Variedad de remedios
EL RESOLVERSE a perder peso puede llevar a extremos. En casos de sobrepeso excesivo, una terapia moderna consiste en atar con alambres las quijadas del paciente. De ese modo la persona que come compulsivamente se ve obligada a sostenerse solo por medio de líquidos.
Una medida aún más drástica es una operación que hace que la mayor parte del intestino delgado y parte del intestino grueso queden fuera de la digestión. A través de las paredes intestinales se absorben sustancias nutritivas. Por eso, esta medida significa que el alimento pasa a través del cuerpo sin ser asimilado. Afortunadamente, esta operación suele ser reversible. Aun así, tiene un índice de mortalidad de 5 por ciento.
Drogas y pastillas para adelgazar
Inmediatamente después de la II Guerra Mundial se dio uso extenso a las anfetaminas para controlar el apetito. Pero el cuadro cambió dramáticamente. Un Grupo de Trabajadores establecido por la Asociación Médica Británica en 1967 informó: “Estas drogas deben evitarse tanto como sea posible en el tratamiento de la obesidad.” ¿Por qué? Porque las drogas anfetamínicas pueden conducir a una seria afición a ellas, y a menudo tienen efectos secundarios perjudiciales.
En los últimos años se han producido drogas generalmente conocidas como “anoréxicas.” Pero muchas personas se han desilusionado amargamente con éstas. Se les anuncia como un medio de aumentar el uso de la glucosa por los tejidos, lo cual resulta en que se deposite menos grasa. ¿Son eficaces estas drogas? Un médico inglés, el Dr. Michael Spira, informa: “La evidencia en el sentido de que esto realmente suceda no parece muy convincente.”
¿Qué hay de las “píldoras para adelgazar”? Algunas de las drogas antes mencionadas caen en esta categoría. ¡Además, en el mercado abundan las píldoras de toda clase y tamaño que contienen cosas tales como extractos de glándulas, vitaminas, celulosa de metilo, hormonas... o sencillamente laxantes! La variedad de píldoras es verdaderamente amplia, pero su eficacia comprobada en el tratamiento general del sobrepeso está muy en duda.
¿Ejercicios?
¿Son los ejercicios la solución en lo relativo a reducir de peso? Hasta cierto punto, sí. Después de todo, vivimos en un mundo que busca ahorrarse esfuerzos. El consumo normal de energía que tendría lugar en asuntos cotidianos como el de subir escaleras suele eliminarse por medio de usar el ascensor. El caminar a las tiendas, o hasta el viaje de ida y vuelta a pie a la escuela, han sido cambiados por transportarse en automóvil. Las máquinas se encargan de muchas de las tareas que consumen energía en el hogar. De manera similar, los trabajos sedentarios exigen muy poco esfuerzo físico. En muchos países de hoy día hay la tendencia a no usar el cuerpo, y los músculos se aflojan y mucho del abastecimiento de energía del cuerpo se convierte en grasa.
A veces se presentan en el mercado ideas que tienen como fin restaurar el equilibrio. Hace unos años unos amplios aros de “bailar hula hawaiana” fueron la sensación para reducir protuberancias en la región media del torso. Los aparatos para hacer ejercicios remedando el remar o correr en bicicleta, las máquinas para dar masajes por vibraciones, y un sinnúmero de otros artefactos que llevan sogas y poleas, siempre se pueden comprar o están disponibles en clubes y clínicas para el bienestar físico.
Una manera muy popular de hacer ejercicios en la actualidad es la de correr al trote. Sin embargo, el que una persona obesa participe en ejercicios vigorosos ciertamente puede ser muy peligroso. Aun para la persona activa es perjudicial el que se esfuerce por correr al trote sin haber participado en ejercicios de preparación. Para las personas que no están en condiciones de correr al trote, una caminata vigorosa puede ser beneficiosa... sin embargo, ¡hay que enfrentarse al hecho de que el caminar un kilómetro y medio por día resulta en una pérdida de peso de menos de 0,45 kilogramos por mes! Sin embargo, es obvio que el ejercicio sí ayuda a reducir de peso, pues cualquier esfuerzo físico significa que se está dando uso a las calorías en vez de estar almacenándolas en forma de grasa en el cuerpo.
Como grupo, muchos defensores de diferentes métodos de adelgazar están en desacuerdo en puntos vitales. ¿Será que no existe ningún factor común en la confusión de remedios que se ofrecen para reducir? Sí, hay uno.
La cuestión fundamental
“El sobrepeso viene de comer demasiado.” Esas seis palabras significativas se repiten varias veces en la obra This Slimming Business (Este negocio de adelgazar) por John Yudkin, profesor jubilado de nutrición, de la Universidad de Londres, Inglaterra. Vea el cuadro de la página 10.
