“¡Volveremos en 2004!”
HABÍA cuerpos aplastados por doquier. Las moribundas se arrastraban pesadamente por el suelo. Las que estaban sanas y robustas se encontraban, por millares, en los árboles. Pero estas también estaban en la última fase de su ciclo vital. Era la generación de 1987 de cigarras americanas.
La cigarra americana es un insecto volador que aparece en el este de Estados Unidos una vez cada diecisiete años. En diferentes años aparecen de repente diferentes crías, aunque siempre siguen un ciclo de diecisiete años. Estábamos observando lo que los científicos llaman la cría número diez. El ciclo vital de sus primas de otras regiones, desde el huevo hasta su estado adulto de apareamiento, es más corto. Según una fuente de información, hay más de mil quinientas especies de cigarras.
El Matusalén del mundo de los insectos
Aparecieron por última vez en 1970, cuando las fuerzas americanas estaban aún luchando en Vietnam, la guerra civil de Nigeria había acabado, Salvador Allende estaba a punto de convertirse en el presidente de Chile y el ex presidente francés Charles de Gaulle moría. Desde entonces, las cigarras no habían vuelto a aparecer.
Esta extraordinaria criatura, que mide entre dos y cinco centímetros de largo, tiene la cabeza y el cuerpo de color negro-pardusco y las alas diáfanas. Tiene dos ojos rojos que en realidad son ojos compuestos, y entre estos, tres ojos simples.
Cuando estuvimos en Baltimore, estado de Maryland, se veían por todas partes: en los matorrales, en los árboles, en las vallas y en las puertas. Fuera, en el jardín, teníamos que andar con cuidado. Rápidamente se posaban en mi camisa o en la blusa de mi esposa, ¡lo cual la consternaba mucho! Pero no se preocupe. Son inofensivas. No muerden ni pican.
Las que estábamos viendo ya habían completado su ciclo vital cuando aparecieron en el manzano de nuestro amigo. Empiezan su ciclo cuando la cigarra hembra pone los huevos y los deposita en las ranuras que practica en las ramas de los árboles y los arbustos. Estos huevos se rompen, y las pequeñas ninfas caen al suelo, donde se ponen a excavar una galería hasta llegar a una raíz, normalmente a unos sesenta centímetros de profundidad. Y ahí empiezan su espera de diecisiete años, no hibernando, sino alimentándose de la savia de la planta. Debajo de la tierra pasan por cinco diferentes mudas o cambios hasta alcanzar la madurez. Este es el ciclo de vida más largo del mundo de los insectos que el hombre conoce. ¡Son los Matusalenes del reino de los insectos!
“Una demostración sorprendente de complejidad biológica”
Entonces sucede lo que desconcierta a los científicos: ¿qué hace que todas estas salgan de debajo de la tierra exactamente al tiempo debido? Un biólogo dijo: “Es una demostración sorprendente de complejidad biológica”. No pude por menos que ver en ello la diversidad y complejidad de la obra del Creador. (Romanos 1:19, 20.)
Los científicos especulan que posiblemente sea debido a factores hormonales. De cualquier modo, en Maryland sucedió este año durante los meses de mayo y junio. Alrededor de la base del tronco del árbol que nuestro amigo tiene en el patio empezaron a aparecer cientos de aberturas, algunas con la forma de una chimenea. Y afuera salieron las cigarras en su penúltima fase: insectos sin alas, de color marrón pálido y de unos dos centímetros de largo. ¿Qué hacen ahora? Vimos como algunas treparon laboriosamente por el tronco del árbol hasta encontrar agarraderos para su metamorfosis final.
Allí esperan brevemente, y entonces ocurre el milagro. La cubierta que envuelve a la ninfa se abre por detrás y empieza a emerger el insecto adulto; primero salen la cabeza y los hombros de lo que parece una cigarra albina. Entonces, en unas cuantas horas se llena de color. Ya no es un insecto terrestre de color marrón pálido, ahora puede volar. El árbol estaba literalmente cubierto de miles de caparazones vacíos. Las cigarras estaban por todos lados en derredor nuestro, revoloteando de rama en rama y de hoja en hoja.
Campeonas del ruido
En el calor del día no solo las veíamos, ¡sino que las oíamos! Multitudes de machos hacían vibrar sus tambores abdominales entre 120 y 600 vibraciones por segundo. En la casa atrapamos una cigarra, la cual demostró su molestia mediante un extraño chirrido y chasquido. Sin embargo, el sonido de miles de ellas al unísono parecía el del viento que pasa a través de un túnel distante. De hecho, la cigarra está considerada la campeona del ruido en el mundo de los insectos.
Afortunadamente, la hembra es silenciosa, lo que condujo a un antiguo bromista griego a escribir: “Felices son las vidas de las cigarras, porque todas tienen esposas silenciosas”. De todos modos, tuvimos un consuelo: por la noche todos los machos se callaron y dejaron dormir a los vecinos.
Estábamos viendo el principio del fin de su ciclo. En el ambiente caluroso y húmedo de los últimos días de mayo y junio es cuando se aparean. Las hembras se preparaban para poner sus huevos. Pronto las cigarras adultas terminaron sus tres semanas de vida sobre el suelo y murieron. Algunas semanas más tarde, los huevos eclosionaron y salieron pequeñas ninfas que cayeron al suelo y empezaron a excavar hasta encontrar algunas raíces de las que chupar la savia. Pero dejaron tras ellas un mensaje implícito: “¡Volveremos en 2004!”.—Por un redactor de ¡Despertad!
[Fotografías en la página 25]
Las cigarras emergen de agujeros de un centímetro de diámetro
Cigarra emergiendo de su cascarón
Cigarra blanca que acaba de salir de su caparazón
Cigarra madura lista para procrear