De nuestros lectores

La cocaína, ¿droga peligrosa?

Quiero expresar mi aprecio por el artículo “La cocaína... ¿droga peligrosa, o pasatiempo inocente?” (8 de diciembre de 1983). Es el informe más veraz y sensato que he leído, no solo tocante al problema de usar la cocaína misma, sino también en cuanto a la prueba relacionada con el enviciamiento y el peligro relacionado con el uso de esta droga “seductiva” aun en una sola ocasión. Soy un ex cocainómano y traficante de la droga, y solo quisiera que más personas aprendieran lo que enseña este artículo.

K. D., California, E.U.A.

Quiero expresar mi agradecimiento por el artículo sobre “La cocaína”. Mi esposo abandonó a sus tres hijos y a mí hace un año y medio debido a estar enviciado en la cocaína. Actualmente su vida está al borde de la ruina. El artículo verdaderamente dio en el blanco, y espero que le ayude a tener esperanza. He leído todo artículo que he podido hallar acerca de este asunto. Éste los supera a todos. Ustedes tienen los hechos y desplegaron perspicacia.

J. S., Illinois, E.U.A.

Videojuegos

Gracias por su artículo sobre los videojuegos (8 de enero de 1984). Acabo de considerar el artículo con mis hijos. [...] Ellos han decidido que cuando su padre les ofrezca dinero para que se entretengan con los videojuegos, ellos le sugerirán que el dinero se use para un “fondo familiar para el entretenimiento”, uno que se pueda aumentar y usar para promover actividad familiar sana.

L. K., Massachusetts, E.U.A.

Mi hijo y yo leímos con gran interés el artículo sobre los juegos de video violentos. Aunque no teníamos ningún juego del tipo ‘derríbalos a tiros’, hemos hallado que el jugar los juegos que teníamos estaba teniendo un efecto muy perjudicial en nosotros... en sentido mental, emocional, físico y espiritual. ¡Y éstos eran los juegos buenos! Déjenme explicarles el efecto que tuvo en nosotros el jugar tales juegos: Una noche yo estaba jugando un juego parecido al tenis; el bebé comenzó a llorar y se suponía que mi hijo estuviera cuidando al bebé. Me enojé tanto que le dije varias palabrotas a mi hijo. Aunque yo solía usar el habla obscena, hacía más de diez años que no lo había hecho. Eso me hizo comprender lo que mi esposo me había estado diciendo desde el principio... esos juegos estaban convirtiendo tanto a mí como a mi hijo en personas agresivas y egoístas. Vendimos el juego con todas las cintas, y no pasó una semana antes de que los tres notáramos el cambio completo que se estaba efectuando en la familia. Hemos vuelto a ser una familia amorosa; de nuevo mostramos interés los unos en los otros y compartimos las cosas entre nosotros. Tal vez todo esto suene algo dramático, pero realmente es cierto.

B. S., Maryland, E.U.A.

Al publicar estos artículos (22 de febrero de 1983; 8 de enero de 1984), no fue nuestra intención sugerir que los videojuegos en sí siempre sean peligrosos o que toda galería de videojuegos tenga un ambiente malísimo. Pero sí creemos que en muchos casos dichas galerías tienen un ambiente malsano, el cual las personas que se interesan en mantener las normas morales y espirituales querrán evitar. Además, no se trata solo de la influencia malsana de los juegos violentos, sino también de la fascinación con los juegos electrónicos en sí, los cuales pueden cautivar demasiado a algunas personas y producir resultados indeseables, tal como se muestra en la carta de arriba. Éstas son las razones por las que hemos publicado ciertas advertencias al respecto.—La dirección.