Los jóvenes preguntan...
¿Quién realmente es mi amigo?
“¡HE ESTADO asistiendo a la escuela en este distrito por ocho años, pero en todo ese tiempo nunca he logrado trabar amistad con una sola persona! Ni una sola,” dijo Reinaldo entre sollozos. “No me llevo bien con mi padre, mi madre no me comprende y peleo con mi hermana. ¡Y no tengo a nadie! Nadie me telefonea. No tengo con quien hablar. Nadie sabe lo que siento ni hay quien se interese en saberlo. ¡A veces me parece que ya no puedo soportarlo!”
Reinaldo describe dolorosamente lo triste que es la vida si uno no tiene un amigo. Quizás a veces tú hayas experimentado sentimientos parecidos a éstos. Tal es el caso de muchos jóvenes. No todos logran hallar verdaderos amigos. Investigadores asociados con la Universidad de Nebraska (E.U.A.) hallaron que “los estudiantes de las escuelas de segunda enseñanza son los que se encuentran más perturbados por la soledad, y a éstos les siguen los estudiantes universitarios.” Brechas en la comunicación pueden hacer que se levanten “paredes” de aislamiento. Bajo tales circunstancias es vital tener un amigo verdadero.
¿Cómo es un amigo verdadero?
Un amigo genuino es alguien que hace más que lo que hacen los conocidos a quienes saludamos todos los días. Según se informa, cierta tribu africana describía a ciertas personas como “amigos del camino” y a otras como “amigos del corazón.” ¿Qué es un “amigo del corazón”? Varios jóvenes lo explicaron.
“Un amigo verdadero,” dijo Semone de 18 años de edad, “es alguien que permanece con uno a través de toda suerte de dificultad. Es alguien que comparte con uno no solo los buenos ratos, sino también los malos. Cuando uno tiene problemas, siempre puede hablar con su amigo y hallar consuelo.” Esa descripción es parecida a la que se da en la Biblia, donde dice: “Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano.”—Proverbios 17:17, Versión Popular.
Sí, en el lenguaje bíblico, un amigo es alguien que nos ama. Tal vez nos inclinemos a creer que las personas que nos dicen cuán maravillosos somos son nuestros amigos. En cambio, si un compañero nos dijera que estamos errados, tal vez nos sintiéramos ‘heridos.’ Pero en Proverbios 27:6 una versión de la Biblia en inglés advierte: “Hay mayor razón para confiar en las heridas que inflige el que nos ama que en el besar efusivo del que nos odia.” (Bible in Living English) Por eso, tenemos que tener cuidado de que nuestro amor propio no nos impulse a escoger la clase de amigos que no nos convenga.
Entre los jóvenes que han reconocido la importancia de esto figura Jaime, de 18 años de edad. El dijo: “A mi parecer un verdadero amigo es alguien que le dice si uno ha hecho algo incorrecto y trata de ayudarle a no hacerlo.” Marvia, de 26 años de edad, estaba de acuerdo con esto, pues dijo: “A veces una persona que se llama amiga de uno ve a uno meterse en un lío y entonces dice: ‘Vi que ibas por ese camino, pero temía decírtelo.’ Pero cuando una verdadera amiga ve a uno yendo por mal camino, trata de advertirle antes que sea demasiado tarde... aunque sepa que lo que diga no va a agradar a uno.”
Pero, ¿quién va a decidir lo que es correcto e incorrecto? Hay alguien que conoce mucho más acerca de la vida que cualquiera de nosotros. Se trata del Creador de los seres humanos: Jehová Dios. En la Biblia, él nos dice cómo usar nuestra vida a fin de hallar satisfacción, en vez de sufrir pesares innecesariamente. Proverbios 2:6-9 nos informa que, si escuchamos a Dios y hacemos lo que él aconseja, entenderemos “el derrotero entero de lo que es bueno.”
Si tú tienes un amigo o una amiga que depende de esa fuente de consejo, alguien que tiene pensamientos rectos y que habla con franqueza, él o ella puede proporcionarte información valiosa y así ayudarte a tomar decisiones sabias. Es con buena razón que la Biblia habla de “la dulzura del consejo de un amigo, que proviene del corazón.”—Proverbios 27:9, The Amplified Bible.
¿Importa a quién escojas?
Según se informa, al difunto Henry Ford se le preguntó: “¿Quién es su mejor amigo?” Después de reflexionar por un momento, respondió: “El mejor amigo de uno es la persona que hace que las mejores cualidades de uno se manifiesten.” Por eso, muchos jóvenes han visto que es necesario escoger sus amigos con cuidado.
“Mi vida prueba que no todos los ‘amigos’ hacen que las mejores cualidades de uno se manifiesten,” declaró Peggy de 23 años de edad. Esta joven reveló que como adolescente se vio obligada a abandonar su hogar y que, por más de un año, un matrimonio, Bill y Lloy, la ampararon y la trataron como amiga. Mientras vivió con esta familia aprendió mucho acerca de Dios y la Biblia. “Los meses que pasé con ellos fueron meses llenos de verdadero gozo, contentamiento y paz,” dijo Peggy. “Pero esto no duró porque, a pesar de que me rogaron que me quedara con ellos, los dejé a fin de estar con otros ‘amigos.’
