BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g85 8/1 págs. 14-16
  • ¿Qué puedo hacer para que mis padres me den más libertad?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Qué puedo hacer para que mis padres me den más libertad?
  • ¡Despertad! 1985
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • “Más se le dará”
  • Toma la iniciativa
  • Mayor independencia
  • ¿Qué puedo hacer para que mis padres me den más libertad?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas
  • ¿Cómo puedo ganarme el respeto de mis padres?
    ¡Despertad! 1984
  • ¿Por qué no me comprenden mis padres?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas
  • ¿Por qué mis padres no me comprenden?
    ¡Despertad! 2012
Ver más
¡Despertad! 1985
g85 8/1 págs. 14-16

Los jóvenes preguntan...

¿Qué puedo hacer para que mis padres me den más libertad?

JIM sonríe al hablar sobre Ron, uno de sus hermanos menores. “Yo era solo 11 meses mayor que Ron —dice él—, pero nuestros padres nos trataban de manera muy diferente. A mí me daban mucha libertad. Hasta cuando yo era niño me daban permiso para llevar a mis hermanos al cine. Desde joven me permitían usar el auto de la familia. Cierto año en que hice un viaje a la ciudad de Nueva York para asistir a una asamblea religiosa hasta me permitieron llevar a uno de mis hermanos menores.

”Sin embargo, a Ron lo trataban de manera diferente —sigue diciendo Jim—. Apenas le daban libertad. Papá ni siquiera se molestó en enseñarle a manejar cuando Ron cumplió la edad requerida para ello. Y cuando creía que tenía suficiente edad para concertar citas, mis padres no se lo permitieron.”

A medida que creces, es natural que desees mayor libertad y más privilegios que son propios de los adultos. Pero a menudo resulta que los jóvenes se encaran a la resistencia de sus padres. ¿Estarán estos padres protegiendo demasiado a sus hijos, o serán culpables de favoritismo? No necesariamente. Jim explica: “Ron tenía la tendencia a ser irresponsable. No tenía iniciativa. A menudo no hacía lo que se le asignaba. Y aunque yo nunca replicaba a mis padres, Ron les hacía saber por qué él opinaba de modo diferente. Pero siempre salía perdiendo”. No obstante, ¿por qué concedían tanta libertad a Jim?

“Más se le dará”

En una ocasión Jesús habló de un hombre rico que confió a cada uno de sus esclavos cierta cantidad de dinero. Dos de ellos invirtieron inmediatamente el dinero y obtuvieron ganancias. Pero uno de los esclavos simplemente “se fue, y cavó en la tierra y escondió el dinero en plata de su amo”. Cuando el amo regresó de un viaje, recompensó con mayores privilegios a los esclavos laboriosos. ¿Qué sucedió con el esclavo perezoso? El amo dio órdenes de que le quitaran el dinero, al decir: “Porque a todo el que tiene, más se le dará y tendrá en abundancia; en cuanto al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. (Mateo 25:14-29.)

La parábola de Jesús encierra una lección práctica: ¿Quieres más libertad y responsabilidad? Entonces tienes que demostrar que eres responsable. Quizás un joven diga en tono de lamento: ‘Pero ¿cómo puedo probar que lo soy si mis padres no me dejan hacer nada?’.

Éste pudiera ser un verdadero problema. En tiempos pasados, cuando las familias vivían en granjas, los jóvenes tenían muchas oportunidades de probar su valía al trabajar duro y contribuir al bienestar de la familia. Pero hoy día en muchos países la mayoría de los hombres trabajan en oficinas y fábricas en vez de en granjas. Y los jóvenes simplemente tienen menos que hacer. Sin embargo, ¡todavía existen oportunidades para probar que has madurado!

En primer lugar, debes tomar en serio cualesquiera tareas que te asignen tus padres. No seas como el joven de una de las parábolas de Jesús, a quien el padre le dijo: “Hijo, ve, trabaja hoy en la viña”, y quien dijo: “‘Iré, señor’, pero no fue” (Mateo 21:28, 29). Convence a tus padres de que si ellos te piden que hagas algo, sin importar lo pequeña que sea la tarea, pueden darla por cumplida.

Ésta era la razón por la cual Jim disfrutaba de libertad desde joven. “Le demostré a mis padres que podía aceptar responsabilidades y cumplir con ellas —recuerda él—. Incluso cuando era niño, ellos me enviaban al banco, permitían que yo fuera a pagar nuestras facturas de servicios públicos y que fuera de compras al supermercado. Y cuando mamá tuvo que trabajar fuera, yo me encargaba hasta de preparar la comida para la familia.” Pero ¿se esforzó Jim de esa manera únicamente por el deseo de tener libertad? Él dice: “Mi recompensa era agradar a mis padres. Si podía aligerarles un poco la carga, como por medio de preparar la comida, eso me hacía sentir muy feliz”.

