Los jóvenes preguntan...
¿Cómo puedo librarme de las drogas?
MIENTRAS la droga hacía efecto lentamente, Ann esperaba el primer arrebato de excitación. Lo había experimentado muchas veces antes. Se reclinaba, cerraba los ojos y parecía sumirse en un estado semiconsciente, sin advertir todo lo que la rodeaba.
Pero esta vez fue diferente. Mientras cerraba los ojos y le invadía una oleada de euforia, llegó a quedar inconsciente. La respiración se le hizo difícil y el corazón le palpitaba con un ritmo irregular. Estaba a punto de morir.
“Desperté en el hospital”, recuerda Ann, cuyo rostro refleja una expresión de gratitud por el hecho de que está viva hoy para relatar su historia. “Varias veces estuve a punto de perder la vida, pero afortunadamente recibí la ayuda necesaria antes que yo misma causara mi muerte.”
Ann, sin duda, fue afortunada. No obstante, otros miles de jóvenes no lo son. Cada año muere una cantidad alarmante de jóvenes debido al consumo de las drogas. Muchos otros quieren librarse del hábito de las drogas, pero fracasan después de tratar de vivir sin drogasa. ¿A qué se debe esto? La publicación Recovery and Relapse nos da una clave: “La sobriedad emocional es, en realidad, nuestra meta, no simplemente la abstinencia física”.
En armonía con esta declaración, un consejero de un centro de rehabilitación grande de Nueva York dijo al corresponsal de ¡Despertad!: “El secreto para librarse de las drogas no es simplemente dejar de usar drogas, sino, más bien, cambiar su modo de pensar y toda su manera de enfrentarse a la vida. Hay que llegar a disfrutar más de la vida sin drogas que con ellas”.
Pero ¿cómo se puede lograr esto? De acuerdo con una serie de importantes programas de rehabilitación de las drogas, el librarse del hábito de las drogas tiene que incluir una recuperación física y emocional, a lo cual pudiéramos añadir una recuperación espiritual. Todo ello es necesario para llevar una existencia feliz, libre de las drogas.
Recuperación física
El primer paso es la recuperación física. (En un número futuro de ¡Despertad! se considerará la recuperación emocional y espiritual.) Por supuesto, esto supone el dejar de usar drogas. Si la persona depende físicamenteb de las drogas, probablemente experimente síntomas de abstinencia, entre los cuales figuran mayor ansiedad, temblores, náuseas, insomnio, sicosis o convulsiones. (Compara con Proverbios 23:31, 32.)
Estaba extremadamente nervioso —recuerda Allen, que pasó 12 años de su vida abusando de las drogas—. Cuando dejé de usar drogas por primera vez, los síntomas de abstinencia que sufría eran tan graves que no podía ni siquiera conducir un automóvil.” En vista de los peligros que están implicados en el asunto, sería prudente obtener la ayuda de un médico competente que esté familiarizado con el proceso de desintoxicación de drogas.
Si alguien depende física o emocionalmente de las drogas, la mayoría de los profesionales en el campo de la rehabilitación de las drogas recomiendan enfáticamente que la persona se abstenga completamente de toda droga que le produzca un cambio en su estado de ánimo. Las drogas que producen cambios en el estado de ánimo alteran la capacidad mental y emocional de uno. En otras palabras, son drogas que hacen que uno se sienta apático, soñoliento, tranquilo, enérgico, nervioso, más alerta, o que experimente alucinaciones. Entre tales drogas figuran los tranquilizantes, los narcóticos, los sedantes, las bebidas alcohólicas, hasta los medicamentos que se consiguen sin receta, como las medicinas para la tos o los remedios para los resfriados, los cuales pueden contener sustancias que producen cambios en el estado de ánimo como los antihistamínicos o el alcohol.
¿Por qué debe evitar todos esos medicamentos la persona que ha abandonado la adicción a las drogas? De acuerdo con cierta publicación sobre la rehabilitación de las drogas: “La única manera de no adquirir el hábito o no seguir con él es no tomar esa primera dosis de una jeringa, pastilla o bebida. [...] Damos gran énfasis a esto porque sabemos que cuando usamos drogas en cualquier forma, o sustituimos una por otra, liberamos nuestra adicción de nuevo”.
He aquí una ilustración: Considera el ejemplo de un usuario de la heroína que se está restableciendo. ¿Qué sucedería si, después de abstenerse de la heroína por algún tiempo, empezara a consumir bebidas alcohólicas? Estaría en verdadero peligro de reactivar el impulso de ponerse en un estado eufórico. Y una vez que se reaviva el impulso de experimentar la euforia, es muy difícil no volver a las drogas. “Impulso que —declara Recovery and Relapse—, una vez ha empezado el proceso con la ‘dosis’ de una jeringa, una píldora o una bebida, no podemos detener por nuestra propia fuerza de voluntad.” (Compara con Proverbios 23:35.)
