BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g84 8/4 págs. 16-19
  • Educado, empleado, útil... ¡y ciego!

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Educado, empleado, útil... ¡y ciego!
  • ¡Despertad! 1984
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Una vieja tradición
  • “Sólo permanecía sentado en casa todo el tiempo”
  • Instrucción práctica
  • Ayudemos a los ciegos a aprender de Jehová
    Nuestro Ministerio del Reino 2015
  • Vivir sin ver
    ¡Despertad! 2015
  • Se abren los ojos a las buenas nuevas
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
  • Mejore sus habilidades en el ministerio: Predique a las personas ciegas
    Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos 2020
Ver más
¡Despertad! 1984
g84 8/4 págs. 16-19

Educado, empleado, útil... ¡y ciego!

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Japón

EN CUALQUIER día laborable, por la mañana, usted puede ver a Susumu caminando aprisa por los estrechos senderos que atraviesan las huertas de melocotoneros y viñas de este agradable pueblo rural del Japón. Se dirige a la estación del tren. Y aunque su esposa pudo haberlo llevado en automóvil, él prefiere, según dice, “caminar para hacer ejercicio”. Cuando uno lo observa, se parece mucho a cualquier otro viajero resuelto a llegar a tiempo al trabajo. Pero hay una diferencia... ¡él casi está completamente ciego! Ha tenido que vencer muchos desafíos para llegar al punto en que, no solo pueda desempeñar adecuadamente un trabajo, sino también llegar al trabajo por sí solo.

Por algunos años Susumu ha estado empleado como masajista y terapeuta de acupuntura en un centro de rehabilitación física de un hospital grande de una ciudad. Tanto el personal médico como los pacientes lo respetan por su aptitud y pericia. Sin embargo, su caso no es raro ni extraordinario. Por siglos los ciegos del Japón han sido los que han administrado casi exclusivamente las antiguas artes curativas del Oriente: la acupuntura, el masaje y la “moxibustión”a orientales. De hecho, hasta hace poco se protegían nacionalmente estas ocupaciones para garantizar el sustento a los ciegos. ¿Cómo llegó eso a ser así? ¿Qué clase de adiestramiento reciben tales personas? La historia de Susumu y unos cuantos antecedentes sobre los ciegos del Japón deben darle algunas respuestas interesantes y satisfacientes.

Una vieja tradición

Por tradición, el Japón y su gente han tenido en profunda estima a los minusválidos y han desplegado la actitud de interesarse en ellos. El más antiguo de los registros sobre este tema habla de los esfuerzos que hicieron tanto individuos como comunidades para proveer comodidades y lo necesario para la vida a los ciegos.

Por ejemplo, ya para el siglo VII se hacían esfuerzos sinceros por proveer profesiones a los ciegos. Se consiguió adiestrar como músicos a algunos ciegos. Desde ese momento en adelante, el modo de vivir de los ciegos fue mejorando progresivamente. Y para el siglo XV había llegado la “Edad de Oro” para los ciegos. En aquel tiempo había en Kyoto una comunidad estrechamente unida para la protección mutua y el adiestramiento vocacional de los ciegos. Fue allí donde se incluyó como parte del programa de adiestramiento de los ciegos la acupuntura, el masaje y la “moxibustión”, artes que comenzaron a eclipsar a la música como la profesión más popular entre los no videntes. Pero, prescindiendo de la profesión que escogiera el aspirante, el adiestramiento riguroso que recibían en el recinto de Kyoto aseguraba a muchos una vida en la que disfrutarían de seguridad económica. Por supuesto, este arreglo tenía sus desventajas. No podía atender de modo equitativo y justo las necesidades de todos los minusválidos. No obstante, por centenares de años se dio una posición dignificada en la comunidad a una parte de la población ciega.

A fines del siglo XIX el Japón se vio envuelto en un período de reformas sociales y políticas. Se instituyeron a escala nacional programas para los pobres y los que tenían alguna incapacidad física. Sin embargo, aquél se convirtió de muchas maneras en un período de confusión y dificultades para la comunidad de ciegos, pues fueron suspendidos todos los privilegios y concesiones de que habían disfrutado anteriormente. No obstante, con el tiempo se llenó el vacío a medida que se establecían escuelas gubernamentales para personas ciegas. Y ahora se podía estudiar gratuitamente en todas las nuevas escuelas.

En tiempos más recientes, el Japón ha seguido el mismo ritmo que otros países en cuanto a procurar que su población de ciegos tenga equipo e instalaciones modernos. En 1965 la fundación Helen Keller estableció en Osaka el primer Centro de Rehabilitación Faro para los Ciegos. Esta organización internacional con fines no pecuniarios ha contribuido mucho al adelanto del adiestramiento práctico de los ciegos o de los que están casi ciegos. Eso es así especialmente en los casos de los que, como Susumu, pierden la vista más tarde en la vida. Consideremos ahora la experiencia de él.

“Sólo permanecía sentado en casa todo el tiempo”

Así describe Susumu el desaliento que sentía no solo por hallarse sin vista, sino por no poder trabajar o cuidar de sí mismo. Solo tenía 23 años de edad. Comenzó a sentir lástima de sí mismo hasta que cierta tarde oyó por la radio un anuncio sobre ciertos programas de adiestramiento para ciegos. Aquello despertó su interés y comenzó a librarlo de la depresión que sentía.

Al poco tiempo se matriculó en unas clases que enseñaban tres cosas vitales para valerse por sí mismo: 1) Orientación para tener movilidad, lo cual incluía el uso de un bastón, un perro guía o el programa para ver a través de un artefacto de tipo sonar; 2) participación en las actividades de la vida diaria, como el preparar la comida y orientación sobre la vida de familia, y 3) comunicación, que tiene principalmente el propósito de enseñar el método de lectura Braille y el uso de la máquina de escribir en el sistema Braille.

