Vida de familia en el Serengeti
AL LEÓN africano se le llama a menudo el rey de los animales. Se comprende por qué. Su abundante melena le da un aspecto imponente. Sus grandes ojos de color ámbar miran a su alrededor con serena indiferencia. Tiene un aire majestuoso, y cuando se levanta de súbito y lanza un rugido ensordecedor —audible a 8 Km. de distancia—, estremece.a ¡Indudablemente, es el rey de los animales!
Pero cuando se ve al león en su hábitat, esa imagen majestuosa se desvanece un poco. El león duerme mucho y permanece una buena parte del tiempo tumbado. A veces, se le ve tendido sobre las ramas de un árbol, alejado de los cachorros, que se dedican a encaramarse sobre los leones adultos. Le encanta, además, echarse de espaldas, panza arriba, dejándose acariciar por el calor del sol. Todo ello le ocupa, aproximadamente, veinte horas al día.
¿Y qué hace durante las cuatro horas restantes? Pues cuando las hembras —que son las que cazan— traen carne a la mesa, él es el primero en la fila para devorar la presa. Después de todo, él es el rey, ¿no es así? De modo que despedaza su parte... hasta 35 Kg. de una sentada.b Además, engendra, cría y pelea contra otros leones que se meten en su territorio. Es, por lo tanto, padre, luchador, holgazán, dormilón y glotón. Y, por algún tiempo, rey.
En realidad, él no está solo en el desempeño de esas labores. El león es la única especie sociable entre los felinos. La unidad social de los leones es la manada, que por lo general consiste en dos o tres machos grandes, cinco o diez hembras adultas y numerosos leones jóvenes y cachorros. No obstante, los grupos pueden ser mucho mayores... de cuarenta o incluso más. Cada grupo tiene su propio territorio, que es de varios kilómetros de diámetro, y los machos adultos mantienen alejados a los intrusos.
Las hembras son las que efectúan la mayor parte de la caza, generalmente durante la noche. Pesan menos (entre 110 y 140 Kg.) que los machos (entre 180 y 220 Kg.) y, por consiguiente, son más veloces. Aunque son rápidas, las presas que cazan son más veloces que ellas. Por lo tanto, les conviene cazar en colaboración. Algunas de las hembras se ocultan, mientras que las otras rodean a la presa y la persiguen hasta donde se hallan las leonas que aguardan ocultas. Cuando se caza una presa, toda la manada acude a alimentarse: desgarran pedazos de carne y los engullen enteros. Hay muchos refunfuños y gruñidos a medida que cada uno trata de hacerse con su parte. Se ve que no han leído ningún libro sobre buenos modales en la mesa.
Las leonas, por lo general, son buenas madres. Durante los primeros dos o tres meses, un cachorro se alimenta exclusivamente de leche; luego la madre lo lleva a un animal que ella ha cazado y le empieza a acostumbrar a la carne. Pero el cachorro seguirá alimentándose también de leche hasta los ocho meses, cuando la madre ya no puede amamantarlo más. La leona caza junto con sus pequeñuelos durante dos años o más, y ellos aprenden por medio de observarla.
Generalmente, el ambiente familiar es apacible. A veces, las leonas se agrupan y se encargan de cuidar entre ellas a los cachorros. Estos, cuando están hambrientos, maman de cualquier leona que tenga leche. Pasan mucho tiempo persiguiéndose y luchando entre sí. En ocasiones, una leona se une al juego, sacudiendo la cola a medida que el cachorro trata de atraparla y mordisquearla. Hasta los machos adultos toleran, hasta cierto grado, el que los jóvenes se les encaramen encima y les tiren de la melena. El grupo permanece en su territorio, pero no siempre está junto. Cuando se reúnen de nuevo, se saludan frotándose las mejillas unos a otros.
La manada es una unidad estable. La mayor parte de las hembras del grupo nacen y se crían en él, y, por lo tanto, están emparentadas. Después de unas pocas décadas habrá hermanas, madres, abuelas, hermanastras, primas, etc. No obstante, cuando los machos jóvenes tienen tres años de edad, los machos adultos los echan del grupo.
Pero esos machos jóvenes permanecen juntos. Pueden ser grupos de dos, tres o hasta cinco o seis que, después de dos años, ya adultos y fuertes, al tropezar con otra manada, echan fuera o matan a los machos de esta y se quedan con las hembras. Cuando esto sucede, los nuevos machos matan a los cachorros. Esto quiere decir que, a partir de ese momento, la prole que venga será de los nuevos machos. También quiere decir que las hembras pronto entrarán en celo. Cuantos más machos haya en una manada, menos probabilidades habrá de que otro grupo de machos pueda echarlos fuera y hacerse con ella.
Así pues, es una ventaja para un macho tener a otros con él en el grupo. Mientras que las hembras generalmente permanecen en la manada durante toda su vida —aproximadamente dieciocho años—, los machos, por lo general, son reemplazados a los dos o tres años por un grupo más joven y más fuerte. Los que han sido expulsados llevan una existencia azarosa, puesto que ya no están en la flor de la vida y, por lo tanto, a menudo son incapaces de conseguir suficiente caza. Por esta razón se dijo al final del párrafo tres que el león es rey “por algún tiempo”.
Son poco frecuentes las luchas por las hembras entre los machos de un mismo grupo. Las hembras de una manada a menudo entran en celo al mismo tiempo. El primer macho que se acerque a una hembra receptiva es el que la posee. Los otros permanecen alejados. Pero puesto que todas las hembras llegan a ser receptivas aproximadamente al mismo tiempo, por lo general hay suficientes hembras para aparearse.
Así se multiplica el número de cachorros, con lo que aumentan las luchas familiares, lo cual es muy agotador, como bien sabe cualquier padre. Aquí terminamos nuestra visita a la familia de los leones del Serengeti, y dejamos que papá y mamá se recuperen después de todo el barullo de acostar a los retoños. Por supuesto siempre hay uno que no puede dormir y tiene que tomar su merienda.
Con esta escena enternecedora les decimos adiós desde el Serengeti.
Si bien hoy, animales como el león atacan y se alimentan de otros animales, no debió ser así en el principio. (Génesis 1:30.) El profeta Isaías dijo que en el venidero nuevo mundo “el lobo y el cordero mismos pacerán como uno solo, y el león comerá paja justamente como el toro”. Sí, hasta “un simple muchachito será guía sobre ellos”. (Isaías 11:6-9; 65:25.)
[Notas a pie de página]
a 1 Km. = 0,6 millas
b 1 Kg. = 2,2 libras