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  • La fe y su futuro
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1998
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1998
w98 15/4 págs. 9-14

La fe y su futuro

“Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan.” (HEBREOS 11:1.)

1. ¿Qué clase de futuro desea la mayor parte de la gente?

¿LE INTERESA a usted el futuro? A la mayor parte de la gente sí. Lo que esta desea es un futuro de paz, seguridad, prosperidad, trabajo productivo y gratificante, buena salud y larga vida. No cabe duda de que todas las generaciones de la historia han deseado estas condiciones. Y hoy día, en este mundo tan lleno de problemas, son más deseables que nunca.

2. ¿Qué opinión sobre el futuro expresó un estadista?

2 Ahora que la humanidad se acerca al siglo XXI, ¿puede determinarse de alguna manera cómo será el futuro? El estadista norteamericano Patrick Henry señaló una forma hace más de doscientos años. Dijo: “No conozco otro modo de determinar el futuro que valiéndose del pasado”. Según esta opinión, el futuro de la familia humana puede conocerse en buena medida por lo que el hombre hizo en el pasado. Muchas personas concuerdan con esta idea.

¿Cómo fue el pasado?

3. ¿Qué revela la historia con relación a las perspectivas para el futuro?

3 ¿Piensa que es alentador saber que el futuro es un reflejo del pasado? ¿Mejoró el futuro para las generaciones de tiempos pasados? En realidad, no. Pese a las esperanzas que ha tenido la gente por miles de años y al progreso material de algunos lugares, la historia se ha caracterizado por la opresión, el crimen, la violencia, la guerra y la pobreza. Este mundo ha experimentado una calamidad tras otra, ocasionadas principalmente por la deficiente gobernación del hombre. La Biblia dice con acierto: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo” (Eclesiastés 8:9).

4, 5. a) ¿Por qué eran optimistas las personas a principios del siglo XX? b) ¿Qué les ocurrió a las esperanzas que albergaban para el futuro?

4 El hecho es que la lamentable historia humana sigue repitiéndose, solo que cada vez a una escala mayor y más dañina. Este siglo XX es prueba de ello. ¿Aprendió la humanidad de los errores del pasado y los evitó? Pues bien, a principios de este siglo, muchas personas confiaban en un futuro mejor porque había habido un período relativamente prolongado de paz y debido a los avances en la industria, la ciencia y la educación. En los albores del siglo —dijo un profesor universitario—, se creía que la guerra ya no era posible porque “la gente era demasiado civilizada”. Un anterior primer ministro británico dijo sobre lo que la gente creía en aquel tiempo: “Todo iba a mejorar y seguir mejorando. Ese era el mundo en el cual nací”. Pero luego explicó: “De repente, sin que nadie lo esperara, cierta mañana de 1914 todo aquello terminó”.

5 Aunque en aquellos años se tenía fe en un futuro mejor, apenas estaba el nuevo siglo empezando cuando el mundo se sumió en la peor catástrofe provocada por el hombre hasta entonces: la I Guerra Mundial. Lo que ocurrió en una batalla de 1916, cuando las tropas británicas atacaron las líneas alemanas cerca del río Somme (Francia), ilustra la naturaleza de esa guerra. En solo unas horas, los británicos sufrieron 20.000 bajas, y murieron muchos soldados del lado alemán. Los cuatro años de masacre segaron la vida de casi diez millones de soldados y de muchos civiles. La población de Francia disminuyó durante un tiempo como consecuencia de la pérdida de tantos hombres. Las economías estaban arruinadas, lo que llevó a la Gran Depresión de los años treinta. No extraña que se haya dicho que el día en que empezó la I Guerra Mundial fue el día en el que el mundo se volvió loco.

6. ¿Mejoró la vida tras la I Guerra Mundial?

