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  • g81 22/10 págs. 8-9
  • Mientras continúa, ¿qué nos puede enseñar?

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  • Mientras continúa, ¿qué nos puede enseñar?
  • ¡Despertad! 1981
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  • SIEMBRA Y SIEGA
  • LA EXPERIENCIA PUEDE ENSEÑAR
  • SE PROFUNDIZA EL APRECIO
  • EL CAMINO DE LA SABIDURÍA
  • EL CAMINO DIFÍCIL
  • ¿CUÁNTO SUFRIMIENTO?
  • EL REMEDIO NO ESTÁ EN EL HOMBRE
  • Si Dios es amor, ¿por qué permite la iniquidad?
    ¡Despertad! 1980
  • ¿Por qué permite Dios la maldad?
    ¡Despertad! 1981
  • “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segara”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1969
  • “¿Por qué permite Dios la maldad?”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
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¡Despertad! 1981
g81 22/10 págs. 8-9

Mientras continúa, ¿qué nos puede enseñar?

SIEMBRA Y SIEGA

Se siembra semilla de trigo y se obtiene trigo. Se siembra centeno y crece centeno. Se siembra cebada y se cosecha cebada. Es lógico. Nadie espera que suceda otra cosa. Sin embargo, en lo referente a la conducta, muchas personas piensan que pueden sembrar la maldad y segar el bien. Esto no puede ser, según lo señala Gálatas 6:7: “No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” Puede que pase mucho tiempo entre el sembrar y el segar, pero el día de la siega llega. Es una lección que debemos aprender.

LA EXPERIENCIA PUEDE ENSEÑAR

Jehová permitió que su Hijo Jesús sufriera a manos de hombres inicuos y aprendiera de tal experiencia: “Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por las cosas que sufrió.” Esto también lo preparó para servir como sumo sacerdote que pudiera “condolerse de nuestras debilidades.” (Heb. 4:15; 5:8) El aguantar la iniquidad fortalece la integridad y la obediencia a Dios, y nos ayuda a condolernos de otros que sufren, como sucedió en el caso de Jesús. Hoy en día a menudo los padres permiten que sus hijos aprendan por dura experiencia, y permiten que sufran las consecuencias de su necedad, pues saben que hay algunas cosas que éstos no podrán aprender de ninguna otra manera. Podemos aprender muchas lecciones valiosas como resultado de que Jehová permita la maldad.

SE PROFUNDIZA EL APRECIO

Damos por sentadas muchas de nuestras bendiciones. No pensamos en la energía y la salud de que disfrutamos en la juventud sino hasta que la edad avanzada nos priva de ellas. La buena vista, el oído agudo, el buen alimento, la ropa que nos abriga, los hogares cómodos... estas bendiciones y otras las dan por sentadas las personas que están acostumbradas a tenerlas. Pero si uno pierde la vista o el oído, si pasa frío o hambre, si se le amputa una pierna, o pierde a un ser querido en la muerte... entonces uno aprecia como nunca antes lo que ha tenido y ha perdido. Póngase una venda en los ojos por una semana, o por un solo día, y se dará cuenta de lo que sus ojos significan para usted. El experimentar la iniquidad puede que nos prive de algunas de nuestras bendiciones, pero nos puede enseñar a apreciar lo que tenemos.

EL CAMINO DE LA SABIDURÍA

Millones de personas hoy día no aprecian las pautas que Dios nos ha dado. Es decir, no las aprecian sino hasta después de haberlas pasado por alto y haber segado las consecuencias. ¡Cuánto mejor es haber hecho caso de las pautas en primer lugar y haber evitado el sufrimiento! No tenemos que aprender por experiencia amarga: “El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto.” (Sal. 19:7) Al observar las duras experiencias de otros, el inexperto puede aprender: “Al imponérsele una multa al burlador el inexperto se hace sabio.” No tiene que sufrir la penalidad él mismo: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse.” (Pro. 21:11; 22:3) El observar las consecuencias de la iniquidad nos puede enseñar a evitarla.

EL CAMINO DIFÍCIL

Debido a que la nación del Israel antiguo, que fue la nación de Jehová, no se apegó a las pautas de Dios, aprendió el valor de aquellas pautas de la manera difícil... al sufrir las consecuencias: “Procedió a sojuzgar con penoso afán el corazón de ellos . . . Los que fueron tontos . . . debido a sus errores, por fin se causaron a sí mismos aflicción.” (Sal. 107:11-17) Jehová les dijo: “Tu maldad debe corregirte, y tus propios actos de infidelidad deben censurarte. Sabe, pues, y ve que tu dejar a Jehová tu Dios es cosa mala y amarga.” (Jer. 2:19) Sin embargo, muchas personas incorregibles rehúsan aprender mediante la corrección: “Aunque machaques al tonto con un majador en un mortero, entre el grano resquebrajado, hasta quedar fino, no se apartará de él su tontedad.”—Pro. 27:22.

¿CUÁNTO SUFRIMIENTO?

Muchas personas que sufren ahora son víctimas inocentes. Tal cosa perturba a muchos, pero nos debería enseñar que los sistemas malos acarrean sufrimiento a millones de personas. Pero no debemos ver el sufrimiento como mayor de lo que es para un individuo. la gente habla de la horrible cantidad de sufrimiento humano, pero hay que recordar esto: mil personas pueden tener dolor de cabeza, pero ningún individuo sufre el dolor de mil dolores de cabeza. Nadie sufre más de un dolor de cabeza a la vez; cada persona sufre solo la milésima parte del total. Además, la iniquidad ha sido permitida por 6.000 años, pero ninguna persona por sí sola ha tenido que sufrir 6.000 años de iniquidad. Cada uno la aguanta por solamente una vida. Eso es más que suficiente.

EL REMEDIO NO ESTÁ EN EL HOMBRE

Lo importante es esto: aprendamos la lección que enseña la existencia de la maldad hasta ahora. Si sembramos iniquidad, eso cosecharemos. Cuando naciones hacen eso, millones de personas sufren. Durante 6.000 años el hombre ha probado muchas diferentes formas de gobierno; ninguno de éstos ha producido paz y felicidad. Vez tras vez se ha probado cierto esto: “No le pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso.” (Jer. 10:23) Políticos, militares, financieros, clérigos... todos le han fallado a la humanidad. ¿No nos enseñan estos miles de años de estar segando la iniquidad que se necesita otra clase de siembra, y que se requiere algo más que el esfuerzo humano?

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