La religión entre dos fuegos
“Si un individuo está delante de mí y tengo que dispararle, ¿qué hago?” preguntó un soldado norteamericano al capellán del ejército.
“Dispara rápidamente —contestó el clérigo—, [...] pero recuerda que la vida es preciosa.”
EL GUERREAR y el seguir la conciencia respecto a creencias religiosas no siempre son compatibles. Y sin embargo, cuando las naciones entran en guerra, la religión a menudo se encuentra entre dos fuegos, como lo ilustra el ejemplo susodicho. El periódico The Seattle Times presenta este asunto de la siguiente manera: “Hoy la religión es más estimulante que sedante en lo que toca a mucha de la contienda que perturba al mundo”.
Por eso en los últimos años hemos visto a católicos contra protestantes en Irlanda del Norte. A “cristianos” contra musulmanes en el Líbano. A musulmanes contra judíos en el Oriente Medio. A hindúes contra musulmanes en la India. A budistas contra hindúes en Sri Lanka. A musulmanes chiítas contra musulmanes sunnitas en Irán e Irak. Y así sucesivamente.
No es que todo este guerrear se deba a diferencias religiosas. En algunos casos, tal vez se trate de una disputa sobre una frontera o una campaña para los derechos civiles. Sin embargo, a menudo la religión es el factor fundamental, lo cual añade leña al fuego. Por ejemplo, en el conflicto sobre la frontera entre Irán e Irak, los líderes musulmanes de los chiítas iraníes animan a sus soldados jóvenes con las palabras: “Allah akbar!” (“¡Dios es grande!”). Los jóvenes entran en batalla contra los musulmanes sunnitas de Irak creyendo que el morir en la batalla les garantiza la entrada al cielo.
Por eso, cuando la religión se halla entre dos fuegos, cada lado llega a esta conclusión: ‘Dios está de parte de nosotros’. De modo que la violencia, la destrucción y la matanza continúan... todo en el nombre de Dios. Además, cuando la religión es el factor fundamental, a menudo la guerra es más sangrienta y es más difícil poner fin a ella. Como dijo el señor Ernest Lefever, presidente del Centro de la Ética y la Política Pública, de Washington, D.C.: “Cuando se cree que Dios está de parte de uno, se puede justificar cualquier atrocidad”. (U.S.News & World Report.)
Por consiguiente, surge la pregunta: En lo que respecta a la guerra, ¿realmente se pone Dios de parte de un lado o del otro? Esta pregunta perturbó a un hombre que llevó a cabo unas 60 misiones de bombardeo aéreo sobre Alemania e Italia durante la II Guerra Mundial. Le remordía la conciencia por haber participado en la matanza de millares de hombres, mujeres y niños. Le invitamos a leer, en el siguiente artículo, cómo él buscó y halló la respuesta satisfaciente a la pregunta: “¿De qué lado está Dios?”.
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Foto Ejército E.U.A.