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¡Despertad! 1981
g81 8/9 págs. 25-27

¿Cuán seguros son los hornos de microondas?

“NADIE sabe si a la larga son seguros o no cuando se emplean por mucho tiempo.” Eso fue lo que dijo acerca de los hornos de microondas de los Estados Unidos la Unión de Consumidores, una organización que somete a examen productos industriales.

Algunos científicos del campo de las microondas tienen hornos de microondas y opinan que no presentan ningún peligro grave. Otros creen que sí lo presentan. El Dr. Milton M. Zaret da la siguiente explicación:

“La cantidad de escape de los hornos de microondas establecida como norma por la Oficina de Sanidad Radiológica es aproximadamente mil millones de veces mayor que el espectro entero, total, de microondas emitido por el Sol. El que se permita que estos hornos tengan escape alguno es causa de consternación, sin hablar de la publicidad que se da a los hornos, en la cual se anima a nuestros hijos a divertirse aprendiendo a cocinar con ellos.”

Todavía no se han contestado ciertas preguntas acerca de la seguridad de los hornos de microondas. Entretanto, se sabe de algunas cosas que indican quiénes más, probablemente, sean sensibles a exposición de bajo nivel a las microondas.

Los que corren el mayor riesgo

Especialmente las mujeres que están encintas deben tener cuidado. Según una agencia gubernamental de los EE. UU., “de la población que está expuesta potencialmente a la radiación de microondas, probablemente el sector más sensible” sea el del feto humano. En Checoslovaquia y Polonia a las mujeres embarazadas se les separa, en su lugar de trabajo, para darles protección especial por temor que ocurran abortos y defectos genéticos. En ninguno de estos dos países se permite que las embarazadas estén expuestas a las cantidades de radiación de microondas que se permite que escapen de los hornos que se venden en los países de Occidente.

Los niños representan otro sector de la población sensible a esta radiación. “Por medio de la investigación se ha planteado la posibilidad, y no puede ser pasada por alto, de que puedan ocurrir efectos acumulativos como resultado de la radiación de microondas,” dice un informe de la Oficina de Sanidad Radiológica de los EE. UU. “Existe la posibilidad de que los jóvenes y los muy jóvenes se expongan a los hornos [de microondas] repetidas veces a medida que estos hornos lleguen a usarse comúnmente, y esto puede tener sus consecuencias.”

Además, los investigadores soviéticos recomiendan que las personas que tengan problemas cardiovasculares eviten exponerse a microondas de bajo nivel debido a la posibilidad de que sufran ataques al corazón. También dicen que las personas que están enfermas crónicamente y las que tienen enfermedades contagiosas o que recientemente hayan quedado debilitadas por éstas son más sensibles a los efectos de la exposición a las microondas.

Niveles de exposición

En los Estados Unidos la cantidad de escape que se permite para un horno de microondas al tiempo de la venta es de 1.000 microvatios por centímetro cuadrado a una distancia de cinco centímetros, y 5.000 microvatios por centímetro cuadrado después de eso. Sin embargo, a medida que uno se aleja del horno de microondas, el nivel de exposición baja dramáticamente. El Dr. M. Shore, director de la división de los efectos biológicos en la Oficina de Sanidad Radiológica del Departamento Federal de Agricultura de los Estados Unidos, explica:

“Una característica de las microondas es que, a medida que uno se aleja de la fuente, como, por ejemplo, un horno, hay una reducción considerable en los niveles de exposición. Si uno se mueve hacia atrás de 2 pulgadas [5 centímetros] (donde se miden los cinco milivatios [5.000 microvatios]) a 20 pulgadas [50 centímetros] de distancia, o más o menos lo largo del brazo, se ha movido hacia atrás por un factor de 10, pero el nivel de las microondas baja por un factor de 100, o el cuadrado de la distancia. El efecto neto es que el nivel de exposición que es posible a los consumidores que usan hornos de microondas en el hogar es probablemente inferior al que es admisible bajo las normas de trabajo de Rusia.”

