El ojo... “la envidia de los ingenieros de la informática”
LA RETINA es una pequeña membrana que constituye la capa más interna de la pared ocular. Es tan delgada como el papel de seda, pero contiene más de cien millones de neuronas, organizadas en diferentes capas. “La retina —dice el libro The Living Body— es uno de los tejidos más sobresalientes del cuerpo humano.” Es “la envidia de los ingenieros de la informática, pues efectúa unos diez mil millones de cálculos por segundo”, comenta Sandra Sinclair en su libro How Animals See (Cómo ven los animales).
Así como una cámara enfoca la imagen en una película fotográfica, nuestro ojo enfoca en la retina la imagen de lo que vemos. Sin embargo, como afirma el doctor Miller, la película de una cámara “ni siquiera puede tratar de compararse con la versátil sensibilidad de la retina”. Con la misma “película” podemos ver a la luz de la Luna o a la del Sol, que es 30.000 veces más intensa. Además, la retina puede distinguir leves detalles de un objeto que tiene una parte iluminada y la otra no. “La cámara —explica el profesor Guyton en su Textbook of Medical Physiology— no puede hacer esto debido a la limitada latitud de la intensidad de la luz requerida para la correcta exposición de la película.” Por eso los fotógrafos necesitan utilizar la técnica del flash de relleno.
La “versátil sensibilidad de la retina” se debe, en parte, a 125 millones de bastoncillos. Estos son sensibles a la luz débil, y hacen posible la visión nocturna. También hay 5.500.000 conos, que responden a la luz más brillante, y hacen posible la visión detallada en colores. Algunos conos son más sensibles a la luz roja; otros, a la verde, y otros, a la azul. Su respuesta combinada nos permite ver todos los colores de un paisaje. Cuando los tres tipos de conos reciben un estímulo de igual intensidad, percibimos el color blanco.
La visión en colores de la mayoría de los animales es limitada, y muchos no ven ningún color. El cirujano Rendle Short dice: “La visión en colores añade mucho al disfrute de la vida”. Y agrega: “De todos los órganos del cuerpo que no son absolutamente necesarios para la vida, el ojo puede ser considerado el más maravilloso”.
“Un asombroso trabajo en equipo”
Como ocurre en una película fotográfica, en la retina las imágenes se proyectan invertidas. “¿Por qué no vemos el mundo boca abajo? —pregunta el doctor Short —. Porque —según él mismo responde— el cerebro ha desarrollado el hábito de invertir las impresiones ópticas.”
Se han diseñado gafas especiales para invertir la imagen. En experimentos científicos, las personas que llevaban esas gafas veían todo boca abajo. Pero, después de unos cuantos días, sucedió algo sorprendente: ¡empezaron a verlo todo normal! “El asombroso trabajo en equipo que desempeñan su ojo y su cerebro se manifiesta de varias maneras”, comenta The Body Book (El libro del cuerpo).
A medida que su ojo avanza por esta línea, los conos distinguen la tinta negra del papel blanco. Su retina, sin embargo, no puede interpretar los caracteres de un alfabeto ideado por el hombre. Aprendemos a dar significado a una sucesión de caracteres en otra parte del cerebro. Se necesita trasladar la información.
A través de un millón de fibras nerviosas la retina envía un mensaje codificado a los centros visuales situados en la parte posterior del cerebro. “Las transmisiones de la retina a la corteza cerebral —explica el libro The Brain— están muy organizadas y ordenadas. [...] Si se dirige un haz de luz a diferentes partes de la retina, se provocará la respuesta de las partes correspondientes de la zona visual [del cerebro].”
[Fotografía en la página 7]
A diferencia de una cámara, el ojo no depende de un flash, pues la retina tiene una amplia latitud de sensibilidad a la luz
[Ilustración en la página 8]
Su retina posee millones de neuronas llamadas conos, muy sensibles al verde, el rojo y el azul