6 ¿Era ese el futuro que esperaba aquella generación? No, de ningún modo. Su esperanza se había esfumado; tampoco condujo todo aquello a nada mejor. Solo veintiún años después de la I Guerra Mundial, en 1939, comenzó otra catástrofe humana de proporciones aún mayores: la II Guerra Mundial. Segó la vida de unos cincuenta millones de hombres, mujeres y niños. Los bombardeos masivos pulverizaron las ciudades. En la I Guerra Mundial murieron algunos millares de soldados en una batalla en solo unas horas, mientras que en la II Guerra Mundial, únicamente dos bombas atómicas mataron a más de cien mil personas en cuestión de segundos. Y muchos consideran aún más destructivo el asesinato sistemático de millones de personas en los campos de concentración nazis.

7. ¿Cuál ha sido la realidad durante todo este siglo?

7 Varias fuentes afirman que si incluimos las guerras entre naciones, los conflictos civiles y las muertes de ciudadanos a manos de sus propios gobiernos, en este siglo se ha matado a unos doscientos millones de personas. Una fuente incluso eleva la cantidad a 360 millones. Imagínese el horror que todo esto supone: el dolor, las lágrimas, la angustia y las vidas arruinadas. Además, todos los días mueren por causas relacionadas con la pobreza un promedio de unas cuarenta mil personas, la mayoría de ellas niños. Y el aborto siega a diario tres veces esa cantidad de vidas. Asimismo, unos mil millones de personas son demasiado pobres para conseguir el alimento necesario para efectuar una jornada de trabajo normal. Todas estas condiciones son una prueba de lo que se predijo en la profecía bíblica, de que vivimos en “los últimos días” de este inicuo sistema de cosas (2 Timoteo 3:1-5, 13; Mateo 24:3-12; Lucas 21:10, 11; Revelación [Apocalipsis] 6:3-8).

El hombre no tiene la solución

8. ¿Por qué no pueden resolver los problemas del mundo los líderes humanos?

8 Ahora que está terminando el siglo XX podemos añadir su experiencia a la de siglos pasados. ¿Y qué dice la historia? Nos dice que los líderes humanos nunca han resuelto los principales problemas del mundo, que no los están resolviendo ahora y que no los resolverán en el futuro. Sencillamente no tienen la capacidad de traer el futuro que deseamos, prescindiendo de las buenas intenciones que tengan. Y algunos de ellos ni siquiera tienen esas buenas intenciones; buscan posición y poder para sus propios fines egotistas y materiales, y no para el bien de su semejante.

9. ¿Por qué hay razón para dudar de que la ciencia tenga la solución a los problemas del hombre?

9 ¿Posee la ciencia la solución? No, a juzgar por el pasado. Los científicos al servicio de los gobiernos han invertido grandes cantidades de dinero, tiempo y esfuerzo en la invención y fabricación de armas químicas, biológicas y de otra índole terriblemente destructivas. Las naciones, incluidas aquellas que menos pueden permitírselo, gastan más de 700 mil millones de dólares al año en armamento. Además, “el progreso científico” es en parte responsable de los productos químicos que han contribuido a la contaminación del aire, la tierra, el agua y el alimento.

10. ¿Por qué ni siquiera la educación asegura un mejor futuro?

10 ¿Podemos esperar que las instituciones docentes del mundo contribuyan a un futuro mejor enseñando elevadas normas morales, consideración por el semejante y amor al prójimo? No. Lo que hacen es centrar la atención en carreras profesionales, en ganar dinero. Originan un espíritu muy competitivo, no de cooperación; las escuelas tampoco enseñan normas morales. Por el contrario, muchas de ellas toleran la libertad sexual, que ha producido un enorme aumento en la cantidad de adolescentes embarazadas y de enfermedades de transmisión sexual.

11. ¿Por qué arroja dudas sobre el futuro la trayectoria de las empresas comerciales?

11 ¿Se sentirán motivadas de pronto las grandes empresas comerciales del mundo a cuidar de nuestro planeta y demostrar amor al prójimo fabricando productos que sean verdaderamente beneficiosos y no solo con fines lucrativos? No es muy probable. ¿Dejarán de producir programas de televisión plagados de violencia e inmoralidad que contribuyen a corromper la mente de la gente, en especial de los jóvenes? El pasado inmediato no es nada prometedor, pues, en su mayor parte, la televisión se ha convertido en un pozo negro de inmoralidad y violencia.