Pero no tiene que ser así necesariamente. En la Unión Soviética el máximo de exposición a microondas que se permite en el trabajo es de 10 microvatios por centímetro cuadrado por un día de ocho horas. Así, los 5.000 microvatios por centímetro cuadrado que se permite que escapen de los hornos en los Estados Unidos bien pudieran exponer a más radiación que la que permiten las normas soviéticas a la persona que se hallara cerca de un horno con escape.

Una investigación que se efectuó en los Estados Unidos en 1969 señaló al alarmante hecho de que una tercera parte de los hornos de microondas probados tenían un escape de más de 10.000 microvatios por centímetro cuadrado. Evidentemente en los modelos más recientes hay menos tendencia a dejar escapar la radiación. Pero, ¿cómo puede uno saber cuánta radiación está dejando escapar su horno? Hay que medirla con los instrumentos apropiados. Por eso, si el lector tiene un horno algo viejo, parece que sería prudente hacer los arreglos para que un reparador capacitado lo examinara.

Asunto que causa preocupación

Pero, ¿son seguros los hornos que dejan escapar los niveles admisibles de radiación? Ciertos científicos checos han informado efectos de la exposición a las microondas cuando las densidades de potencia estuvieron a la baja proporción de 100 microvatios por centímetro cuadrado. Eso es aproximadamente el nivel de radiación al cual un horno que deje escapar 5.000 microvatios por centímetro cuadrado a cinco centímetros expondría a uno a la distancia del largo del brazo. Además, ellos opinan, al igual que los científicos rusos, que los efectos de las microondas son acumulativos. Por eso, a una dosis de bajo nivel el primer día, una dosis que en sí misma no bastaría para afectar a uno, se añade otra dosis de bajo nivel el día siguiente y el día después de ése, y así sucesivamente, y con el tiempo se pueden ver los efectos.

El director de la Oficina de Sanidad Radiológica de los EE. UU. ha admitido que en Occidente los adelantos en la tecnología de las microondas han “excedido por mucho” a la investigación de los riesgos potenciales de éstas. Ese director dijo: “Aunque la oficina ha promulgado una norma de funcionamiento para los hornos de microondas, se requiere muchísima investigación para evaluar la diferencia de opinión respecto a la exposición de bajo nivel a las microondas.”

Puesto que nadie puede decir con certeza qué niveles de exposición a las microondas están libres de peligro, la prudencia dicta que se ejerza gran cuidado al usar hornos de microondas. El seguir las sugerencias de seguridad que ahora damos puede servir de protección.

□ No trate de usar un horno de microondas si algún objeto en la puerta impide cerrarla completamente, si la puerta no cierra bien, si la puerta está torcida o dañada, o si el horno tiene bisagras o cerraduras rotas, o si la superficie selladora tiene rajaduras.

□ Lave el horno frecuentemente con agua y un detergente suave. Nunca use estropajos, estopa de acero ni otros abrasivos.

□ No meta objetos alrededor del sello de la puerta. Hasta una pequeñita abertura alrededor de la puerta, no más grande que la que haría un pedazo de papel toalla metido en la puerta o una acumulación de grasa alrededor del sello de la puerta, puede resultar en un definido aumento del escape.

□ Nunca haga inactivos ni toque los entrecierres de seguridad del horno, los dispositivos que apagan los hornos automáticamente al abrirse la puerta (se exigió que todos los hornos fabricados en los EE. UU. después de 1971 tuvieran estos dispositivos). Las investigaciones han mostrado que el mal ajuste de los entrecierres de seguridad de las puertas de los hornos ha sido una causa frecuente de escape de microondas.

□ Nunca haga funcionar el horno cuando esté vacío.

□ Manténgase por lo menos a la distancia del largo de un brazo al estar enfrente de un horno que esté funcionando. Nunca se quede mirando fijamente hacia dentro de un horno que esté funcionando, y no permita que lo haga ningún niño tampoco.

□ No use los hornos de microondas para envasar.

El seguir estas sugerencias de ninguna manera garantiza seguridad, puesto que actualmente no se sabe si a los hornos de microondas se les puede considerar enteramente libres de peligro de radiación. No obstante, el seguirlas debería ayudar a minimizar los niveles de exposición y los accidentes graves.

Cuando se trata de hornos de microondas, uno los usa bajo su propia responsabilidad.

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