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¡Despertad! 1985
g85 8/9 págs. 4-5

Lo que impide que algunos lean

MUCHAS personas consideran que la lectura es una tarea. ¿Por qué? En primer lugar, algunas nunca aprendieron realmente a leer cuando asistieron a la escuela. Una señora de 34 años de edad dijo que cada vez que miraba una página impresa solo veía “un revoltijo” que no tenía sentido alguno. A veces, le tomaba hasta dos minutos leer una sola oración.

No hace mucho, un graduado de la escuela secundaria demandó al Distrito Escolar Unificado de San Francisco (E.U.A.) por la suma de medio millón de dólares debido a haberle dado un diploma de escuela secundaria aunque él apenas sabía leer. De acuerdo con el informe, él leía al nivel de un estudiante de quinto o sexto grado de escuela primaria al recibir su diploma. Como resultado de esto, cuando solicitó empleo, halló que no podía llenar la solicitud debidamente. ¿Cómo era posible esto?

Diversos métodos de instrucción

Lamentablemente, ciertos métodos de enseñar a leer han resultado gravemente inadecuados. En los últimos años, se ha criticado mucho el método de enseñanza llamado “vea y lea”. En este método, se enseña a los estudiantes a reconocer palabras enteras sin que sepan pronunciar individualmente las sílabas y las letras que componen las palabras. La objeción principal a este método es que de él resultan lectores que adivinan las palabras y que no saben pronunciar palabras nuevas ni leer con exactitud debido a que confunden palabras que se parecen.

Por ejemplo: En su libro Why Johnny Still Can’t Read (Por qué Juanito no sabe leer todavía), el autor Rudolf Flesch publicó una copia de una carta que recibió de una señora que se describió a sí misma como víctima del método “vea y lea”. Dijo ella: “Podíamos ver las ilustraciones: por ejemplo, la ilustración de una manzana. La profesora nos decía que podíamos recordar la palabra manzana [en inglés “apple”] porque se escribe con doble p. Como resultado de esto, cada vez que yo veía una palabra con doble p creía que se trataba de la palabra manzana”.

Se calcula que el método “vea y lea” permite al niño reconocer solo aproximadamente 350 palabras para fines del primer año. Para fines del segundo año puede reconocer unas 1.100 palabras más, otras 1.200 para fines del tercer año, y 1.550 palabras adicionales para fines del cuarto año. Esto representa un total de 4.200 palabras en el vocabulario del niño.

En contraste con esto, se ha calculado que los niños a quienes se les enseña a leer por el método “fónico primero” pueden aprender hasta 40.000 palabras para fines del cuarto año de la escuela primaria. “Fónico” significa “de sonidos vocales”, y en el método fónico a los estudiantes se les enseña no solo cómo se llaman las letras, sino también cómo suenan estas en cada palabra. Primero se aprenden los sonidos de las vocales y entonces los de las consonantes. Después de esto, se combinan los dos para formar palabras de dos, tres o cuatro letras, y entonces para formar frases, y finalmente oraciones. (Véase ¡Despertad! del 22 de octubre de 1967, páginas 12-16.) Se han efectuado pruebas independientes que parecen apoyar como más eficaz el método “fónico primero” para enseñar a leer en los primeros años escolares.

Pero lo que complica el asunto aun más es que parece que muchos profesores tienen dudas respecto a la capacidad de aprendizaje de sus estudiantes. Un experto declaró: “El que los niños tengan ‘ventajas’ o ‘desventajas’, el que sean de la raza negra o blanca, el que sean ricos o pobres, no tiene nada que ver con el éxito que los niños tengan con la lectura. Basándome en mi experiencia profesional, puedo decir que tales declaraciones solo son pretextos para no enseñar a los niños a leer”. (Las bastardillas son nuestras.)

Otros factores influyen en la lectura

Se cita la televisión como otra razón por la cual las personas no leen. Se ha calculado que en los Estados Unidos alguien que viva hasta los 70 años de edad habrá visto televisión por 70.000 horas durante su vida, ¡cantidad de horas superada solo por la cantidad de tiempo que se dedica al trabajo y al sueño! La revista TV Guide informa: “Van aumentando las pruebas científicas de que en el caso de los niños que están empezando la escuela primaria es incompatible dedicar muchas horas a la televisión y dominar las destrezas básicas de leer y escribir. Los estudios [...] sugieren que hasta niños que provienen de hogares en los que se da importancia a la lectura pero a quienes se les permite ver mucho la televisión están muy propensos a tener dificultades con la lectura”.

Pero hay otros factores que interfieren directamente con la habilidad de desarrollar destreza en la lectura. “El niño cuyos ojos no funcionan correctamente puede padecer de dolores de cabeza, tener la vista cansada, sufrir de tensión nerviosa, y de otros males que pueden hacer de la lectura una actividad desagradable.” Pero en las clases regulares a menudo se da poca atención a tales alumnos. (Diagnostic and Remedial Teaching, página 49.)

A veces, los defectos del oído pueden ser otro factor. Los niños que padecen de sordera parcial quedarían, por supuesto, en desventaja si se usan los métodos “fónicos” para enseñar a leer.

Los factores emocionales desempeñan un papel importante también. Por ejemplo, “el niño que inicialmente haya fracasado en la lectura desarrolla con frecuencia una actitud emocional para con la lectura que le impide hacer progresos adicionales”, dice cierta autoridad, y agrega: “Se ha sabido que el tan solo ver un libro u oír la palabra lectura ha hecho que ciertas personas se pongan tensas y se sientan incómodas”. Además, un hogar desintegrado, la inseguridad en el hogar o padres neuróticos pueden en muchos casos afectar el progreso que el niño haga en la lectura.

De todos los factores que influyen en el que lee mal, el más importante es el hecho de que dicha persona no lea, es decir, que nadie jamás ha aprendido a leer si no lee. En muchos casos, el que una persona no lea tiene sus raíces en uno o más de los factores físicos o emocionales que ya se han considerado arriba.

Sea cual sea la razón por la cual cierta persona tenga algún impedimento con relación a la lectura, el que ella haga un esfuerzo genuino para vencerlo producirá, con el tiempo, algunos resultados. En el siguiente artículo se ofrecen sugerencias que pueden ser útiles.

[Ilustración en la página 5]

Los niños a quienes se les permite ver demasiado la televisión están muy propensos a tener dificultades con la lectura

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