¿Nos libraremos alguna vez de las enfermedades?
ESTÁ claro que, a pesar de todos sus adelantos, la ciencia médica está muy lejos de eliminar las enfermedades de entre la humanidad. ¿Quiere decir esto que no hay esperanza de que se eliminen las enfermedades? ¡De ningún modo! Solo quiere decir que tenemos que dirigirnos a otra fuente.
Cuando Jesús estuvo en la Tierra, demostró otra manera de atacar el problema de las enfermedades. Él no era médico, sin embargo el registro bíblico dice: “Los recibió amablemente y se puso a hablarles del reino de Dios, y sanó a los que tenían necesidad de curación”. (Lucas 9:11.)
¿Cómo pudo Jesús curar a la gente? Mediante el poder de Dios. “El poder de Jehová estaba allí para que él hiciera curaciones” (Lucas 5:17). Este mismo poder nos da a nosotros la esperanza de ver el fin de toda enfermedad.
¿Cómo acontecerá?
Dios se ha propuesto producir una nueva autoridad espiritual, los “nuevos cielos”, al igual que una sociedad terrestre purificada, “una nueva tierra” (2 Pedro 3:13). Esta autoridad espiritual es el “reino de Dios” del cual Jesús habló a la gente. Por medio del poder de Dios, este Reino curará con el tiempo todas las enfermedades del hombre, tal como Jesús curó a los enfermos de su día. Así, “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo.’ El pueblo que está morando en la tierra será el perdonado por su error”. (Isaías 33:24.)
¿Cuándo, y para quiénes?
¿Cuándo acontecerá esto? Pronto. Por el momento, todavía tenemos que acudir a la medicina para conseguir algún alivio de nuestras enfermedades. Pero Jesús pronunció una serie de profecías en cuanto a las cosas que señalarían a la última generación de esta vieja sociedad plagada de enfermedades (Lucas 21:10, 11, 25, 26). Todas estas profecías se han cumplido en este siglo. Por lo tanto, las palabras que dijo después son ciertas ahora también: “Cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios. En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas”. (Lucas 21:31, 32.)
¿Quiénes disfrutarán de dicho mundo libre de enfermedades bajo el Reino de Dios? Los que se sometan a ese Reino ahora. Por eso, se nos aconseja: “¡Qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová!”. (2 Pedro 3:11, 12.)
Mientras tanto, ¿qué podemos hacer para sobrevivir a medida que el viejo orden, junto con sus enfermedades y otros problemas, se acerca a su fin? Jesús aconsejó: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”. (Lucas 21:34-36.)
Para los que se ‘mantienen despiertos’ de este modo, el fin de toda enfermedad verdaderamente está a la vista.