Leer en voz alta hace que aprender sea ameno

“ADEMÁS de abrazar a su hijo”, dice Jim Trelease, autor de The Read-Aloud Handbook, déle “un poco de su mente y una parte de su tiempo”.

¿Cómo? Leyéndole en voz alta y a menudo desde su tierna infancia, recomienda Trelease. Los beneficios que tanto usted como su hijo derivarán de esta experiencia serán duraderos. ¿Cuáles son esos beneficios? Esta lectura no solo servirá para rememorar gratos momentos muchos años después, sino que ayudará a su hijo a ser un mejor lector y un mejor estudiante. También desarrollará su capacidad visual porque estará aprendiendo a enfocar su atención en un dibujo. Por ejemplo: a los dieciocho meses, un niño ya puede identificar un dibujo de un perrito y es capaz de entender la palabra que lo identifica mucho antes de poder leerla. Además, su hijo no solo mejorará su capacidad de leer, escribir, hablar, escuchar e imaginar, sino que también mejorará su disposición para llegar a ser un buen lector... disfrutará de leer.

“¿Dónde puedo encontrar el tiempo o la energía para leer en voz alta a mis hijos?” Esta es la queja que suelen presentar los padres que se sienten agobiados.

Jim Trelease hace la siguiente observación: “El padre que dice que está demasiado cansado para leerles a sus niños pasa mucho tiempo con los ojos puestos en la televisión”.

Con el fin de cambiar esta actitud, el autor Trelease da los siguientes consejos a los padres:

1. Lea los libros apropiados. A la mayoría de los niños no les gustan los libros que les sermonean; pero sí disfrutan de escuchar historias en las que hay que resolver cierto conflicto o problema. No obstante, examine previamente el libro para asegurarse de que el niño está emocionalmente preparado para él.

2. Escoja el mejor momento. Muy de mañana, cuando el niño está lleno de energía, probablemente no sea el mejor momento. Algunos padres lo hacen cuando el niño está sentado en su sillita alta o comiendo algo. A la mayoría de los niños les gusta que se les lea a la hora de acostarse. En ese momento es cuando el niño puede concentrarse por más tiempo.

3. Enfréntese al desafío. Al niño no le hace ningún daño el que se le lea un libro cuyo vocabulario sea superior al que tal vez entienda. El padre puede definir con sencillez cierta palabra y parafrasear o hasta pasar por alto los pasajes difíciles.

4. Lea bien. El leer en voz alta exige una buena respiración y un buen ritmo. Si tiene dudas en cuanto a cómo lo hace, grabe su lectura en una cinta, escúchela y entonces evalúe la calidad de la misma.

5. Tenga en cuenta su capacidad de concentración. Es cierto que un buen relato captará el interés de su hijo, pero recuerde que quizás no le preste toda la atención. De todas formas, algo aprenderá.

6. Tenga paciencia. Tal como a algunos adultos les gusta ver la misma película vez tras vez, los niños también quieren que se les lea su relato favorito una y otra vez, pues continuamente descubren nuevos matices. De modo que en lugar de retirar uno de los libros favoritos de su hijo, simplemente léale un relato adicional.