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  • g83 8/10 págs. 19-22
  • Encarándose a los “años de cambio”

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  • Encarándose a los “años de cambio”
  • ¡Despertad! 1983
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  • El médico puede ayudar
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  • ¿Pueden ayudar otras personas?
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¡Despertad! 1983
g83 8/10 págs. 19-22

Encarándose a los “años de cambio”

La escritora Madeline Gray, quien experimentó una menopausia dificultosa después de haberse sometido a una histerectomía, dice: “El cuerpo es una máquina que es una dádiva de Dios. Puede hacer lo que ninguna máquina de hechura humana puede hacer... repararse a sí misma. Pero dicha reparación requiere tiempo” (The Changing Years). Los síntomas que se experimentan durante los “años de cambio” se deben al hecho de que el cuerpo se está ajustando a una nueva situación. Estos síntomas tal vez causen incomodidad, pero no son peligrosos. Por lo tanto, ¿cómo se pueden tratar?

El médico puede ayudar

Cuando los síntomas empiezan a manifestarse, es prudente ir al médico para hacerse un reconocimiento general, simplemente a fin de estar segura. En muchos casos, cuando la mujer está a principios de los “años de cambio” cree que le sucede algo grave. Un médico dijo: “Frecuentemente he visto en el rostro de la mujer el alivio que siente cuando le digo que no está enferma, sino que sencillamente está entrando en la menopausia. Esto de veras la tranquiliza”. Vale la pena someterse a un reconocimiento médico, tan solo para experimentar dicho alivio y enterarse de que no se trata de ningún problema grave.

Además, la mayor parte de las autoridades en la materia recomiendan que una se mande a hacer un reconocimiento médico una vez al año hasta que pase la menopausia. Esto le servirá de garantía de que todo está progresando normalmente y que ningún otro problema se está desarrollando bajo la cubierta de la menopausia.

Cuídese

Algunas mujeres aumentan de peso durante este período. Pero parece que esto no tiene que suceder. En primer lugar, el comer menos alimentos que contengan grasa animal ayudará a la mujer a no aumentar de peso, y esto proporciona ciertos beneficios para la salud, como el de mantener un nivel bajo de colesterol en la sangre. Madeline Gray insiste: “La mujer no engorda tan solo por naturaleza durante la menopausia. Si esto sucede, puede hacer algo al respecto”. Pasa a decir: “Tal vez usted [...] esté comiendo más ahora simplemente debido a nerviosismo. O debido a aburrimiento. O para compensar otras cosas que usted echa de menos”. Por lo tanto, controle sus hábitos de comer, y evite aumentar de peso innecesariamente.

Durante los “años de cambio” los huesos de la mujer tienden a perder calcio. El consumir alimentos ricos en calcio, además de hacer ejercicio con regularidad, puede ayudar a contrarrestar esto. En ciertos casos, tal vez sea aconsejable tomar suplementos de calcio también.

Muchas mujeres hallan que lo mejor es mantenerse ocupada. Cierta mujer aconsejó: “Salga de la casa siquiera parte del día. Salga y haga cosas que le presenten un desafío”. Algunas recomiendan caminar un poco, hacer algo en el jardín o emprender otra actividad que sirva de ejercicio. Pero no se exceda hasta el grado de quedar agotada. Duerma lo suficiente de noche y, si es necesario, trate de apartar tiempo para una siesta durante el día.

Si los síntomas le causan incomodidad temporáneamente, tal vez le interese saber lo que otras recomiendan para aliviarlos. Algunas mujeres han informado que les ha sido de ayuda la medicina homeopática, ciertas hierbas, la acupuntura o tratamientos quiroprácticos.

Otras mujeres han probado suplementos de vitaminas, como la vitamina E. Mary Catherine Tyson sugiere que el tomar diariamente una tableta de complejo vitamínico B puede ayudar a controlar hasta cierto grado las sofocaciones... aunque no las elimine.

Pero recuerde que si realmente se le hace difícil vivir con sus síntomas, su médico sí puede ayudarle de varias maneras. Puede darle un ungüento inofensivo para aliviar la molestosa picazón interna. Tal vez recomiende que a intervalos usted tome ciertos tranquilizantes o sedativos suaves para los dolores de cabeza o síntomas de nerviosismo. O quizás sugiera suplementos de hormonas u otras medicinas que puedan aliviar las sofocaciones.

Muchas mujeres se sienten recelosas de tomar tranquilizantes u hormonas al recordar que dichos tratamientos pueden producir efectos secundarios, como lo puede hacer cualquier medicina fuerte. Es prudente estar informada de cualquier riesgo que dichas drogas puedan encerrar. No obstante, si usted padece de síntomas que le causan mucha incomodidad, estas medicinas pueden proveerle alivio, y puede estar segura de que correrá menos riesgos si se somete a un reconocimiento médico con regularidad y sigue cuidadosamente las instrucciones del médico mientras toma dichas medicinas.

¿Pueden ayudar otras personas?