En todos los casos, a excepción de una pequeña cantidad, el sobrepeso se puede resolver por medio de regular la cantidad o tipo del alimento que se ingiere. Las personas que desean rebajar tienen que consumir menos calorías, ya sea por medio de comer menos alimento o por medio de evitar productos con alto contenido de calorías, tales como los dulces. Si uno busca consejo médico acerca de un problema relacionado con el peso, es probable que el médico le recomiende alguna dieta que le permita ingerir calorías en proporción con la energía que uno consume. Sin embargo, al principio quizás se necesite una dieta más estricta para bajar de peso hasta llegar a los límites apropiados para las personas de la estatura, edad y estructura de uno. Esas cifras se pueden obtener fácilmente de las compañías de seguro de vida o de libros o revistas sobre dietas.
Hay una gran variedad de dietas. Es obvio que una dieta a base de vegetales será más costosa (a menos que uno cultive sus propias frutas y vegetales), y lo mismo sucede con una dieta que envuelva alto contenido de proteínas. Es bueno tener presente también que los “alimentos dietéticos” especiales usualmente son más costosos y de valor dudoso, con excepción de que sean un suplemento alimenticio temporero. Hay que ejercer cautela en cuanto a programas de “dieta intensiva.” Esos métodos pueden ser muy peligrosos y llevar a serios problemas de salud, como el de adquirir úlceras.
Algunas sugerencias prácticas
Una manera de limitar la energía alimenticia que uno ingiere es por medio de tomar nota de todo lo que uno come cada día, incluso todas las meriendas entre comidas. Valore el contenido total de calorías de cada cosa que usted coma o tome. Entrénese en entender el valor de los alimentos a ese respecto y luego planee cómo reducir sistemáticamente su consumo de calorías de cada día. Existe un peligro en este procedimiento. Hay que cuidarse para no absorberse demasiado en tal empresa. Puede robarle a uno el tiempo que necesita para otras cosas esenciales.
Muchos piensan que el contar las calorías es demasiado tedioso y pronto pierden el interés en ello. Un método más sencillo de perder peso es por medio de continuar con una dieta normal, disfrutar de lo que se come, pero comer menos de ello. En vez de comer tres rebanadas de pan, uno puede comer dos. Si come papas, o patatas, cómase una menos. En vez de dos cucharadas de azúcar en el té o café, use una sola. ¡Si uno toma cinco tazas de estas bebidas diariamente, esa reducción en el azúcar significaría una reducción de por lo menos 1.000 calorías por semana... sin contar el dinero que se ahorra! Hay que prestar atención especial a disminuir la cantidad de calorías que uno ingiere de noche, debido a que usualmente hay poca actividad física en ese tiempo. Uno no debe esperar resultados espectaculares con este procedimiento. Pero a medida que pasa el tiempo uno va perdiendo peso gradualmente... y ésa es la mejor manera de hacerlo.
El enfocar la situación de esta manera está en armonía con el consejo bíblico de ‘comer y beber con regocijo,’ pero evitar el “comer con exceso y beber con exceso” debido a los efectos adversos que tales abusos producen, no solo físicamente, sino en el modo en que la persona responde a asuntos espirituales importantes en la vida.—Ecl. 9:7; Luc. 21:34.
Ahora sería útil considerar algunas sugerencias que han resultado útiles en algunos casos. Coma solo cuando tenga hambre. El tomar una merienda ligera en vez de una cena completa de vez en cuando no causa ningún daño. Evite el “picar” mientras ve programas de televisión o lee o simplemente charla con amigos. El tomar algo media hora antes de la cena templará el apetito, y el tomar un poquito con las comidas le ayudará a sentirse satisfecho con menos alimento. El masticar completamente los alimentos le traerá más satisfacción al comer, y al hacer eso usted también comerá menos. Hay que darse tiempo para disfrutar de las comidas. El comer despacio puede ayudar a eliminar el exceso de grasa. El Dr. Theodore Van Itallie, especialista en obesidad, dijo en una entrevista que se publicó en Psychology Today: “El paso al que se come puede ser un factor. Hay personas que se tragan apresuradamente el alimento. Algunos investigadores creen que si uno se traga el alimento puede ser que las señales de saciedad que le avisan a uno que ya es tiempo de dejar de comer quizás no tengan tiempo para entrar en acción.”
Para progreso en el esfuerzo por reducir de peso, es esencial la resolución y el gobierno de uno mismo. El leer o consultar a los médicos sobre este problema no es sustituto válido del esfuerzo personal.
[Ilustraciones en la página 9]
PÍLDORAS PARA ADELGAZAR
EJERCICIO
[Ilustración en la página 11]
COMER MENOS
[Tabla en la página 10]
SE TOMA SE GASTA RESULTADO
Alimento 2.000 Energía 2.000 Peso constante.
(Energía) calorías calorías
Alimento 2.000 Energía 2.500 Pérdida de peso a
(Energía) calorías calorías medida que el cuerpo
utiliza reservas de
grasa para compensar
por el déficit de
500 calorías.
Alimento 2.000 Energía 1.500 Aumento de peso a
(Energía) calorías calorías medida que el cuerpo
deposita 500
calorías sobrantes
en la forma de
grasas.