobre este asunto son inequívocas. . . . En vista del derecho inalienable de casarse y engendrar hijos, la cuestión de cuántos hijos deben nacer es algo que los padres deben determinar según su honrado criterio. De ningún modo se puede encomendar esta cuestión a la decisión del gobierno.”

Progreso logrado hasta ahora

En congresos anteriores sobre la población, se puso el énfasis en los programas demográficos centralizados que tienen la meta de refrenar el crecimiento. Se afirma que se han logrado reducciones sustanciales en los índices de natalidad en China, Indonesia, Corea, Tailandia, Costa Rica, Colombia, Túnez, Hong Kong y las Filipinas, entre otros países. Sesenta y tres países en vías de desarrollo tienen su propios programas de planificación familiar.

Se dijo que en China los índices de fertilidad han menguado, como promedio, de 4,2 a 3,2 hijos por mujer en edad de fertilidad. En Indonesia han menguado de 6,5 a 4,6. La Organización Mundial de la Salud ha estado administrando desde hace 10 años un programa de investigación, desarrollo y entrenamiento sobre la reproducción humana. El programa se mantiene por medio de contribuciones voluntarias, y en él colaboran científicos de 62 países. Para 1976, según informes, se habían gastado casi 1.000.000.000 de dólares en ayuda a la planificación familiar.

En el congreso de las Filipinas no se recalcó la necesidad de conocer los artefactos y las técnicas de la planificación familiar, aunque se creía que éstos eran importantes. Más bien, se dio énfasis a la importancia de interesar a la comunidad en los problemas demográficos, y a usar las fuentes locales para combatir los problemas. Se consideró que la salud, la nutrición y el desarrollo de la comunidad estaban relacionados con el control demográfico. Se citó la siguiente declaración del Plan de Acción Demográfico Mundial (adoptado por el Congreso Demográfico Mundial de las Naciones Unidas de 1974): “Se reconoce que las metas demográficas son ‘partes integrales’ del desarrollo social, económico y cultural.”

También se consideró que la educación, el empleo y el desarrollo económico general estaban enlazados con el problema demográfico. Los jóvenes componen aproximadamente 1.300 millones de la población de la Tierra, y por lo tanto los expertos desean que la educación sexual y los consejos premaritales estén disponibles a este gran grupo de personas. Mechai Viravaidya, de Tailandia, pidió que a los niños se les proporcionara instrucción sobre el sexo y la planificación familiar, y que no se les enseñara a abochornarse. Según informes, él afirmó que ha habido una reducción de 40 por ciento en la cantidad de embarazos en la tercera parte de las aldeas de Tailandia como resultado de “desensibilizar” a la gente y de dar publicidad a la planificación familiar. Se informa que Zahia Marzouk, de Egipto, declaró: “Pudimos elevar las normas económicas de las mujeres enseñándoles oficios que generan ingresos, y, como resultado de ello, aumentó el interés en limitar el tamaño de la familia.”

Sí hay un problema demográfico

De lo que se dijo en el congreso, se nos hizo muy patente que sí existe un problema demográfico. Aunque la Tierra dista mucho de estar llena ahora, si la población continúa aumentando llegará el día en que la Tierra estará más que llena. Y aunque es cierto que, si la riqueza de las naciones se distribuyera parejamente, habría más que suficiente para todo el mundo, esa situación ideal no existe. En la actualidad millones de personas están viviendo en zonas sobrepobladas. Y aunque la población de muchos de los países más ricos no está aumentando rápidamente, la de los países más pobres sí está aumentando. Por lo tanto, los problemas de éstos probablemente lleguen a ser los más graves.

La concurrencia al congreso de Manila concordó en que el problema demográfico es grande. A este respecto, se instó a las naciones a abandonar consideraciones enlazadas con intereses nacionales y a trabajar por el bienestar de la comunidad internacional. Se instó a los países ricos a limitar su excesivo consumo de las riquezas del mundo, y se animó a los países más pobres a limitar el número de su población. Se vio la cooperación como un medio de detener el crecimiento. Pero, ¿se realizará esto?

Si lo que se necesita para resolver los problemas del mundo es cooperación internacional, entonces —a juzgar por el registro que el mundo se ha hecho hasta ahora— es probable que éste continúe siendo otro de los problemas que no se pueden resolver bajo el sistema de cosas actual.

“Y ciertamente haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel, y ellos realmente edificarán las ciudades desoladas y las habitarán, y plantarán viñas y beberán el vino de ellas, y harán jardines y comerán el fruto de ellos.”—Amós 9:14.

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