De nuestros lectores
El abuso sexual de menores
Gracias por el número sobre el abuso sexual de menores (22 de enero de 1985). Estoy segura de que este ayudará a muchos padres a proteger a sus hijos en este corrompido sistema de cosas. Mis padres nunca me dieron consejo en cuanto a lo sexual. En cierta ocasión un condiscípulo que era mucho mayor que yo abusó sexualmente de mí. Hasta hoy día, a la edad de 28 años, todavía tengo problemas sicológicos relacionados con aquello. ¡Cuánto hubiera querido tener la información de sus artículos en aquel entonces!
R. S., Brasil
¿Son artículos insensibles?
Quiero que sepan lo que opino de su artículo sobre la circuncisión femenina y otros artículos similares que han aparecido en el pasado. Deseo evitar el dolor que siento cuando leo artículos que son horriblemente explícitos. ¿Debemos leer esas cosas, como el artículo que acabo de mencionar o el relato de la tortura en los campos de concentración? (“De la muerte a la vida en Dachau”, 8 de febrero de 1985.) ¿No está esto en oposición al consejo de Filipenses 4:8, tocante a que deberíamos continuar considerando cosas que sean justas, castas, amables, dignas de alabanza?
B. D., Canadá
No queremos ofender la sensibilidad de ninguno de nuestros lectores. Reconocemos que algunos artículos no son necesariamente material de lectura agradable, pero en el mundo hay algunas realidades que muchas personas han tenido que afrontar, están afrontando ahora, o van a afrontar. Creemos que tenemos la obligación de presentar información sobre tales temas para el beneficio de ellas. En ninguno de esos artículos hemos puesto detalles injustificados y explícitos para apelar a lo sensacionalista, lo violento, lo espeluznante ni lo lascivo. Nos hemos esforzado por presentar una consideración decorosa y útil de dichos temas, y siempre hemos adoptado una posición firme a favor de lo correcto. También nos esforzamos por dar consejo animador y edificante. En nuestro artículo sobre la circuncisión femenina, proveímos suficiente información para que los que necesitaran saber pudieran entender lo que se estaba considerando y para que todos se contuvieran de participar en dicha práctica.
Tenemos el ejemplo de la Palabra inspirada de Dios, la Biblia, que es muy franca y específica cuando es necesario. Véanse los capítulos 19, 34, 38, 39 de Génesis; Levítico 15:16-33; 18:19-24; Jueces, capítulo 19; 2 Samuel, capítulo 13; Jeremías 5:7-9; Ezequiel, capítulo 23. Ninguna de estas descripciones tiene el propósito de excitar algún interés lascivo ni de ofender las sensibilidades de alguien, sino que son necesarias, útiles y edificantes.—La dirección.
Les escribo para expresar mi aprecio por el artículo “De la muerte a la vida en Dachau”. Me topé con cierto hombre que estaba muy amargado debido a sus propias experiencias en Dachau y también porque en Canadá hay personas que afirman que el genocidio de judíos y grupos minoritarios era un engaño. Él aceptó ese número de la revista y lo leyó. Estuvo de acuerdo en que lo que ella había escrito era la verdad, excepto que había omitido mucho del horror. Expresó gran encono hacia sus atormentadores, de modo que le señalé el consejo de Else: ‘No los odies. No podrás hacerles daño. ¡Solo te perjudicarás a ti mismo!’. Últimamente este hombre ha llegado a tener menos encono. El relato de ella ha ayudado a muchos a hallar esperanza y ánimo otra vez.
D. R., Canadá
Me conmovió especialmente la lectura del artículo “De la muerte a la vida en Dachau”. En seguida le tuve simpatía. Me alegro de que a ella todo le salió bien, ¡gracias a Else! Uno casi no puede esperar el día en que Dios ponga fin a toda la iniquidad sobre la Tierra, por la cual la gente erróneamente lo culpa. Gracias por esa interesante revista.
S. V. A., Zimbabwe