Qué hacer para las quemaduras
TAL vez le sorprenda saber que cada día miles de personas experimentan quemaduras. En tan solo los Estados Unidos un promedio diario de aproximadamente 270 personas reciben quemaduras tan graves que tienen que ser hospitalizadas. Si acaso usted o un amigo fuera víctima de una quemadura, hay ciertas cosas que usted puede hacer para minimizar y hasta anular el daño.
Para ilustrar esto: El verano pasado Anna Helak, una señora de 59 años de edad de la ciudad de Nueva York, estaba preparando una cena para invitados. Cuando abrió la puerta del horno, hubo una ráfaga de calor y fuego. Afortunadamente, esto no le causó grave daño, pues la parte superior del brazo derecho fue, evidentemente, la única parte de su cuerpo tocada por el fuego. Puesto que faltaba poco para que llegaran los invitados, ella se envolvió el brazo en una toalla y siguió con las preparaciones para la cena.
Cuando los invitados empezaron a llegar, Anna todavía estaba visiblemente afectada —más o menos en estado de choque— y el brazo empezaba a dolerle. Cuando los invitados le quitaron la toalla la carne se veía roja, y habían empezado a formarse ampollas. Uno de los invitados pidió que le trajeran un cubo lleno de agua helada.
Entonces se le dijo a Anna que metiera el brazo quemado en el cubo. Al hacerlo, ella dio un suspiro de alivio, puesto que el frío calmó casi instantáneamente el dolor. Pero el brazo empezó a dolerle de nuevo cuando, después de unos cuantos minutos, ella lo sacó del cubo. Se le dijo que mantuviera el brazo en el agua y que lo sacara más o menos cada 20 minutos.
No fue sino hasta después de unas tres horas que Anna pudo tener el brazo fuera del agua fría sin que le doliera. El brazo sanó sin cicatrizarse y sin ninguna otra complicación o dolor. ¡Cuán agradecida se sintió Anna de que uno de sus convidados supiera qué hacer para las quemaduras!
Por muchos años la profesión médica casi pasó por alto este tratamiento sencillo con agua fría. Pero en los últimos tiempos la literatura médica ha señalado que el enfriamiento inmediato de las quemaduras es el más provechoso procedimiento aislado que se puede seguir. Durante los años sesenta el Dr. Alex G. Shulman tomó la delantera en el restablecimiento del tratamiento con agua fría. En un artículo publicado en el “Journal of the American Medical Association” él informó acerca de 150 pacientes con quemaduras de todo grado, pero con menos del 20 por ciento de la superficie corporal afectada, que habían sido tratados con éxito.
La sección quemada fue sumergida en una palangana grande de agua fría a la cual se habían añadido cubitos de hielo y hexaclorofeno. Si no era posible sumergir en agua la parte quemada, entonces se le aplicaban toallas mojadas en agua helada. Este médico declaró: “El factor del tiempo desde la lesión hasta el tratamiento es lo que determina el resultado.” Añadió: “Por lo tanto, si es posible, el paciente o un encargado de primeros auxilios debe iniciar inmediatamente este tratamiento.”
¿Qué debe hacerse para las quemaduras? Aplicar el frío a ellas inmediatamente. Es vital obrar rápidamente. Así se puede librar a la víctima de mucho sufrimiento y evitar que queden cicatrices.