“Con el tiempo estos nuevos ‘amigos’ me enseñaron muchas cosas... a robar equipo estereofónico, cobrar cheques falsos, fumar marihuana y, finalmente, a sostener un vicio de drogas que costaba $200 al día,” declaró Peggy. “En aquel entonces creía que esas personas realmente se interesaban en mí, solo para darme cuenta después de que lo único que querían era dinero, drogas o cualquier otra cosa que pudieran sacar de mí.”
Entonces, a los 18 años de edad, ella conoció a un joven, Ray, quien se hizo amigo de ella y le ofreció todas las drogas que ella quisiera... gratis. “Creí que todos mis problemas habían terminado. Nunca más tendría que volver a robar ni engañar,” dijo Peggy. “Pero él me inició en la prostitución. No obstante, yo sabía que al fin del día Ray siempre estaría allí esperándome.”
Pero, Ray se hizo más exigente y era evidente que él también estaba interesado en el dinero que Peggy le traía. Puesto que no quería seguir en su estado de dependencia, Peggy se libró del vicio de las drogas. “Pero Ray se presentaba y me trataba con mucha dulzura, y me ofrecía drogas,” confesó Peggy. “De modo que antes de darme cuenta de ello, yo estaba enviciada de nuevo.” Por eso, finalmente, se fue de la ciudad para escapar de este ‘amigo.’ Pero, ¿hallaría ella algún día un amigo genuino?
Puesto que recordó el cariño genuino que le había manifestado la familia con quien se había quedado, Bill y Lloy, quienes eran testigos de Jehová, se puso a buscar a más Testigos en su nueva localidad. Dentro de poco dos Testigos tocaron a su puerta. “Abracé a las dos mujeres y los ojos se me llenaron de lágrimas debido al gozo que sentí, y ellas, a su vez, quedaron atónitas,” relató Peggy. “Yo había llegado a odiar la hipocresía de mis ‘amigos’ anteriores, pero éstas eran personas sinceras.”
¿Qué hay de los vicios que Peggy tenía? “No me fue difícil vencer ninguno de ellos... con la excepción del fumar. Vez tras vez fracasaba en mi esfuerzo por dejar este vicio y rogaba a Dios que me perdonara,” explicó Peggy. “Entonces una de mis amigas dijo: ‘En vez de orar y pedir perdón después que cedes al deseo de fumar, ¿por qué no oras de antemano y pides fuerzas para vencer ese deseo cuando lo sientas?’ Esta sugerencia bondadosa y práctica dio resultados. Así, con la ayuda de mis amigas logré vencer este problema por completo. Por primera vez en muchos años me sentí limpia por dentro y supe lo que significa tener dignidad.”
¿No es evidente quiénes eran los verdaderos amigos de Peggy? ¡Qué contraste! Mientras que algunos “amigos” la llevaron a adoptar muchos malos hábitos, otros que eran amigos genuinos le proporcionaron el incentivo para vencer éstos. ¿Cómo influyen en ti tus amigos? ¿Qué normas morales realmente tienen ellos? Cierto, no todos los jóvenes se inclinan hacia lo religioso, pero tal vez tú sí tengas dicha inclinación. Si es así, entonces quieres tener amigos que también se interesen en Dios. ¿Cómo puedes saber si los tuyos se interesan en él? Ponte a hablarles de Dios y muy pronto sabrás si les interesa.
¡Cuánto agradeció Peggy el haber encontrado verdaderos amigos que ‘sacaron a relucir las mejores cualidades de ella’ en vez de lo peor que había en ella! Al reflexionar, ella dijo: “La Biblia ciertamente tiene razón cuando dice: ‘El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.’ ¡Yo sé! Si solo hubiera mantenido mi amistad con las personas que amaban a Dios, habría evitado todas aquellas cosas que ahora son un recuerdo desagradable. Me costó caro aprender quién realmente es mi amigo.”—Proverbios 13:20.
[Recuadro en la página 23]
¿ES TAL PERSONA REALMENTE UN AMIGO?
● ¿Es honrada contigo la persona, aunque lo que diga te hiera?
● Cuando tienes problemas, ¿te abandona?
● ¿Servirían los hábitos de dicha persona para mejorar o arruinar tu vida?
● ¿Cuán sanas o uniformes son las normas de dicha persona con relación a la moralidad sexual?
● ¿Miente, roba o engaña dicha persona en tu presencia?
● ¿Qué clase de reputación tiene dicha persona?
● ¿Hacia dónde se dirige la vida de dicha persona? ¿Es éste el mismo derrotero en que vas tú o en el que quieres ir?
● ¿Por qué quiere dicha persona ser tu amigo? ¿Tienes tú algo que él desea?
● ¿Qué les parece a tus padres el que escojas a dicha persona como amigo?
● ¿Hay prueba de que dicha persona reconoce su responsabilidad ante Dios?
[Ilustración en la página 21]
“A mi parecer un verdadero amigo es alguien que le dice si uno ha hecho algo incorrecto y trata de ayudarle a no hacerlo.” ¿Harían eso por ti tus amigos?