¿Se ha preguntado usted alguna vez . . . ?
¿Es correcto hablar con otros acerca de religión?
ACTUALMENTE, el tema de la religión es noticia de primera plana. Temas como los viajes del papa Juan Pablo, las discrepancias teológicas en Europa, el auge del islam y el enfoque diario de los ayatolas de Irán, llegan a los titulares con regularidad. Por eso, muchas personas —incluso personas que solían evitar el tema— están ahora hablando de religión.
¿DEBE CAUSAR SIEMPRE UNA DISCUSIÓN EL HABLAR DE RELIGIÓN?
No; no debería ser así. El hablar de religión debería ayudar a las personas a entender por qué otros piensan y actúan como lo hacen. Esto es especialmente cierto cuando se considera la Biblia, porque ésta nos estimula a amar a nuestro prójimo o vecino.
¿No concuerda usted en que se necesita mejor comprensión entre vecinos? A fin de llegarnos a conocer unos a otros es lógico que hablemos personalmente unos con otros. Pero esto no siempre es fácil, especialmente cuando en ello va envuelta la religión.
Por ejemplo, recientemente emigraron a las Islas Británicas muchos asiáticos de la India, Paquistán y países del África oriental. Naturalmente, llevaron consigo sus culturas llenas de colorido junto con sus religiones. ¡El comunicarse con esta población de casi medio millón de personas que hablan gujarati (gujrati) no es tarea fácil para el cristiano! El camino más fácil es simplemente no preocuparse sobre el asunto. La mayoría de las iglesias de las Islas Británicas no se preocupan. Están bastante satisfechas con solamente coexistir.
Por otro lado, muchos testigos de Jehová han emprendido el estudio del idioma de sus nuevos vecinos para poder hablar con ellos acerca de la fe en Dios. Es de interés el comentario que apareció recientemente en el periódico “Garavi Gujarat,” en el cual se dijo que los testigos de Jehová “ahora están dando conferencias bíblicas en gujarati” con regularidad. Esto ha resultado en muchas amistades debido a que se ha desplegado más cordialidad y comprensión. Además de un mejor entendimiento del prójimo, ¿existen otros beneficios de estos intercambios? En otras palabras . . .
¿BENEFICIAN REALMENTE TALES CONVERSACIONES?
Sí, porque todos los que participan en la conversación pueden ampliar su conocimiento de la religión y del papel que ésta desempeña en la vida actualmente. Aunque la religión es un asunto personal, es cierto lo que dice el sabio proverbio bíblico: “El hierro con hierro se aguza, y el hombre aguza el ingenio de su amigo.”—Pro. 27:17, “Versión Torres Amat.”
Nadie tiene conocimiento espiritual completo. Todos podemos ‘aguzar el ingenio,’ los unos de los otros tal como dice el proverbio. Consideraciones amistosas acerca de la religión pueden ser edificantes, además de suministrar respuestas significativas a preguntas vitales. “En la actualidad toda persona lleva en su interior profundos interrogantes,” informa una joven que se lamenta así: “Una no encuentra las respuestas en la religión ni en la iglesia. Aunque tengo fe, algo falta en la iglesia.”
Muchos están de acuerdo con eso. Todavía tienen fe en Dios, pero se han sentido frustrados al tratar de encontrar en la iglesia las respuestas a preguntas profundas. Por ejemplo: ¿Qué sucede después de la muerte? ¿Por qué ha permitido Dios la maldad o iniquidad? ¿Hará él algo alguna vez al respecto? ¿Qué propósito tiene la vida? ¿Cómo puedo mantener a mi familia unida? La mayoría de las iglesias no han suministrado a la gente respuestas satisfacientes. Como resultado de esto, poco a poco muchas personas han dejado de asistir a la iglesia. Pero esto nos lleva a otra pregunta que nos hace pensar:
¿HAY QUE IR A LA IGLESIA PARA HABLAR DE RELIGIÓN?
El ejemplo del fundador del cristianismo da a entender que no. Un aspecto extraordinario de la predicación de Jesús era que él no necesitaba un edificio especial en el cual hablar con la gente acerca de religión. Él se alegraba de hablar acerca de Dios en cualquier lugar y en cualquier momento. Lo mismo hablaba desde la falda de una montaña que en un mercado, en una playa o sencillamente mientras andaba por un camino polvoriento. Estos eran ambientes naturales y la gente por lo tanto se sentía tranquila cuando conversaba con él.
Jesús visitaba a las personas en sus hogares para hablar acerca de religión. De hecho, la Biblia revela que expuso algunas de sus enseñanzas más profundas en hogares privados. Dijo específicamente a sus discípulos: “En cualquier ciudad o aldea que entren, busquen hasta descubrir quién en ella es merecedor, y quédense allí hasta que salgan. Al entrar en la casa, salúdenla; y si la casa lo merece, venga sobre ella la paz que le desean.” Muy claramente se ve que ellos tenían que visitar a las personas en sus hogares y compartir con ellas lo que hubieran aprendido de Jesús.—Mat. 10:11-13; 13:36.
A medida que la fe cristiana creció, el hogar llegó a ser centro de congregación. Aunque los cristianos finalmente tuvieron sus lugares de reunión donde toda la congregación se reunía para estudiar la Biblia, mucho de su efectivo conversar acerca de Dios se efectuó en hogares. Fue esta anuencia a hablar a otros en toda ocasión lo que contribuyó a la rápida expansión del cristianismo. Los discípulos celosos establecieron un ejemplo excelente para los cristianos de hoy.
Hoy, los testigos de Jehová están dispuestos a hacer lo mismo. Saben que la Biblia contiene respuestas satisfacientes a los profundos interrogantes ya mencionados, así como a muchos más. Ellos están muy dispuestos a compartir tal información con usted. Semanalmente visitan más de un millón de hogares por todo el mundo para considerar regularmente la Biblia con la gente. Usted sólo tiene que pedir que se le incluya en este servicio público gratuito. Descubra usted mismo lo útil que puede ser hablar con los testigos de Jehová acerca de las respuestas que ofrece la Biblia a los problemas de la vida.