Canarios como detectores de gas
MUCHOS mineros del carbón han perdido la vida por inhalar el venenoso monóxido de carbono al producirse incendios subterráneos después de ciertas explosiones. Se necesitaba disponer de un detector confiable de este gas letal. Debido a que los animales pequeños, como los pájaros y los ratones, son más sensibles al envenenamiento por monóxido de carbono que los humanos, cuando el ambiente se contamina de este gas, estos se desmayan antes que el hombre, advirtiendo así del peligro.
En 1911, se promulgó una ley en Gran Bretaña que obligaba a todas las minas de carbón a que tuviesen dos canarios o dos ratones para que los equipos de rescate pudiesen llevarlos consigo al interior de la mina si se producía un incendio. Pero los ratones a veces se dormían en el suelo de la jaula, y el minero no podía saber si simplemente estaban durmiendo o si habían sucumbido debido al gas letal. Por otro lado, como los canarios duermen en la percha, cuando el gas venenoso los afectaba, se caían, y eso alertaba al minero. Se podía tener a mano una pequeña botella de oxígeno para resucitar al pájaro.
En la fotografía de la izquierda pueden verse los pájaros que se usaron en Sengheydd, Gales, en el año 1913, después que una explosión y el consiguiente incendio hubiesen ocasionado la muerte de 440 hombres.
Actualmente, en muchas minas se están reemplazando los canarios por aparatos electrónicos y químicos, y a algunos mineros se les permite proporcionar un nuevo hogar a los pájaros desempleados. No obstante, en algunas minas de Gran Bretaña todavía se utilizan parejas de canarios u otros fringílidos como detectores de gas.