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  • ¡Despertad! 1984
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  • El método de Lamaze
  • ¿Cuál es el procedimiento?
  • Los beneficios
  • Un vínculo más estrecho
  • Cómo obtener el entrenamiento
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¡Despertad! 1984
g84 8/3 págs. 13-15

Alumbramiento con preparación... una opción realista

LAS contracciones le empezaron a Carol a las cuatro de la madrugada. Pero su esposo Brian esperó hasta que las contracciones se volvieran más fuertes y más seguidas antes de llevarla al hospital.

Para cuando se habían completado los trámites para ingresar en el hospital, las contracciones le estaban viniendo a Carol cada cinco minutos. Conforme a su curso de preparación especial, ella empezó la “Fase I” de la respiración. Cuando las contracciones le vinieron cada dos minutos, Carol pasó a la “Fase II” de la respiración. Entonces la examinó un médico y le dijo que faltaba un rato para que diera a luz. Pero él apenas había salido del cuarto, cuando las contracciones le vinieron más seguidas a Carol. Ella pasó a la “Fase III” de la respiración.

Y ¿dónde estaba su esposo Brian? ¿Estaba nerviosamente paseando de aquí para allá? ¿Lo habían despedido de la sala de partos? ¡De ninguna manera! Brian estaba allí mismo, ayudándola con el parto y, lo que probablemente era más importante, le estaba dando apoyo moral.

Ahora llegó el momento de dar a luz. Brian estaba respaldando a su esposa —literalmente— sosteniéndole la cabeza y los hombros a medida que ella obedecía las instrucciones del médico, quien le decía: “¡Empuje! ¡Empuje!”. ¡En cuestión de minutos una niñita de cuatro kilos y medio (10 lb) dio a conocer su llegada! Y todo ello sin anestesia ni medicación. Como resultado de haber recibido entrenamiento y preparación de antemano, ellos habían participado en un alumbramiento con preparación. Por medio de hacer arreglos para que el parto se efectuara en el hospital, se aseguraron de que tendrían ayuda médica a su disposición si surgían complicaciones.

Este alumbramiento fue muy diferente al que Carol había experimentado unos diez años antes. En aquel entonces, Carol estuvo de parto sin estar preparada en absoluto para enfrentarse a la intensidad de las contracciones. Cuando descubrió que estaba encinta de nuevo, Carol decidió que tenía que haber un mejor método de dar a luz.

El método de Lamaze

El “mejor método” para este matrimonio resultó ser el que fue desarrollado por el tocólogo francés Fernand Lamaze. Cierto tiempo después de asistir a una conferencia ginecológica en París, en 1952, él viajó a Rusia para aprender más acerca de los métodos que recientemente se habían desarrollado allí para disminuir los dolores de parto. Después de hacer unas cuantas modificaciones, como la de agregar técnicas de respiración rápida y acrecentada (la clase de técnica que Carol practicó), él introdujo estos métodos en su propia práctica médica.

Desde entonces ha habido una tendencia cada vez mayor a alejarse del ‘parto controlado’ (en el que se usa la anestesia), método que se utiliza en muchas partes del mundo. ¿Por qué? Ciertos padres y madres han estado preocupados debido al porcentaje relativamente alto de muertes de infantes en Norteamérica, donde es tradicional utilizar métodos de parto ‘controlado’. Algunas madres están muy preocupadas por la perspectiva de dar a luz y quieren estar mejor informadas. En otros casos, el padre y la madre simplemente desean desempeñar un papel más activo en el nacimiento de sus hijos. Además, la profesión médica ha reconocido la importancia de la participación de los padres en el alumbramiento. Después de todo, “los médicos no son los que dan a luz a los bebés —dijo el Dr. Murray Enkin—, ¡son las mujeres!”.

Por lo tanto, los métodos de parto natural han causado cierto grado de revolución en las salas de partos. Lamaze, en su libro Painless Childbirth (Parto sin dolor), publicado en 1956, declaró: “La mujer aprende a dar a luz de la misma manera que aprende a nadar, a escribir o a leer”. Muchos médicos hoy reconocen el valor de preparar a la mujer en sentido físico, emocional y mental antes que dé a luz... y de proporcionarle ayuda y ánimo mediante el esposo.

¿Cuál es el procedimiento?

La pareja se prepara por medio de asistir a clases especiales. Allí se le enseña a la mujer a considerar el nacimiento como una experiencia positiva. Ella aprende no solo acerca de su propia anatomía, sino también acerca del aspecto mecánico del parto. Practica las técnicas de respiración y de relajamiento que Carol usó eficazmente.

