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  • ¿Qué encierra el futuro para nosotros?

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  • ¿Qué encierra el futuro para nosotros?
  • ¡Despertad! 1982
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¡Despertad! 1982
g82 22/11 págs. 17-20

Los jóvenes preguntan...

¿Qué encierra el futuro para nosotros?

EL TENÍA diecisiete años de edad, y le dirigía la palabra al líder de su país en un programa que se televisó por toda la nación. Dijo al experimentado político que estaba frente a él: “Temo al futuro, un futuro en un mundo que se caracteriza por la amenaza de guerra nuclear. ... También temo a la política de usted.”

Muchos jóvenes tienen un temor similar al futuro. ¿Le temes tú? Es comprensible si te sientes así, en vista de los problemas a los que se encaran los jóvenes hoy.

Por ejemplo, el modo tradicional de prepararse para disfrutar de un futuro seguro es recibir una buena educación. Pero hoy hasta puede ser difícil conseguir una educación elemental. Un comentarista dijo: “La verdad es que ya no hay nadie que esté satisfecho con las escuelas: ni los maestros ni los estudiantes, y, menos que nadie, los padres.” El fracaso de muchas escuelas se ve en la gran cantidad de estudiantes que se gradúa sin siquiera haber adquirido los más elementales conocimientos prácticos. ¿Es éste un problema en tu escuela?

Y, ¿qué hay si deseas proseguir estudios universitarios? En algunos países los estudios superiores se están poniendo fuera del alcance. Se calcula que para 1985 en Alemania cada año habrá 260.000 jóvenes cuyas solicitudes para asistir a alguna universidad serán rechazadas. Esto causa frustración, tanto a los solicitantes desilusionados como a otras personas.

Un funcionario en el campo de la educación explica que los que no pueden ingresar en una universidad “aceptan las plazas a las que aspiran jóvenes que se hallan en un nivel inferior al de ellos, y éstos a su vez se ven obligados a aceptar empleos en un nivel aún más bajo. Al final, se desplaza completamente fuera del mercado de empleos a las personas de la clase obrera que buscan un empleo semiespecializado.” ¿Qué clase de futuro tendrán ellas?

Aun los mismos que tienen éxito temen al futuro. Un trabajo seguro o un título universitario serían de poco valor en una guerra nuclear... la cual más y más jóvenes creen que probablemente estalle. Pero aunque se pueda prevenir la guerra, hay poca probabilidad de que se pueda tener un futuro seguro a causa de la contaminación que va extendiéndose, el deterioro de las economías, la inflación y otras realidades sombrías del mundo actual. Estos y otros problemas han causado frustración entre los jóvenes, y a veces ellos han reaccionado de modo extremo a la situación.

Los peligros de la frustración

Algunos jóvenes han recurrido a las bebidas alcohólicas y a las drogas. Pero, ¿les ha ayudado esto a resolver los problemas? En una sociedad donde hay tanto desempleo, ¿tiene el joven que es adicto a las drogas o las bebidas alcohólicas mayor probabilidad de conseguir empleo, o menor probabilidad? ¿Tiene mayor probabilidad de conseguir uno de los codiciados asientos en la universidad, o menor probabilidad?

Otros jóvenes han permitido que sus frustraciones se exterioricen en actos violentos. Pero ciertamente puedes darte cuenta de que tampoco es ésta la solución. El amotinarse, el destruir la propiedad y el causar otros tipos de estragos simplemente aumenta la inseguridad de otras personas, y obliga a las autoridades a gastar recursos valiosos en mantener la ley y el orden y en restaurar los sectores que recibieron daño.

Aun otros jóvenes han ‘desertado,’ dándose por vencidos en la lucha. Algunos jóvenes han perdido toda esperanza... en realidad tantos lo han hecho que entre los adolescentes de Alemania Occidental el suicidio figura actualmente como la segunda entre las causas más frecuentes de muerte. Algunos jóvenes, no obstante, han recurrido en busca de alivio a la religión. ¿Has pensado alguna vez que quizás sea allí donde se pueda hallar la solución?

