De nuestros lectores

El mundo desde 1914

Gracias por la serie de artículos sobre “El mundo desde 1914” (del 8 de marzo al 22 de junio de 1987). En la escuela siempre se nos enseñaba la historia desde los tiempos de Guillermo el Conquistador, pero nunca los asuntos mundiales recientes. Jamás he entendido realmente las razones y los sucesos que provocaron la segunda guerra mundial, la cual ocurrió durante mi tierna infancia. El “temor” del que ustedes escribieron fue muy real, y hasta los niños pequeños lo sintieron.

C. L., Inglaterra

Su serie de artículos “El mundo desde 1914” fue francamente fantástica. Al hojear la revista en la que apareció la primera parte, ese fue el artículo que menos atrajo mi atención; pero cuando decidí leerlo, no pude dejarlo y seguí leyendo la segunda parte, que ya había recibido, lamentando no disponer todavía de los siguientes números. Nunca antes me habían interesado tanto los sucesos de años pasados. ¡Verdaderamente impresionante!

J. E. S. J., Brasil

Hitler y la iglesia católica

En nombre de los más de cincuenta millones de católicos de los Estados Unidos, la Sociedad Católica en Pro de los Derechos Religiosos y Civiles desearía expresar su sentimiento de asombro y decepción por la terrible calumnia contra la Iglesia que hicieron en su revista “¿Quiere Dios que la religión se mezcle en la política?” (¡Despertad!, 22 de abril de 1987). En la portada aparece una fotografía de un miembro de la jerarquía católica estrechando la mano a Hitler. Se insinúa claramente que el movimiento nazi y su intento de genocidio contra los judíos y otros recibió la plena cooperación y la bendición de la iglesia católica. Esta acusación falsa e irresponsable aparece declarada explícitamente en la página 6, donde se afirma que clérigos católicos prestaron ‘su apoyo o, al menos, toleraron’ al régimen nazi. Es cierto que el Vaticano intentó negociar la paz con Hitler en los comienzos de la Alemania nazi, cuando todavía era razonable esperar que sus abusos podrían ser mitigados. Al irse descubriendo la tiranía nazi, la resistencia de la iglesia católica aumentó. Los redactores de ¡Despertad! deben disculparse por sostener lo contrario, no solo ante los católicos, sino también ante todos sus lectores, a fin de dejar clara la verdad.

K. G. L., Director de Asuntos Públicos, Estados Unidos

Durante su reciente visita a Alemania, el papa Juan Pablo II trató de hacer hincapié en la oposición de la iglesia católica al nazismo. Según los informes, habló de muchos clérigos y legos católicos que se opusieron a los nazis. Pero, según “The New York Times” (4 de mayo de 1987), este “esfuerzo, no obstante, ha provocado las críticas de algunos católicos que acusan al Papa de distorsionar la realidad de que fueron pocos los líderes católicos que se opusieron a la tiranía nazi más allá de luchar por salvar las prerrogativas de la Iglesia”. El periódico “Times” dice que incluso el sacerdote jesuita Rupert Mayer, a quien el Papa beatificó por hablar claro contra los nazis, fue recluido en la abadía benedictina de Ettal por un acuerdo entre los líderes nazis y la jerarquía de la Iglesia, para quienes el habla franca del jesuita resultaba embarazosa. ¡Un solo sacerdote jesuita! ¿Por qué no honró el Papa a decenas de obispos, arzobispos y cardenales católicos, además de a miles de sacerdotes, por oponerse a los nazis? ¡Porque la inmensa mayoría no lo hizo! —La dirección.