Dichos métodos luego sirven para distraer a la mujer, y así alivian hasta cierto grado el dolor causado por las contracciones uterinas. Claro, la mujer debería esperar que haya cierto grado de dolor o incomodidad durante el parto. La Biblia muestra que dicho dolor ha sido parte del alumbramiento desde el primer nacimiento humano (Génesis 3:16). Pero el entrenamiento le ayuda a tener una actitud más positiva respecto al parto. Así los dolores del parto pueden ser menos angustiosos. En muchos casos se disminuye la necesidad de administrar anestesia, o se elimina por completo.

Los beneficios

Ya no es común que el padre ansioso gaste la alfombra de la sala de espera, paseándose de aquí para allá. Hoy en día muchos esposos reconocen que el proporcionar apoyo moral a su esposa no solo facilita el parto, sino que también es beneficioso a la larga porque fortalece el matrimonio. Una esposa dijo con aprecio: “Me parece que es verdaderamente maravilloso que el esposo pueda estar con su esposa en la sala de partos. Mi esposo estuvo allí para el nacimiento de nuestro hijo, y, hasta el día de hoy, aún habla acerca de ello”.

Un estudio reveló que en Holanda, donde más de 80 por 100 de las mujeres emplean técnicas para el alumbramiento con preparación, menos de 5 por 100 de ellas necesitan drogas de cualquier clase al dar a luz. Tal vez el infante recién nacido sea el que reciba los mayores beneficios. El pediatra T. Berry Brazelton observó que “al estudiar un grupo de infantes amamantados, hallamos que aquellos cuyas respectivas madres no habían recibido medicación se repusieron y empezaron a aumentar de peso entre 24 y 48 horas antes que el grupo de infantes cuyas madres habían recibido medicación. Esto me dio a entender que la producción de leche en la madre disminuyó mientras ella estuvo experimentando los efectos de la medicación”.

De igual manera, al referirse a los efectos de los medicamentos que se administran a la madre durante el parto, el Dr. N. J. Eastman, en un editorial que apareció en Obstetrical and Gynecological Survey, escribió: “La respiración generalmente empieza con menos prontitud y menos vigor cuando se han suministrado drogas sedativas que cuando no se han usado éstas en absoluto”.

Estudios publicados en Johns Hopkins Magazine también dan a entender que cualquier droga que se suministre durante el parto —ya sea que se trate de sedativos o de anestesia regional— puede afectar al feto. Estos estudios indican que casi todas las drogas tienen el potencial de impedir la acción de cierta enzima relacionada con la incorporación del oxígeno, y así reducen la cantidad de oxígeno que se transporta al infante por medio de la placenta. En cambio, el parto natural, junto con la preparación del esposo y la esposa, pudiera hacer innecesaria dicha medicación.

Un vínculo más estrecho

Los investigadores han descubierto otro supuesto beneficio del alumbramiento con preparación: un vínculo más estrecho entre los padres y el infante recién nacido. En primer lugar, generalmente resulta en un parto más rápido y menos complicado, aunque no se debería esperar que todos los partos sean rápidos y libres de problemas. La madre que haya experimentado un parto libre de complicaciones puede tener sentimientos positivos para con su infante con mayor facilidad que la que haya experimentado un parto difícil. Además, la participación del esposo contribuye a que también haya una intimidad única entre el padre y su infante. Un padre lo expresó como sigue: “Me sentí allegado a mi hijo desde su nacimiento. Naturalmente tomo parte en cuidar de él y creo que esto tendrá un efecto significativo en nuestra relación cuando él sea mayor”. Otro padre expresó un sentir parecido: “Quedé asombrado al ver lo eficaz que fue el entrenamiento [para el parto preparado]. La relación armoniosa que mi esposa y yo tenemos para con nuestro hijo es asombrosa”.

Cómo obtener el entrenamiento

Por supuesto, se debe recalcar que lo que cada matrimonio haga al respecto es enteramente una decisión personal. Los hijos ciertamente son una bendición (Salmo 127:3), sea que nazcan por métodos tradicionales o que los padres se preparen para el parto de antemano. No obstante, si a usted le interesa aprender más acerca del método de Lamaze, tal vez un hospital de su localidad o su médico de cabecera pueda ayudarle. Las estadísticas muestran que solo una pequeña minoría de futuros padres y madres están aprovechándose del entrenamiento que se ofrece en diferentes localidades. Pero tal vez algunos opten por recibir su entrenamiento mediante algunos de los excelentes libros que actualmente están disponibles. Es así como Brian y Carol recibieron su entrenamiento.

El dar a luz a un hijo y criarlo es realmente una responsabilidad enorme. Pero no es necesario enfrentarse a ella con temor o inquietud indebida. En el caso de algunos, los cursos para el “alumbramiento con preparación” resultan ser una opción útil y realista.

[Comentario en la página 14]

”Me parece que es verdaderamente maravilloso que el esposo pueda estar con su esposa en la sala de partos”

[Comentario en la página 15]

La participación del esposo contribuye a que haya una intimidad única entre el padre y su infante

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