¿Qué puede aportar la religión?

En junio del año pasado se celebró en Hamburgo, Alemania, el decimonoveno Congreso de la Iglesia Evangélica. El tema del Congreso fue: “¡No tengan temor!” Más de la mitad de los asistentes, que superaba la cantidad de 100.000 personas, eran adolescentes. Uno pensaría que este Congreso hubiera dado a los jóvenes una excelente oportunidad de oír soluciones, si es que la religión tiene algunas que ofrecer. ¿Las tiene?

Un reportaje sobre la conferencia dijo: “El programa trataba del temor, el estado de ánimo era el temor... rara vez se ha visto tan claramente la aflicción interior de tantas personas ... Por todas partes se veía el temor, la desesperación, la desconfianza... y esto ¡precisamente entre los cristianos!” Evidentemente, esas decenas de millares de adolescentes no oyeron el mensaje de esperanza que ellos esperaban.

¿A qué se debió esto? Presta atención al reportaje que apareció en el periódico Die Welt: “El tema de este Congreso Eclesiástico fue ... la política. No fue la piedad, sino el participar activamente en la política. No fue de interés la salvación en el más allá, sino el temor a la calamidad en el presente.” El interés primordial que había en la política queda demostrado por la nota patética que una joven sujetó a la pared reservada para mensajes. La nota decía: “¿Por qué no he oído nada acerca de Jesús?”

Muchas religiones son así. El mensaje de ellas, en vez de ser bíblico, se ha hecho político. ¿Te has preguntado alguna vez por qué las personas religiosas creen que pueden intervenir en la política y resolver los problemas del mundo, cuando los políticos de profesión han estado tratando este enfoque por tanto tiempo con poco éxito?

Si los políticos, los devotos fanáticos y otros líderes del mundo no pueden tranquilizarnos en cuanto al futuro, ¿quiere decir eso que no hay esperanza? No necesariamente. Si las decenas de millares de adolescentes que asistieron al Congreso Eclesiástico en Hamburgo hubieran regresado a esa ciudad unas semanas más tarde, pudieran haber aprendido acerca de otro enfoque al problema.

Otro enfoque al problema

En aquellos días hubo otra asamblea en Hamburgo, ésta celebrada por los testigos de Jehová. En esta ocasión, un periodista también hizo notar “la cantidad asombrosa” de jóvenes presentes. Pero estos jóvenes no oyeron hablar de la política. Más bien, el periodista dijo: “Los ‘Testigos’ ... no toman parte activa en la política. Para ellos solo existe el gobierno de Dios.” ¿Por qué es eso?

Los testigos de Jehová han aprendido de manera realista la lección que toda la historia del mundo enseña... que el hombre es incapaz de traer paz y seguridad a la Tierra. Por esa razón la Biblia advierte: “No cifren su confianza en nobles [líderes humanos], ... a [quienes] no pertenece salvación alguna.” No obstante, ésta sigue diciendo: “Feliz es [aquel] ... cuya esperanza está en Jehová su Dios.”—Salmo 146:3, 5.

¿Por qué debemos esperar en Jehová? Porque él se propone solucionar los problemas de la humanidad a su manera. Jesús nos enseñó a orar: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad ... sobre la tierra.” (Mateo 6:9, 10) Este reino es un gobierno celestial, establecido por Dios, que gobernará la Tierra con justicia y eliminará la iniquidad. Jesús lo proclamó como la única manera de tener un futuro seguro. Ya que es patente que los esfuerzos humanos han fracasado, ¿puedes tú pensar en alguna otra alternativa?

Haz tu parte

Sin embargo, quizás te parezca que este enfoque es ingenuo. Tal vez creas que los testigos de Jehová han elegido la salida más fácil... simplemente sentarse y esperar que Dios les resuelva todos los problemas. Pero ése realmente no es el caso. Ellos no creen en permanecer sin hacer nada.