Allí, también, Susumu halló la oportunidad de aprender una nueva profesión... la verdadera clave para la rehabilitación completa. Después de considerar varias posibilidades, escogió entrar en el campo de la acupuntura y los masajes como métodos terapéuticos. El adiestramiento, aprendió él, abarca mucho más que solo aprender cierta técnica o la manipulación del cuerpo. Se da un curso intensivo de instrucción que es sólido desde un punto de vista médico. Entre otras cosas, se estudia anatomía, fisiología, higiene, patología, medicina legal y teorías de la terapia física del Oriente. Tenga en cuenta, también, que en el Japón las terapias de la acupuntura y la “moxibustión” se consideran ciencias muy exactas. A los expertos en estos campos se les considera ‘maestros de anatomía’. ¿Cómo puede, pues, una persona ciega aprender tales artes? El buen adiestramiento, acoplado con el aparentemente acrecentado sentido del tacto de la persona ciega, contribuye a que los aprendices como Susumu se hagan diestros en esta clase de trabajo. Sin embargo, a él y a sus compañeros de clase (que tenían entre 18 y 50 años de edad) les tomó tres años para terminar el curso completo. La mayoría de los estudiantes habían perdido la vista después de haber llegado a ser adultos, lo cual quiso decir que no solo tuvieron que aprender estas destrezas complicadas, sino volver a aprender las tareas más fundamentales de la vida cotidiana.

Las dificultades a las que se enfrentaron se ilustran por el hecho de que al principio a algunos de ellos les tomó una hora o más para leer tan solo una página en Braille. El sistema Braille para el idioma japonés es bastante complicado. Por ejemplo, la celda Braille que se usa en español está compuesta de seis puntos. ¡Pero la celda para el japonés tiene 12! Esto es necesario a fin de formar las numerosas combinaciones de vocales y consonantes que hay en el japonés. Aunque el dominio de este nuevo estilo de lectura pudiera ser desanimador a veces, cierto estudiante dijo: “Vencimos nuestros problemas con mucho esfuerzo y animándonos unos a otros”.

Por cierto, ese mismo estudiante hace esta interesante recomendación: Las personas que pierden la vista deben aprovecharse de los programas e instituciones educativos que haya disponibles a fin de volver a llevar una vida activa tan pronto como sea posible. Éste es un consejo sabio. Sobre todo, los niños ciegos se benefician de ese tipo de adiestramiento. Verdaderamente es una experiencia conmovedora, encontrarse con estudiantes ciegos de tercer y cuarto grado dando a las teclas de la máquina de escribir en el sistema Braille con la misma facilidad y seguridad que mecanógrafos experimentados. Pero ¿qué otros adiestramientos hay disponibles en el Japón para los que han nacido ciegos o que quedaron ciegos cuando eran niños?

Instrucción práctica

Una escuela para ciegos, que comenzó hace poco más de cien años, se ha convertido en una red de escuelas públicas bien dirigidas y bien equipadas por todo el Japón. En cierta escuela hay una proporción de un maestro por cada dos alumnos. Por supuesto, eso provee un ambiente acogedor para aprender, en el que se presta atención individual al estudiante. Por lo general, todos los grados están ubicados en el mismo recinto, y el programa de estudios es muy parecido al de cualquier otra escuela... se da énfasis a la lectura, la escritura y la aritmética. Pero temprano, desde el séptimo grado, se da énfasis especial al adiestramiento vocacional... especialmente al tratamiento con masajes. Se calcula que alrededor de 75 por 100 de los que se gradúan hallan algún tipo de empleo como fisioterapeutas. Y más de la mitad abren pequeñas clínicas de masajes y acupuntura, generalmente en su propia casa.

Muchos jóvenes, no obstante, toman cursos de formación profesional en otras áreas también, como el operar cuadros telefónicos y maquinaria industrial, programación de computadoras u ordenadores y otras destrezas relacionadas. Otros van a la universidad con la esperanza de emprender carreras en pedagogía, administración pública y derecho. Sin embargo, parece que los industriosos masajistas ciegos todavía tienen mucho que hacer. Como lo expresó Susumu: “Tengo una profesión y puedo mantener a mi familia y sentirme parte de la sociedad otra vez. Por ello estoy muy agradecido”.

Unos cuantos años atrás Susumu halló algo más que le produjo aún más felicidad. Dice: “Me di cuenta de que el esfuerzo que hacía por aliviar el dolor de personas enfermas y contribuir a su comodidad era solo temporal. Así que puede imaginarse el gozo que sentí cuando leí por primera vez la profecía que se registra en la Biblia en Isaías 35:5, 6, que dice: ‘Los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados [...] el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría’. Mediante el estudio de la Biblia que efectué me di cuenta de que la curación duradera vendrá solo cuando la Tierra sea hecha nuevamente un Paraíso por el verdadero maestro de anatomía, nuestro Creador, Jehová Dios”.

[Nota a pie de página]

a Un tipo de cauterización de la piel que tiene resultados similares a los de la acupuntura.

[Comentario en la página 17]

A los ciegos se les dio una posición dignificada en la comunidad

[Comentario en la página 19]

Imagínese el gozo que sentí cuando leí por primera vez la profecía que se registra en el libro bíblico de Isaías 35:5, 6, que dice: “Los ojos de los ciegos serán abiertos”

[Ilustraciones en la página 18]

Con buen adiestramiento y el acrecentado sentido del tacto que tienen, los ciegos llegan a ser diestros en la acupuntura

Es una experiencia conmovedora ver a jóvenes estudiantes ciegos trabajando con la máquina de escribir en el sistema Braille

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir