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¡Despertad! 2015
g 11/15 págs. 7-9
Paqui y su esposo

Vivir sin ver

“Cuando nací, me pusieron unas gotas muy fuertes en los ojos que casi me dejaron ciega. Durante mi juventud, perdí por completo la vista y me entró una profunda depresión.” (Paqui, su esposo también es ciego.)

LA CEGUERA y la deficiencia visual grave pueden deberse a muchas causas, como heridas o enfermedades que afectan al ojo, al nervio óptico o al cerebro. Quienes pierden la vista total o parcialmente, por lo general, se niegan a aceptar su situación y pasan por períodos de angustia o miedo. A pesar de todo, muchos aprenden a seguir adelante con su vida, y son felices.

Normalmente, los ojos son el principal medio para obtener información del mundo que nos rodea. Cuando alguien pierde la vista, depende de los otros sentidos: el oído, el olfato, el tacto y el gusto.

Según la revista Scientific American, algunos estudios sobre la plasticidad neuronal indican que el cerebro tiene la capacidad de “cambiar con las experiencias”. El artículo sigue diciendo: “Hay muchas pruebas que demuestran que cuando el cerebro no recibe información de uno de los sentidos, puede reconfigurarse para potenciar los otros”. ¿Qué ocurre cuando falta la vista?

El oído. Todos los sonidos, desde las voces hasta los pasos, pueden ayudarnos a hacernos una imagen mental de lo que ocurre. “El oído me sirve sobre todo para reconocer a las personas por la voz o incluso por su forma de caminar”, comenta Fernando, que es ciego. Juan, que también es ciego, dice: “Para mí, la voz de una persona es su identidad. En cuanto la escucho, veo a la persona en mi mente”. Y como el resto de las personas, los ciegos perciben muy bien el tono de la voz, pues este puede transmitir diferentes emociones.

El oído entrenado de los ciegos les ayuda a detectar sonidos que les permiten conocer su entorno. Por ejemplo, pueden saber la dimensión de una habitación, la dirección del tráfico o si hay algún obstáculo.

El olfato. A través de este sentido no solo reconocemos los olores, sino también recibimos mucha información. En el caso de los ciegos, cuando caminan por una calle, su olfato les permite hacerse un mapa mental de algunos lugares, como cafeterías, restaurantes, mercados y otros sitios. Por supuesto, a ese mapa añaden sonidos familiares y otros detalles que perciben a través del tacto.

El tacto. “Mis dedos son mis ojos, con ellos puedo ver”, dice Francisco. El bastón les ayuda a los ciegos a “ver” más lejos. Manasés, que nació ciego, aprendió a usar un bastón desde pequeño. “Sé perfectamente por dónde voy por los cambios en la superficie del suelo. Para orientarme, estoy acostumbrado a valerme de mis sentidos y de mi memoria.”

Un ciego lee la revista La Atalaya en braille

Leyendo la revista La Atalaya en braille

El sentido del tacto les sirve para leer en braille. Actualmente tienen a su alcance recursos que les ayudan a aumentar sus conocimientos y acercarlos a Dios. Además de las publicaciones en braille, existen grabaciones de audio y ayudas informáticas. Gracias a todo esto, los ciegos pueden leer la Biblia y otras publicaciones.a

Toda esta información bíblica ha sido una enorme fuente de consuelo para Paqui y su esposo, a quienes mencionamos al principio. Además, tienen el apoyo de una gran familia espiritual: los hermanos de la congregación de los testigos de Jehová a la que pertenecen. Paqui comenta: “Ahora disfrutamos más de la vida y tenemos un grado razonable de independencia”.

No hay duda de que los ciegos se enfrentan a muchos desafíos. Pero los pueden superar y disfrutar de la vida. Todo un ejemplo de la capacidad del ser humano para adaptarse y ser feliz.

a Los testigos de Jehová producen publicaciones bíblicas en braille en más de 25 idiomas, entre ellos el español.