Creen que los que sinceramente quieren ver un mundo mejor deben llegar a ser ellos mismos personas dignas de esa clase de mundo. Por lo tanto, tratan de cultivar la honradez, la lealtad, el altruismo y la veracidad. Sí, en vez de tratar de cambiar el sistema, los testigos de Jehová trabajan duro en cambiarse a sí mismos. Además, comparten con otros la esperanza de ver un mundo mejor bajo el reino de Dios.

Esta actitud puede verdaderamente hacer efecto en los jóvenes. Por ejemplo, Giovanni se asoció con malas compañías durante sus primeros años de adolescencia. El dice: “En poco tiempo había aprendido a robar bicicletas y motocicletas y a forzar cerraduras. ... Cuando apenas tenía dieciséis años de edad, usaba drogas con regularidad ... a menudo el efecto que éstas producían en mí me llevaba a pensar en el suicidio.”

Hoy, a la edad de veintiséis años, Giovanni ya no es una amenaza para la comunidad ni para sí mismo. ¿Qué le hizo cambiar? El responde: “Lo que más me conmovió fue el mensaje de la Biblia de que en el futuro se limpiará la Tierra de toda clase de inmundicia y maldad y será transformada en un paraíso mundial.”

Cada año, millares de jóvenes hacen cambios similares en su vida debido a que aprenden acerca de esta esperanza. En la misma medida en que han cambiado estos jóvenes, también ha mejorado la comunidad mundial.

Por supuesto, esta creencia no elimina completamente los problemas actuales. Pero hace que sean más fáciles de tratar. Un conocimiento seguro de los propósitos de Dios elimina el temor al futuro. Además, las personas que son honradas, de trato agradable y optimistas sacan el máximo provecho de cualesquiera oportunidades educativas disponibles a ellas. Y luego descubren que, en comparación con los que se han amargado o han recurrido a las drogas y a las bebidas alcohólicas a causa de la frustración, a ellas se les hace mucho más fácil conseguir empleo.

¿Cuánto tiempo falta?

Si todo continuara en su presente curso, es casi seguro que finalmente la humanidad se destruiría a sí misma. Por lo tanto, ¿cuánto tiempo falta para que el reino de Dios intervenga? Evidentemente, no falta mucho tiempo.

El apóstol Pablo escribió a un joven amigo y consideró con él el fin de este sistema de cosas. Lee para ti mismo sus palabras. El escribió: “Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, temerarios, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder.”—2 Timoteo 3:1-5.

¿Reconoces el cumplimiento de esta profecía? Debido a que hoy día las personas despliegan estas actitudes, los jóvenes razonablemente temen al futuro. ¿Notaste, sin embargo, que Pablo dijo que estas actitudes serían comunes en los últimos días, el tiempo que precede inmediatamente a la intervención de Dios en los asuntos humanos? Este es uno de los muchos textos que prueban que Dios intervendrá pronto. ¿Por qué no consideras el asunto con los testigos de Jehová y ves algunos de los otros textos relacionados con este tema?

El temor que el adolescente mencionado al principio de este artículo manifestó en la entrevista televisada era verdadero, y es comprensible que se sintiera así. Pero los jóvenes no tienen que temer al futuro. Pueden aprender de la Biblia lo que Dios se propone hacer. Entonces, si lo desean, pueden trabajar por la consecución de un futuro que será seguro, satisfaciente y lleno de esperanza.

Pueden llegar a tener la misma convicción del escritor bíblico quien dijo: “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será ... Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Salmo 37:10, 11.

[Ilustración en la página 17]

Un título universitario sería de poco valor en una guerra nuclear

[Ilustración en la página 18]

¿Se le hará más fácil conseguir empleo al que se hace adicto?

[Ilustración en la página 19]

Las personas pueden hacer algo para mejorar su propia vida

[Ilustración en la página 20]

Los Testigos comparten con otros la esperanza de ver un mundo mejor bajo el reino de Dios

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