De nuestros lectores
Mejore su lectura
Gracias por el artículo “¡Usted puede ser mejor lector!” (22 de agosto de 1984). Yo tenía el problema de leer mucho y recordar poco. Al seguir las sugerencias que se presentaron en el artículo, creo que he mejorado un 70% en recordar la información que leo, especialmente cuando aplico las sugerencias del recuadro de la página 11, titulado: “Cómo echar un vistazo de antemano a la lectura no novelesca”.
J. H., Brasil
Ayuda en la escuela
Soy profesor de matemáticas y ciencias en una escuela secundaria. Mis alumnos saben que soy testigo de Jehová. En diciembre del año pasado todos los alumnos tuvieron que preparar un tema sobre la paz. Cierto día, dos de ellos vinieron a mi hogar para preguntarme si tenía alguna información de repaso sobre dicho tema. Tuve gusto en testificarles y ofrecerles los números que ustedes publicaron en cuanto a la paz (8 de octubre y 22 de octubre de 1985). Unos días después, casi todos los alumnos de la escuela se precipitaron a mi casa para obtener estos números a fin de preparar el tema que se les había asignado. Uno de ellos recibió un premio.
G. C., Italia
El alcohol y la carretera
Deseo expresar mi sincero aprecio por su serie de artículos sobre el alcohol y la carretera (8 de marzo de 1986). Como director de seguridad varias veces al año se me pide que haga algunas presentaciones en diferentes organizaciones eclesiásticas sobre el abuso del alcohol y sus efectos. Aplicaré en mi programa las referencias bíblicas que se citan en el artículo. Nuevamente, gracias por publicar esta información desde un aspecto muy docente y religioso.
R. W., Nebraska, E.U.A.
Acabo de leer sus artículos sobre el alcohol y la carretera. Yo doy un curso para aprender a conducir en una escuela secundaria y encuentro que los artículos están muy bien escritos y presentan una explicación exacta del problema. Consideré el tema del alcohol y la carretera con mis alumnos durante el primer semestre. Dichos artículos servirán, de manera excelente, para hacer un repaso de este tema vital. Desearía tener su permiso para sacar fotocopias de estos artículos con el fin de distribuirlos a aproximadamente 515 alumnos de mis clases para aprender a conducir.
R. D., Pensilvania, E.U.A.
Se le dio permiso mediante una carta personal.—La dirección.
Me conduelo de Shirley Ferrara y su esposo Steve. En septiembre de 1982 mi esposo y yo perdimos a nuestro hijo en un accidente de automóvil. Era nuestro único hijo y solo tenía 18 años de edad. Esto ocurrió en una ocasión en que él iba de pasajero en un automóvil conducido por un joven que estaba muy borracho. Debido a un detalle técnico el Tribunal Supremo de Colorado retiró los cargos de homicidio por vehículo contra el joven conductor, aunque su alcoholemia bien sobrepasaba el 0,10% que, según la ley, determina a alguien en estado de embriaguez. Lo último que supe es que él todavía sigue bebiendo excesivamente y conduciendo en estado de embriaguez. Quisiera que se le ayudara antes que mate a otra persona.
J. G., Colorado, E.U.A.
En 1983 mi esposo y yo perdimos a nuestra hija de 16 años de edad por culpa de un conductor borracho. Era nuestra única hija. Aunque las autoridades procuran hacer todo lo posible para disminuir la conducción en estado de embriaguez, le toca a cada persona hacer su parte. Pero mi esposo y yo sabemos que solo mediante el nuevo sistema de Jehová se eliminará el problema de conducir en estado de embriaguez y nuestros seres queridos volverán en la resurrección.
R. E., Indiana, E.U.A.