Eso es lo que sucedió a Allen, que se había abstenido de las drogas por más de un año. En una ocasión en que estuvo hospitalizado se le administró un narcótico para calmar el dolor. La droga activó su impulso de ponerse eufórico. ¿Cuál fue el resultado? “Cuando salí del hospital, bebí como un loco —recuerda Allen—. Con el tiempo volví a usar toda clase de droga que se vende en la calle.”
El atractivo de sentirse bien
Para entender mejor este asunto, es provechoso considerar la razón principal por la cual se usan las drogas... para sentirse bien. Esto es precisamente el propósito de las drogas que producen cambios de humor. En algunos casos, son provechosas. Por ejemplo, supón que estés padeciendo de dolores agudos debido a las heridas que sufriste como resultado de un grave accidente automovilístico. Tu médico pudiera recetarte una droga narcótica para calmar el dolor de modo que te ayude a sentirte mejor mientras te recuperas. Además de aliviar el dolor, la droga pudiera relajarte por medio de disminuir la ansiedad que sientes. Esto se debe a las propiedades del narcótico que producen cambios en el estado de ánimo, las cuales pueden ser provechosas para la recuperación de un paciente que haya estado expuesto a un trauma severo. (Compara con Proverbios 31:6.)
Pero es diferente en el caso del drogadicto. ¿Por qué? Bueno, ¿por qué usa este las drogas? ¿Está físicamente enfermo? ¿Ha sufrido heridas graves? En la gran mayoría de los casos, él simplemente está buscando los cambios en el estado de ánimo que la droga produce. ¿Y por qué? Puede que haya empezado a usar las drogas simplemente para divertirse, por el placer de ponerse eufórico. Pero no tarda en darse cuenta de que las propiedades de las drogas que producen cambios de humor pueden aliviar instantáneamente (aunque temporalmente) las preocupaciones emocionales de la vida. Y mientras más usa las drogas, más depende de ellas para evadir las situaciones de la vida que le causan incomodidad. El atractivo de evadir los problemas es lo que hace que recurra de nuevo a la droga para experimentar cada vez más el efecto que producen, los cambios en el estado de ánimo.
Así que el problema de recuperarse del abuso de las drogas no tiene que ver solo con la adicción física a la droga, sino también con el depender mentalmente de la propiedad depresiva o estimulante que tiene la droga. Por eso, después de haber dejado de usar la droga, el drogadicto que se esté rehabilitando tiene que tratar con el problema a largo plazo de aprender a llevar una vida feliz sin las drogas.
¡La abstinencia total es imprescindible!
Por eso, la realidad del asunto es la siguiente: El abstenerse totalmente de las drogas es esencial para la recuperaciónc. La Biblia nos dice: “Si tu mano derecha te está haciendo tropezar, córtala” (Mateo 5:30). Sí, es mejor ‘cortar’ cualquier cosa que nos haga tropezar en la vida o librarnos de ella por completo. ¿No aplicaría este consejo a algo potencialmente mortífero como el abuso de las drogas? (1 Pedro 2:11.)
Pero una vez que el usuario de drogas tome la decisión de abstenerse de estas, ¿cómo puede adherirse a su decisión? La Biblia contesta: “Transfórmense rehaciendo su mente” (Romanos 12:2). Sí, tiene que cambiar su modo de pensar, toda la manera de enfrentarse a la vida. Debe dejar de buscar un escape por medio de las drogas que producen cambios en el estado de ánimo y aprender a enfrentarse con confianza a las preocupaciones de la vida, haciéndolo de tal manera que le permita realmente disfrutar de la vida a pesar de cualquier dificultad que se le presente.
Pero ¿cómo se puede lograr esto? Por medio de las siguientes dos etapas de la recuperación: la etapa emocional y la espiritual. Se dará consideración a ambas en un número futuro de la revista.
[Notas a pie de página]
a Sírvete ver el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué decir no a las drogas?”, en el número del 8 de marzo de 1985 de ¡Despertad!
b Con ello no queremos decir que todos los que usan drogas dependen de ellas físicamente. Hay quienes usan las drogas ocasionalmente para experimentar un estado de euforia. Pero puede que no tarden en darse cuenta de que el estado de euforia se puede usar como un medio de hacer frente a las preocupaciones. Esto, a su vez, puede resultar en dependencia emocional y el enviciarse por razones físicas.
c Por supuesto, puede que surjan situaciones en que la vida de un ex adicto esté en peligro y se haga necesario administrarle alguna droga que produzca cambios en su estado de ánimo. En este caso, la droga desempeña un papel importante en la misma recuperación del trauma causado por la enfermedad o el accidente. El ex adicto tiene la responsabilidad de informar al médico que usó drogas en el pasado. Cuando el médico tenga dicha información, estará en mejor posición de decidir si es necesario administrarle la droga, o no.
[Ilustración en la página 17]
¿Podrían las drogas que se obtienen con receta médica llevarle a depender nuevamente de drogas?
[Ilustración en la página 18]
Antes que el médico recete un medicamento, debería estar informado del pasado abuso de drogas del paciente