Cada célula como una ciudad murada
UN NÚMERO reciente de la revista estadounidense “Newsweek” examinó el dominio microscópico de las células humanas. Los escritores se maravillaron ante la tremenda variedad de funciones que se logran en tan pequeño espacio. “Cada una de esas 100 billones de células funciona como una ciudad murada. Centrales de energía generan la energía de la célula. Fábricas producen proteínas, unidades vitales del comercio químico. Complejos sistemas de transportación guían sustancias químicas específicas de un punto a otro dentro de la célula y más allá. Centinelas en las defensas controlan los mercados de exportación e importación, y examinan el mundo exterior para ver si hay señales de peligro. Disciplinados ejércitos biológicos están prestos para luchar con los invasores. Un gobierno genético centralizado mantiene el orden.”
Otra fascinante operación de este diminuto “gobierno” es su “servicio postal” que se encarga de que las proteínas fabricadas lleguen a sus debidos destinos dentro de la célula. “Nos parece que hay un sistema de código postal en la célula, tal como lo hay en el Servicio Postal,” dice un científico de la Universidad de Rockefeller. Las proteínas fabricadas por los ribosomas, según se cree, tienen en su “dirección” un código de 20 a 50 aminoácidos. El científico dice que “la superficie del organelo [parte celular] apropiado reconoce la dirección y permite la entrada de la proteína, como agentes que reconocieran el visado de uno y le permitieran cruzar una frontera.”
La revista mencionó varias veces lo poco que sabe la ciencia de cómo logran las células lo que hacen. Por ejemplo, señala que “los investigadores siguen intrigados por los misteriosos mecanismos químicos que hacen posible que genes particulares que se hallan en células diferentes se activen y desactiven a sí mismos y se comporten de diferentes maneras en diversas circunstancias.” El artículo también cita estas palabras de Christian de Duve, de la Universidad de Rockefeller, ganador del premio Nobel: “Lo que tenemos hoy es una descripción de lo que sucede en la célula, no un entendimiento de cómo sucede.”
Por todo el artículo aparecen expresiones como: “La célula humana y sus organelos o partes interiores todavía ocultan muchos secretos.” “Nada deja más perplejos a los biólogos que la regulación. Por ejemplo, tanto las células del páncreas como las de los ojos contienen un gene que puede producir insulina, pero las células del páncreas hacen insulina y las células de los ojos no.” Considerando el hecho de que parece que a algunos genes se les mantiene en un agarro químico de modo que no funcionan en las células en las cuales no se les necesita, pregunta: “¿A qué se debe que a un gene se le mantiene bajo fuerte agarro y a otro no? Los científicos todavía no tienen la respuesta a eso.” El artículo concluye así: “Cada respuesta parece plantear una pregunta nueva y más compleja acerca de la célula. . . . si algo es seguro en el diminuto y misterioso mundo de las células es que la célula humana jamás entregará todos sus secretos.”