12. ¿Cuál es la situación de la humanidad en lo que tiene que ver con la enfermedad y la muerte?

12 Además, por muy buenas intenciones que tengan los médicos, no pueden vencer ni a la enfermedad ni a la muerte. Por ejemplo, cuando terminó la I Guerra Mundial, no pudieron contener la gripe española, que segó la vida de 20.000.000 de personas en todo el mundo. En la actualidad, están proliferando las dolencias cardíacas, el cáncer y otras enfermedades mortales. Tampoco ha vencido la medicina a la actual plaga del sida. Al contrario, un informe de la ONU publicado en noviembre de 1997, llegaba a la conclusión de que el virus del sida se está propagando a un ritmo dos veces superior al que indicaban cálculos previos. Ya han muerto millones de personas de esta enfermedad. En uno de los últimos años se infectaron otros 3.000.000 de personas.

Cómo ven el futuro los testigos de Jehová

13, 14. a) ¿Cómo ven el futuro los testigos de Jehová? b) ¿Por qué no pueden conseguir un futuro mejor los seres humanos?

13 Sin embargo, los testigos de Jehová creen que a la humanidad le aguarda un futuro halagüeño, el mejor futuro. Pero no esperan que el hombre consiga ese futuro mejor por sus propios medios, sino que confían en el Creador, Jehová Dios. Él sabe cómo será el futuro: ¡maravilloso! También sabe que los seres humanos no pueden conseguir por sí mismos ese futuro. Como Dios los creó, conoce sus limitaciones mucho mejor que nadie. En su Palabra nos dice con claridad que no creó al hombre con la capacidad de gobernar satisfactoriamente sin la dirección divina. El prolongado permiso que Dios ha concedido para que el ser humano se gobierne de forma independiente, ha demostrado más allá de toda duda esa incapacidad. Un escritor reconoció: “La mente del hombre ha probado todas las combinaciones de soberanía, y en vano”.

14 En Jeremías 10:23 leemos las palabras del profeta inspirado: “Bien sé yo, oh Jehová, que al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso”. Además, el Salmo 146:3 aconseja: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna”. De hecho, dado que nacemos imperfectos, como indica Romanos 5:12, la Palabra de Dios nos advierte que tampoco confiemos en nosotros mismos. Jeremías 17:9 dice: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa”. Por ello, Proverbios 28:26 declara: “El que confía en su propio corazón es estúpido, pero el que anda con sabiduría es el que escapará”.

15. ¿Dónde podemos hallar la sabiduría que nos guíe?

15 ¿Dónde podemos hallar dicha sabiduría? “El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que el entendimiento es.” (Proverbios 9:10.) Solo Jehová tiene la sabiduría que puede guiarnos en estos temibles tiempos. Y nos ha dado acceso a su sabiduría a través de las Santas Escrituras, que inspiró para nuestra dirección (Proverbios 2:1-9; 3:1-6; 2 Timoteo 3:16, 17).

El futuro del gobierno humano

16. ¿Quién ha determinado el futuro?

16 ¿Qué nos dice, por tanto, la Palabra de Dios sobre el futuro? Nos dice que no será de ninguna manera un reflejo de lo que el ser humano ha hecho en el pasado. De modo que la opinión de Patrick Henry estaba equivocada. El futuro de esta Tierra y de sus habitantes no lo determinará el ser humano, sino Jehová Dios. En la Tierra se efectuará su voluntad, no la de ningún hombre o nación de este mundo. “Son muchos los planes que hay en el corazón del hombre, pero el consejo de Jehová es lo que subsistirá.” (Proverbios 19:21.)

17, 18. ¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestro tiempo?

17 ¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestro tiempo? Él se ha propuesto poner fin a este sistema de cosas inmoral y violento. El gobierno de Dios pronto reemplazará la secular y nefasta gobernación humana. La profecía que se encuentra en Daniel 2:44 dice: “En los días de aquellos reyes [que existen hoy] el Dios del cielo establecerá un reino [en el cielo] que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. El Reino también eliminará la maligna influencia de Satanás el Diablo, algo que los seres humanos nunca podrían hacer. Su gobernación sobre este mundo acabará para siempre (Romanos 16:20; 2 Corintios 4:4; 1 Juan 5:19).