La experiencia de cierta mujer sugiere que sí. Ella informa: “Dos muchachos estaban alojados en mi casa cuando yo estaba pasando por la menopausia. Eran jóvenes excelentes, pero tenían ciertos hábitos que me irritaban. Uno de ellos solía silbar muy a menudo. Yo me irritaba mucho con ellos, y entonces me sentía enojada conmigo misma. Por lo tanto, les di cierta literatura que describía lo que le sucede a la mujer durante la menopausia y les pedí que la leyeran. Después les expliqué: ‘Eso es lo que me está sucediendo a mí’. Después de eso, fueron muy bondadosos y considerados y querían saber qué podían hacer para aliviar mi situación”.

Por lo tanto, ella sugiere: “Haga de la menopausia un proyecto de familia. No la haga parecer como una enfermedad, pero deje que el esposo y los hijos sepan lo que está sucediendo. Esto eliminará muchos malentendidos. Entonces, si cierto día usted parece estar algo tensa, ellos pensarán: ‘Éste debe ser uno de los días malos de mamá’, y le ayudarán a pasarlo”. Éste es un tiempo especialmente oportuno para que otros miembros de la familia apliquen el consejo de Pablo: “Vístanse de los tiernos cariños de compasión, bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros”. (Colosenses 3:12, 13.)

El esposo, por medio de ayudar con los quehaceres domésticos, puede contribuir también a que su esposa conserve sus fuerzas y tenga una mejor actitud. Tal vez él pudiera sugerir que salieran a cenar de vez en cuando, o de algún otro modo variar de manera agradable la rutina diaria. Además debería recordar que éste no es el tiempo apropiado para bromear con su esposa respecto a asuntos personales. Más bien, es el tiempo de tratarla ‘de acuerdo con conocimiento, asignándole honra’. (1 Pedro 3:7.)

Cómo usted misma puede ayudarse

Pero su propia actitud mental es el factor más importante. Madeline Gray dice: “Pase lo que pase, el tiempo y la naturaleza le favorecen a usted. Habrá una mejora espontánea dentro de unos meses, o a lo más, en unos cuantos años”. Por lo tanto, sea paciente. Y, para desarrollar paciencia, cultive el dominio de sí misma. No ceda a toda emoción ni a todo sentimiento. Oblíguese a hacer cosas contra las cuales usted se rebela interiormente sin razón. Si se siente repentinamente irritada, salga del cuarto sin decir nada en vez de estallar en ira.

La mujer que ya ha estado guiando su vida conforme a los principios bíblicos decididamente está aventajada en ese tiempo. Sabe que el gobierno de sí misma es un fruto del espíritu de Dios: “El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo” (Gálatas 5:22). El haber estado cultivando estas cualidades en el transcurso de su vida le será muy útil a la mujer durante la menopausia.

La fuente suprema de ayuda

La mujer cristiana tiene acceso a la mayor fuente de ayuda. Puede dirigir una petición a Jehová Dios mediante la oración y pedir que Él le dé las fuerzas necesarias durante los “años de cambio”. La Biblia le asegura que Dios “nunca permitirá que tambalee el justo” (Salmo 55:22). Por eso, ‘eche sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por usted’. (1 Pedro 5:7.)

Jesucristo dijo en cierta ocasión: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir” (Hechos 20:35). La mujer cristiana para quien el ayudar a otros ya ha llegado a ser parte de su vida —especialmente el ayudarles a estudiar la Biblia y adquirir conocimiento de ésta— será grandemente bendecida debido a esta buena práctica. Le ayudará a olvidar sus propios problemas y a lograr cosas de verdadero valor. Junto con su propio estudio personal de la Biblia y la asociación con compañeros cristianos, esta actividad hará mucho para darle la fuerza espiritual que ella ahora necesita.

Por lo tanto, si usted se está acercando a la menopausia, no se preocupe indebidamente. Recuerde que la mayor parte de las mujeres solo experimentan dificultades menores durante este período.

Si usted actualmente está experimentando las dificultades de la menopausia, confróntelas sin temor, encarándose a cada una de ellas a medida que se presenten. Recuerde que el tiempo le favorece. Y después de que todo haya pasado, la vida puede ser aun mejor que antes. Escuche el siguiente comentario de cierta mujer que acaba de pasar por los “años de cambio”: “Ahora me siento mejor que nunca. No experimento el dolor mensual ni el trastorno emocional. En muchos sentidos, después de este tiempo una puede esperar tiempos más tranquilos”.

Mientras dure la menopausia, manténgase ocupada haciendo cosas que la edifiquen. Sométase a un reconocimiento médico con regularidad para asegurarse de que todo va progresando debidamente. Y, más importante aún, consulte la sabiduría que proviene de Dios mismo, pues, como el Creador de la mente y el cuerpo, él ciertamente sabe lo que usted necesita en sentido espiritual y emocional durante los “años de cambio”.

[Comentario en la página 19]

Cierta mujer experimentada recomendó: “La mujer que aprenda a relajarse pasará por este tiempo con mayor facilidad”

[Ilustraciones en la página 20]

Son muchas las cosas que la mujer puede hacer para ayudarse

Mostrar hospitalidad

Llenar la mente con cosas buenas

Ayudar a otros

[Ilustraciones en la página 21]

Son muchas las cosas que se pueden hacer para ayudar a la mujer durante este tiempo

Mostrarle afecto

El esposo y los hijos pueden ayudar con los quehaceres domésticos

Hacer algo diferente de vez en cuando

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