“¡Cómeme si te atreves!”
Aunque algún depredador se atreviera, no sería nada fácil. Cuando el pez globo se siente provocado, hace honor a su nombre y se hincha como un globo. No resulta fácil tragárselo. Además, al hincharse, eriza las miles de afiladas espinas huecas que cubren su piel. Tragarse un acerico como ese dejaría la garganta bastante arañada.
Pero si estos factores no son suficientes para disuadir al depredador, y consigue tragarse al pez globo, entonces empiezan los verdaderos problemas. La carne del pez globo contiene mucha tetrodotoxina, una de las sustancias venenosas marinas más notorias.
Sin embargo, a pesar de todo, es un pescado muy apreciado por los gastrónomos orientales. Los japoneses lo llaman fugu, e incluso uno de sus platos típicos, el sashimi, es fugu crudo. Cada año mueren muchas personas por consumir ese pescado. El libro Undersea Life declara:
“A pesar del riesgo que corren, los aficionados al fugu todavía gustan de la leve euforia, los escalofríos y la sensación de hormigueo que experimentan al ingerir dosis ‘controladas’ de este veneno, así como del sabor poco corriente que caracteriza a ese pescado. Teniendo en cuenta que la intoxicación grave de tetrodotoxina, aunque sea en una dosis subletal, produce síntomas como: sudores, dolor de cabeza, náuseas, parálisis respiratoria, erupciones cutáneas, hemorragias, aparente coma profundo sin pérdida de conocimiento, y a veces parálisis muscular total, resulta sorprendente que los aficionados al sashimi no se conformen con atún y caballa.” (Página 180.)