18 Fíjese en que el gobierno celestial triturará y destruirá toda forma de gobierno humano. La administración de esta Tierra no se dejará en las manos de las personas. En el cielo, los que componen el Reino de Dios dirigirán los asuntos de la Tierra para el bien de la humanidad (Revelación 5:10; 20:4-6). En la Tierra, los seres humanos fieles cooperarán con la dirección que dará el Reino de Dios. Este es el gobierno que Jesús enseñó que deberíamos pedir en oración cuando dijo: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:10).

19, 20. a) ¿Qué dice la Biblia sobre el Reino? b) ¿Qué hará su gobernación por la humanidad?

19 Los testigos de Jehová tienen fe en el Reino de Dios. Este constituye los “nuevos cielos” a los que el apóstol Pedro se refirió: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar” (2 Pedro 3:13). La “nueva tierra” es la nueva sociedad humana que será gobernada por los nuevos cielos, el Reino de Dios. Este es el orden que Dios reveló en una visión al apóstol Juan, quien escribió: “Vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado [...]. Y [Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación 21:1, 4).

20 Observe que la nueva tierra será justa. Dios habrá eliminado todos los elementos injustos en la batalla de Armagedón (Revelación 16:14, 16). La profecía de Proverbios 2:21, 22 lo expresa de este modo: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra”. Y el Salmo 37:9 promete: “Los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra”. ¿No le gustaría vivir en un nuevo mundo como ese?

Tenga fe en las promesas de Jehová

21. ¿Por qué podemos tener fe en las promesas de Jehová?

21 ¿Podemos tener fe en las promesas de Jehová? Escuche lo que él dice mediante su profeta Isaías: “Acuérdense de las primeras cosas de mucho tiempo atrás, que yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí; Aquel que declara desde el principio el final, y desde hace mucho las cosas que no se han hecho; Aquel que dice: ‘Mi propio consejo subsistirá, y todo lo que es mi deleite haré’”. La última parte del versículo 11 dice: “Hasta lo he hablado; también lo haré venir. Lo he formado, también lo haré” (Isaías 46:9-11). Sí, podemos tener fe en Jehová y en sus promesas con tanta seguridad como si estas ya se hubieran cumplido. La Biblia lo expresa de este modo: “Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1).

22. ¿Por qué podemos confiar en que Jehová cumplirá sus promesas?

22 Las personas humildes ejercen tal fe porque saben que Dios va a cumplir sus promesas. Por ejemplo, en el Salmo 37:29 leemos: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. ¿Podemos creer estas palabras? Sí, porque Hebreos 6:18 dice: “Es imposible que Dios mienta”. ¿Le pertenece la Tierra a Dios, de modo que pueda dársela a los humildes? Revelación 4:11 indica: “Tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”. Por ello, en el Salmo 24:1 leemos: “A Jehová pertenecen la tierra y lo que la llena”. Jehová creó la Tierra, le pertenece a él y se la da a quienes tienen fe en él. A fin de fortalecer nuestra confianza en este hecho, el próximo artículo expondrá cómo ha cumplido Jehová las promesas que hizo a su pueblo en tiempos pasados, así como en nuestro día, y por qué podemos tener confianza absoluta en que lo hará en el futuro.

Puntos de repaso

◻ ¿Qué les ha ocurrido a las esperanzas de las personas a lo largo de la historia?

◻ ¿Por qué no debemos esperar que el hombre consiga un mejor futuro?

◻ ¿Cuál es la voluntad de Dios con relación al futuro?

◻ ¿Por qué confiamos en que Dios cumplirá sus promesas?

[Ilustración de la página 10]

La Biblia dice con acierto: “No pertenece al hombre [...] dirigir su paso” (Jeremías 10:23)

[Reconocimiento]

Bomba: foto U.S. National Archives; niños famélicos: WHO/OXFAM; refugiados: foto ONU 186763/J. Isaac; Mussolini y Hitler: foto U.S. National Archives

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