De nuestros lectores
Los jóvenes y las bebidas alcohólicas
Gracias por los dos artículos publicados en la sección de ¡Despertad! “Los jóvenes preguntan...”, titulados: “Las bebidas alcohólicas... ¿por qué no?” (22 de junio de 1984) y “¿Puedo arreglármelas mejor con ayuda de la bebida?” (8 de julio de 1984). Ustedes realmente tienen razón. Yo solía beber mucho cuando me sentía afligido por algún problema, pero cuando me despertaba me sentía abatido. Tenía que tomar alguna medida, y esos dos artículos llegaron justo a tiempo. Después de leerlos, abandoné el hábito de la bebida. Todavía siento el deseo de beber, pero con la ayuda de Dios y el consejo de ustedes he podido vencer este gran problema.
H. C., Brasil
El perro... ¿es siempre el amigo del hombre?
Hace poco un perro enorme vino hacia mí para atacarme, así que comenzó a dominarme el pánico. Entonces recordé el artículo: “El perro... ¿es siempre el mejor amigo del hombre?” (8 de febrero de 1985), donde se daba este consejo: “No permita que le domine el pánico ni eche a correr. [...] Permanezca inmóvil y hable de modo informal al perro, como si fuera suyo”. Seguí estas instrucciones y el perro dejó de ladrar y se retiró calmadamente. Muchísimas gracias por publicar dicho artículo.
F. B., Nigeria
Cómo prevenir los accidentes
Queremos expresar nuestro agradecimiento por los ejemplares de su revista “Los accidentes... ¿se pueden prevenir?” (8 de julio de 1985), que se distribuyeron entre los miembros de la CIPA (siglas en inglés para Comité Nacional para la Prevención de Accidentes). Aprovechamos esta ocasión para felicitarlos por la presentación de un tema que siempre es oportuno y no hace distinción de credos ni personas. En él se hace una amplia exposición de la seguridad en el hogar, en establecimientos hoteleros y en las calles... siempre con sentido previsor. Nos enseña a vivir una vida más duradera mediante el uso de nuestras mejores armas, como la cortesía, el autodominio y el pasar por alto las ofensas.
R. G. R., presidente del CIPA, Brasil
“Yo fui monja católica”
Practico la religión católica, y, sin embargo, no soy fanática. Leo las revistas que ustedes publican, pero me siento muy ofendida debido al artículo: “Yo fui monja católica” (8 de julio de 1985). Cuando yo salí del colegio en 1948, se nos animaba a leer la Biblia. Así que, ¿cómo puede ella decir que le habían enseñado que leer la Biblia es un pecado mortal? No la critico por haber abandonado la Iglesia Católica, pero nadie la obligó a tomar los votos. Valiéndose de su revista, ha quebrantado los mandamientos echándole la culpa a otros, y cito: “Este es mi mandamiento, que ustedes se amen los unos a los otros así como yo los he amado”. Hubiese sido mucho mejor si ella hubiese dicho que perdona a la Iglesia Católica por no haberla ayudado a encontrar su verdadera vocación.
R. H., Inglaterra
El que se anime a los católicos a leer la Biblia o no es una cuestión que ha variado mucho, dependiendo del lugar donde uno vive. Al vivir en una zona católica de Francia, no es de extrañar que a ella le hubieran dicho que leer la Biblia era un pecado mortal, mientras que en la Inglaterra protestante a usted le hayan enseñado lo contrario. Además, en ninguna parte del artículo se dice que esta ex monja culpa a otras personas por haber tomado los votos o que acusa a otros por el maltrato que experimentó, obligándola a buscar alivio. El artículo dice que ella tenía una fuerte necesidad espiritual y explica que ni la Iglesia Católica ni la vida en el convento satisficieron dicha necesidad. Más bien, ahora ha hallado satisfacción mediante el estudio de la Biblia y la predicación de la Palabra de Dios junto con los testigos de Jehová. Ella no expresa rencor contra la Iglesia Católica.—La dirección.