Toma la iniciativa

Sin embargo, ¿qué hay si tus padres no te han dado tales asignaciones? Toma la iniciativa en diversos aspectos. En la parábola de Jesús, el amo no dio a sus esclavos instrucciones específicas en cuanto a qué hacer con el dinero. Ellos usaron sus destrezas y aptitudes. Tú puedes hacer lo mismo.

Por ejemplo, la revista Seventeen sugirió: “Di a tu familia que quieres prepararles una comida, y di a tus padres que quieres hacerlo todo: planear la comida, preparar la lista de ingredientes, hacer la compra, cocinar y hacer la limpieza”. Y si el cocinar no es tu punto fuerte, mira a tu alrededor para ver de qué otras cosas podrías encargarte. No tienes que esperar que tus padres te digan específicamente que hay que lavar los platos, barrer el piso o arreglar las habitaciones.

El libro Adolescence también dice: “Los padres sabios [...] esperan que sus hijos [...] desarrollen las aptitudes académicas, vocacionales y sociales que les permitan ser más independientes de su familia”. Una manera de medir tus “aptitudes académicas” son las calificaciones. ¿Verdaderamente reflejan éstas tus habilidades? Si no estás haciendo buen trabajo en la escuela, no te sorprendas si tus padres restringen tus libertades.

¿Y qué hay de las ‘destrezas vocacionales’? Muchos jóvenes aceptan un empleo de media jornada durante el verano o los fines de semana para probar que tienen habilidad para trabajar. No obstante, el ganar dinero es solo una parte del cuadro. ¿Has demostrado que puedes administrar ese dinero y ahorrar parte de él? Por ejemplo, ¿tienes una cuenta de ahorros? Y ahora que dispones de dinero propio, ¿te has ofrecido para dar una contribución para cubrir tus gastos de alojamiento y comida? (Quizás te sorprendas al comprobar cuánto cuesta alquilar una habitación en tu comunidad.) El dar dicha contribución tal vez signifique que tendrás menos dinero para gastos personales, pero a medida que tus padres observen que manejas el dinero como si fueras un adulto, sin duda estarán más inclinados a darte mayor libertad.

Mayor independencia

No obstante, hay jóvenes que dicen que están haciendo estas cosas pero todavía se hallan rodeados de restricciones. Sin embargo, la revista Seventeen citó las siguientes palabras del doctor Michael Solomon: “Algunos adolescentes se preguntan por qué sus padres ejercen tanto control sobre ellos. Pero estos mismos adolescentes siguen consultando todo con sus padres... hasta cómo deben vestir”.

Por supuesto, no debes echar a un lado a tus padres ni desdeñar los consejos que ellos te den. La Biblia nos anima a escuchar a nuestros padres hasta después de haber llegado a ser adultos (Proverbios 23:22). Los padres deben ser nuestros ‘amigos íntimos’, una excelente fuente de consejo. (Compara esto con lo que dice Jeremías 3:4.) Como dijo un señor ya casado: “Los padres de mi esposa todavía viven, y, aunque ya estamos acercándonos a los cincuenta años de edad, todavía nos dan consejo de vez en cuando. Aceptamos sus consejos y a menudo (no siempre) los seguimos”.

De modo que a veces es apropiado que ‘des tu corazón’ a tus padres y confíes en ellos (Proverbios 23:26). Especialmente debes hacerlo cuando haya algún problema grave. No obstante, esto no significa que tienes que contar con que ellos tomen por ti toda decisión insignificante. La escritora Shirley Gould dio la siguiente advertencia a los padres: “El obligar a sus hijos jóvenes a siempre depender de ustedes [...] es comparable a romperles tanto las piernas como los brazos”. En vez de estar lisiado emocionalmente, querrás desarrollar lo que un escritor llamó tus “propias reservas internas de estima y confianza en ti mismo”. Es solo por medio del uso de lo que la Biblia llama las “facultades perceptivas” que desarrollarás esa confianza. (Hebreos 5:14.)

Por eso, en vez de acudir a tus padres ante la más leve señal de aflicción, trata primero de resolver el problema en tu propia mente. Más bien que ser ‘demasiado apresurado’, o impulsivo, en cuanto a algún asunto, sigue el consejo bíblico de ‘considerar conocimiento’ primero (Isaías 32:4). Efectúa un poco de investigación, especialmente si hay principios bíblicos relacionados con el asunto. Después de considerar los asuntos con calma, entonces aborda a tus padres. En lugar de siempre decir: ‘Papá, ¿qué debo hacer?’, o: ‘Mamá, ¿qué harías tú?’, explica la situación. Háblales del modo como has resuelto la situación en tu mente. Una vez hayas hecho esto, pide la opinión de tus padres.

Así tus padres no te oirán hablar como un chiquillo, sino como una persona adulta. Inevitablemente, te irás independizando de tus padres. Es cierto que tú no quieres cortar esos lazos por completo, pues siempre considerarás a tus padres como buena fuente de consejo. Pero habrás dado un gran paso para demostrar que estás llegando a ser adulto. ¿Con qué resultado? Tus padres te tratarán como si fueras un adulto.

[Ilustraciones en la página 15]

¿Has pensado en cómo administrar tu dinero?

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir