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  • g84 22/7 págs. 23-24
  • Lo que usted oye puede causarle daño

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  • Lo que usted oye puede causarle daño
  • ¡Despertad! 1984
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¡Despertad! 1984
g84 22/7 págs. 23-24

Lo que usted oye puede causarle daño

“LOS médicos hoy día afirman que el ruido es la causa de una de cada tres neurosis. [...] El ruido excesivo de la calle (así como dentro de la casa) es la causa de 80% de los dolores de cabeza y 52% de los problemas relacionados con la memoria. [...] El ‘suicida número 341 de la torre Eiffel’ fue víctima de una depresión nerviosa provocada por el radio de sus vecinos.” Eso informa la publicación Perspectives de La Presse, de Montreal, Canadá.

He aquí otros hallazgos que pueden sorprenderle.

Audición: Un estudio de 70 personas de veintitantos años de edad que trabajan en discotecas revela que una tercera parte de ellas padece de pérdida de audición causada por sonidos de alta frecuencia. Por lo general, menos de 1 por 100 del grupo de personas de tal edad sufren esas pérdidas. Otra prueba muestra que de 40 bomberos que han formado parte de tal cuerpo por diez años o más, unos 30 han sufrido daño significativo en su capacidad auditiva. Las sirenas son la causa. Un cálculo moderado indica que 16.000.000 de estadounidenses ya han experimentado pérdida de audición debido al ruido, y otros millones de personas están por experimentar lo mismo.

Estudio y trabajo: Mil estudiantes de segundo a sexto grado de una escuela ubicada cerca de un lugar por donde pasaba el metro aéreo estuvieron bajo observación por seis años. Los niños que tomaban clases en las salas más cercanas a las vías férreas mostraron una disminución notable en su capacidad para leer. Cuando unos ingenieros trabajaron en la disminución de la intensidad del ruido y la escuela puso techos acústicos, el problema relacionado con la lectura desapareció. En un experimento que se efectuó en cierta oficina, la reducción del ruido resultó en una disminución de 29 por 100 en la cantidad de errores de mecanografía y un aumento de 9 por 100 en la productividad.

Tensión arterial: Cierto médico de Berlín pidió a los trabajadores de una ruidosa fábrica de embotellados que trabajaran una semana utilizando orejeras contra el ruido y otra semana sin ellas. ¿Cuál fue el resultado? Los trabajadores que no se protegieron los oídos experimentaron un aumento en la tensión arterial. Según el médico, “la exposición a terribles niveles de ruido no solo puede causar alta tensión arterial, sino también daño al corazón”.

Sueño: Aunque el ruido no sea tan fuerte como para despertarle, puede que con todo y con eso le prive del descanso necesario. Ciertos estudios de las ondas cerebrales muestran que el ruido trastorna el patrón de dormir y soñar que uno sigue y deja a uno en una especie de ‘suspensión momentánea de las funciones vitales’.

Las criaturas aún no nacidas: Durante tres años se realizó un estudio de 225.000 nacimientos en una zona alrededor del bullicioso Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y se halló que la proporción de bebés nacidos con defectos congénitos era mucho más alta que entre los que habían nacido en el resto del condado. Entre los defectos estaban éstos: fisura palatina, labio leporino, falta de un cerebro y defectos de la espina dorsal, y algunos infantes tenían más de diez dedos en las manos o en los pies. De igual manera, se informó una alta proporción de nacimientos de niños muertos en las inmediaciones del aeropuerto Heathrow, de Londres; y cerca del aeropuerto de Osaka, Japón, han nacido muchos bebés de peso inferior al normal. ¿Es todo eso una simple coincidencia?

Además de los importantes efectos físicos, parece que el ruido contribuye a que la gente sea menos bondadosa o esté menos dispuesta a ayudar, que sea más propensa a tener problemas de familia y que sea más irritable y nerviosa.

¿Qué puede hacer usted al respecto?

Un error común que muchas personas cometen es creer que pueden acostumbrarse al ruido. El problema es que generalmente es demasiado tarde cuando uno se da cuenta de que ha sufrido algún daño. “Puede que usted perdone el ruido —dice un famoso especialista del oído, de Nueva York—, pero su sistema no se lo perdonará.”

Para protegerse, usted necesita estar informado tanto de la intensidad del ruido como de la cantidad de tiempo que usted está expuesto a él. Mientras más fuerte sea el ruido, menos tiempo toma para que cause daño. La intensidad del ruido se mide en decibelios, y los estudios muestran que ocho horas al día que uno esté expuesto a ruido que ascienda a 75 decibelios, intensidad equivalente a la de la intersección de una calle bulliciosa, es aproximadamente todo lo que uno puede resistir sin que haya resultados perjudiciales duraderos.

En muchas zonas, las normas gubernamentales tocante al ambiente de trabajo permiten como promedio ocho horas al día de ruido a 90 decibelios, ambiente en medio del cual uno tiene que gritar para ser escuchado a la distancia de un brazo. Si usted trabaja en un lugar como ése y parece improbable que la situación mejore, pudiera pensar en proteger sus oídos con tapones u orejeras contra el ruido.

Después de trabajar todo el día en un lugar ruidoso, ¿consigue usted alivio cuando llega a su casa? Aunque es poco lo que puede hacer para reducir el ruido que hay fuera de su casa, usted puede dar pasos para protegerse de la mayor parte de él. El calafatear cualesquier juntas, grietas, aberturas y agujeros, el poner burletes en las rendijas de las puertas y las ventanas, y el instalar ventanas de cristal doble servirán para disminuir a un nivel admisible el ruido. El uso de un acondicionador de aire puede permitirle mantener cerradas las ventanas durante el verano, cuando el ruido de la calle llega a su máximo, pero hasta un acondicionador de aire regular contribuye 50 decibelios o más a la intensidad del ruido. El alfombrado, los muebles tapizados, las cortinas apropiadas y la cubierta o las decoraciones de las paredes ayudarán a amortiguar el ruido que logra introducirse.

No obstante, la mayor parte del ruido en la casa procede de adentro, y el tener un poco de consideración y cuidado puede contribuir en gran medida a contenerlo. La cocina, por ejemplo, donde hay electrodomésticos y superficies reflectoras muy limpias, es generalmente el lugar más ruidoso de la casa. Las alfombras lavables, el techo acústico y la cubierta hecha de tela para las paredes contribuyen a aminorar el ruido.

En cuanto a los electrodomésticos, muchos productos que hay ahora en el mercado indican la intensidad del ruido que producen. Revise y compare los productos cuando vaya de compras.

El televisor y el equipo estereofónico pueden producir ruido. Tenga presente que lo que a sus oídos es música suave, a los oídos de otra persona pudiera ser simplemente ruido... sonido no deseado. La solución obvia es bajar el volumen. Algo que también ayuda a restringir el sonido a su propio domicilio es colocar los altavoces sobre corcho o almohadillas de neopreno y alejarlos de las paredes contiguas al domicilio de sus vecinos.

Algo que no se debe pasar por alto es el ruido que produce la gente... las conversaciones en voz alta, los gritos de los niños, el gritar a los niños, los portazos, y así por el estilo. El tener cuidado es la clave en este campo.

Lo que usted haga para aminorar el ruido no solo salvaguardará su salud, sino también mostrará que aprecia el maravilloso don del oído, que procede del Creador.

“El oído que oye y el ojo que ve... Jehová mismo los ha hecho aun a ambos.” (Proverbios 20:12.)

[Recuadro en la página 24]

NIVEL COMPARATIVO DE FUENTES DE RUIDO

La intensidad de cada ruido se ha medido en decibelios. Un aumento de tres decibelios, lo cual duplica el sonido, es el cambio más leve que puede percibir el oído humano. Las cifras de abajo son promedios.

Fuente Decibelios

Despegue de un avión de reacción 150

Remachadora neumática 130

Trueno 120

Discoteca o banda de “rock” 115

Aceleración de una motocicleta 110

Mezcladora eléctrica 95

Aspiradora 85

Automóvil 70

Conversación común 60

Cuarto “silencioso” 40

Estudio de grabación 30

Cuchicheo 20

Umbral auditivo 0

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