Aunque soy ciego, disfruto de la vida

Marco Antonio y Dante, su perro guía

Marco Antonio está casado, tiene un hijo y es dueño de una empresa. Y también es ciego de nacimiento. ¡Despertad! habló con él sobre su vida y sus desafíos.

¿Cómo diriges tu negocio?

Me encargo de los pedidos telefónicos, visito a los clientes, atiendo a los proveedores y hago las gestiones con los bancos.

¿Qué haces en tu tiempo libre?

Me encanta la música; me relaja. Toco el piano, aunque es un desafío, pues no puedo leer las partituras en braille y al mismo tiempo tener las dos manos en el piano. Cuando interpreto un tema por primera vez, leo con la derecha y toco con la izquierda. Luego leo con la izquierda y toco con la derecha. Cuando me sé la partitura de memoria, ya puedo tocar la melodía con las dos manos.

¿Has tenido algún desafío especial?

De pequeño, mis padres y mis hermanos cuidaron muy bien de mí, y me trataban como si no estuviera ciego. Por supuesto, como todos los niños, me golpeaba y me caía. Aun así, solía hacer casi todas las cosas que hace la gente que ve. De adulto, lo único que me molestaba era no poder conducir.

Con el tiempo formé mi propia familia. Nos queremos mucho y nos apoyamos. Lamentablemente, David, mi hijo, ha heredado mi enfermedad: atrofia del nervio óptico. Yo trato de ponerle un buen ejemplo. Quiero que aprenda que con empeño y paciencia puede lograr muchas cosas.

Tienes un perro guía. ¿Por qué decidiste tener uno?

Con Dante, mi perro, voy más seguro y más rápido. La primera vez que vamos a un sitio nos acompaña Loli, mi esposa, que no es ciega. Así, Dante y yo nos aprendemos el camino. Tengo que confesar que al principio me costó confiarle mi seguridad a un perro. Pero Dante se ha ganado mi confianza. Pase lo que pase a nuestro alrededor, está concentrado en su trabajo. Cuando le quito el arnés, se comporta como cualquier otro perro.

Eres testigo de Jehová. ¿Cómo te las arreglas para estudiar la Biblia?

Cuando no había mucha tecnología disponible para ciegos, Loli me leía la Biblia y las publicaciones de estudio. Me ayudó muchísimo. Con el tiempo, hasta pude dar algunos discursos en la congregación. Ahora puedo leer la Biblia y otras publicaciones porque están en braille. También consulto el sitio oficial de los testigos de Jehová, jw.org, donde puedo descargar archivos de audio. Y tengo un dispositivo braille que me permite leer lo que aparece en la pantalla de mi ordenador (computadora). El dispositivo tiene unos pequeños puntos que suben y bajan para formar caracteres en braille. ¡Es asombroso!

Algo de lo que disfruto mucho es de colaborar con quienes transcriben las publicaciones al braille en la sucursal de los testigos de Jehová de España, ubicada en Madrid. Con el fin de mejorar la calidad de estas publicaciones, los hermanos que las preparan valoran las sugerencias de los ciegos. Agradezco mucho el amor y el cariño de mis hermanos espirituales.

¿Te gusta estar acompañado?

Por supuesto, especialmente de mi familia y de mis compañeros Testigos, con quienes salgo a predicar de casa en casa. Los hermanos me consideran uno más, tanto es así que a veces se olvidan de que soy ciego.

Además, predicar me da la oportunidad de hablar a otras personas de la maravillosa esperanza que da la Biblia. Por ejemplo, Isaías 35:5 dice que, bajo el Reino de Dios, “los ojos de los ciegos serán abiertos”. Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, les devolvió la vista a los ciegos, mostrando así lo que hará en el futuro (Mateo 15:30, 31). De modo que la ceguera es un problema temporal, como lo es cualquier otra discapacidad. Cuando vivamos en el Paraíso, no habrá enfermos ni discapacitados (Isaías 33:24; Lucas 23:43).

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