Aprendiendo “desde la infancia”
LA IDEA de enseñar a los infantes algo que sea complicado ni siquiera se les ocurriría a muchas personas. Sin embargo, los investigadores y los educadores están descubriendo que el proceso de aprendizaje realmente puede comenzar desde la infancia. Al niño que se entrena desde temprana edad usualmente le va mejor en la escuela más adelante. A los niños se les pueden enseñar cosas tan complicadas como idiomas y matemáticas mucho antes de que comiencen a asistir a la escuela.
Masaru Ibuka, fundador de la corporación Sony del Japón, vio pruebas tan convincentes de este potencial que se interesó activa y entusiásticamente en los métodos de instruir a los de tierna edad. Había visto “los resultados extraordinarios del método de ‘enseñanza de talento’ empleado por el Dr. [Shinichi] Suzuki para enseñar a niñitos a tocar el violín,” dice un informe de la Prensa Unida Internacional (UPI).
Los primeros tres años son, según Ibuka, el período en que “el potencial de aprendizaje de su hijo es mayor,” “mayor de lo que jamás pudiéramos imaginarnos.” El informe de la UPI dijo además: “Es durante los primeros años, cuando las células del cerebro están creciendo, que se forma el ‘hardware’ [equipo y dispositivos] o el principal sistema de circuitos del cerebro. Si el niño aprende a hacer algo al mismo tiempo en que ocurre este desarrollo celular del cerebro, el patrón de la habilidad adquirida queda impreso automáticamente en su mente.” Ibuka cree que hasta se puede tener esperanza de lograr algún desarrollo en el caso de niños mentalmente atrasados “si se les educa debidamente desde el tiempo en que nacen.”
El Dr. William Fowler, investigador canadiense, dice que “sin duda, el tiempo para empezar a educar a los niños es durante los primeros tres años de vida; hasta infantes de seis meses de edad están listos para comenzar a aprender.”
¿Cómo puede uno comenzar a educar a los que simplemente son bebés? Leyéndoles, dicen los que tienen experiencia en este campo. “Eso convierte al padre o madre en el maestro más importante que tiene la sociedad,” dice un educador de Toronto. Los niños que comienzan a familiarizarse con los libros a tan tierna edad reciben estímulo para llegar a ser lectores ellos mismos. Algunos niños han podido aprender a leer antes de ir a la escuela, ¡y algunos ya lo han logrado a la edad de dos años!
Por supuesto, los padres no deben “empujar” a un infante o niñito simplemente para que su hijo sea el ‘chico más inteligente del pueblo.’ Sencillamente es asunto de estimular el potencial que está allí, yendo al propio paso del niño.
La idea de aprender “desde la infancia” no sorprende a los que leen la Biblia. Se escribió lo siguiente acerca de Timoteo, que fue compañero misional del apóstol Pablo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos.” (2 Timoteo 3:15) De igual manera, hoy hay muchos padres cristianos que saben que desde la infancia los niños pueden aprender a escuchar la lectura de historias bíblicas y a responder bien cuando se les hacen preguntas acerca de lo que se les lee. Es sorprendente la capacidad que los niños tienen para recordar detalles con exactitud aun antes de que puedan leer por sí mismos.
Por lo tanto, una vez más la Biblia ha demostrado ser exacta en un caso en que se pudiera haber dudado lo que dice. Se ve que la idea de enseñar a los infantes es proceder sabio y práctico.