Los jóvenes preguntan...
¿Por qué asistir a las reuniones cristianas?
“Mis padres me obligaban a ir a la iglesia —dice Christiaan, un joven de Surinam—. Siempre deseaba que diluviara el domingo por la mañana para poder quedarme en casa. Pero —continúa, con una sonrisa— parece que solo llovía de lunes a sábado.”
“En poco tiempo ya me había hastiado de las ceremonias de la iglesia. En cuanto vi la oportunidad de dejar de ir, la aproveché.”
NO SE puede decir que Christiaan sea una excepción. Los clérigos de todo el mundo se lamentan por la falta de interés que muestran los jóvenes por los oficios religiosos. Simote Vea, un clérigo de Tonga (un archipiélago de Oceanía), dice: “El número de jóvenes que asisten a las iglesias [...] está disminuyendo”.
Pero, ¿a qué se debe el fracaso de las principales Iglesias en atraer a los jóvenes? Lorine Tevi, miembro del personal del Concilio Mundial de Iglesias, admite: “Lo que se necesita de manera imperiosa es educación [...]. Las Iglesias tienen que aprender que la educación teológica debe resultar atrayente a todos”.
“Eso es cierto —reconoce Christiaan—. Muchos jóvenes desean una educación bien definida basada en la Biblia. Pero en vez de satisfacer esa necesidad, la Iglesia se ha quedado estancada en ceremonias arcaicas.” Annie, de trece años de edad, añade: “En la iglesia se canta mucho, pero se aprende poco”. Bárbara, de dieciocho años, también se lamenta porque no recibe de su Iglesia una formación espiritual. “Un día —recuerda—, el pastor me dio unos dibujos de Jesús para que los coloreara. ¡En eso consistió el culto!”
No es de extrañar, entonces, que muchos jóvenes se sientan desilusionados con las ceremonias de su iglesia. Pero, ¿significa eso que todas las reuniones religiosas son una pérdida de tiempo? Al contrario, los jóvenes que hemos citado volvieron a asistir a reuniones religiosas. ¿Y por qué? Porque descubrieron lo que la revista U.S. Catholic comentó hace algunos años: “Cualquier Salón del Reino proporciona más [...] instrucción en un mes que la mayoría de las parroquias católicas en un año”.
Los Salones del Reino... agradablemente diferentes
¿Salones del Reino? Sí, así se llaman los lugares de reunión de los testigos de Jehová, los distribuidores de esta revista. Una encuesta llevada a cabo en Surinam mostró que una de cada tres personas que asistían a las reuniones en ese país se encontraba entre las edades de doce y veinte años. Lo mismo sucede en otros muchos países: grandes cantidades de jóvenes asisten a las reuniones en los Salones del Reino.
Christiaan explica por qué le atrajeron las reuniones: “Me impresionó ver la frecuencia con que se utilizaba la Biblia. Cada cosa que se decía estaba bien apoyada en ella. ¡Las reuniones eran como ir a la escuela!”. De hecho, el Salón del Reino ofrece un curso de cinco reuniones semanales para preparar a los cristianos en la lectura, enseñanza y aplicación de la Biblia. Hallarás que estas reuniones son agradablemente diferentes de las de la iglesia.
Aun así, a muchos jóvenes la idea de cualquier clase de escuela puede parecerles aburrida. Incluso algunos que han sido criados por padres cristianos podrían perder su aprecio por las reuniones. Tal vez se quejen de que son “aburridas”, “demasiado largas” o que sería más interesante hacer alguna otra cosa, como ver la televisión. ¿Por qué, entonces, debería un joven apartar tiempo del entretenimiento y de las tareas escolares para asistir a las reuniones cristianas?
Las reuniones: un medio para mantenerse “saludables en fe”
El apóstol Pablo dijo una vez que “sin fe es imposible serle de buen agrado” a Dios. (Hebreos 11:6.) Por eso instó a los cristianos a mantenerse “saludables en fe”. (Tito 2:2.) ¿Es este consejo apropiado para los jóvenes de hoy? ¡Por supuesto que sí! Una adolescente de quince años de edad lo expresa de esta manera: “A veces pienso que los jóvenes lo tenemos más difícil que nadie. Estamos rodeados de personas que cometen fornicación, se drogan y beben en demasía”. ¿Puedes luchar contra estas potentes influencias ‘si te aíslas’ de tus compañeros cristianos? (Proverbios 18:1.) Difícilmente.
Por lo tanto, las reuniones cristianas cumplen con una necesidad básica: te ayudan a permanecer ‘saludable en fe’. Tertuliano, un creyente del segundo siglo, dijo: “Nos reunimos para leer nuestras sagradas escrituras [...], con las sagradas palabras alimentamos nuestra fe”. Hoy, de igual manera, las reuniones en los Salones del Reino pueden fortalecerte y ‘alimentar tu fe’. No es de extrañar, por lo tanto, que se mande a los cristianos: “Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos [...]. No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos”. (Hebreos 10:23-25, Versión Popular.)
Las reuniones: amenas y atrayentes
Sin embargo, en esta era de alta tecnología, muchos jóvenes exigen no solo que se les enseñe, sino que se haga de manera divertida. Y hay que admitir que las reuniones en los Salones del Reino no son espectáculos teatrales. Pero esto no significa que el programa sea aburrido o carezca de interés. Piensa en esto: ¿qué hace que disfrutes de una comida? ¿No es el alimento variado y nutritivo, la compañía agradable y el ambiente tranquilo? Pues bien: en las reuniones cristianas concurren estas mismas condiciones que las hacen tan agradables.
Nutritivas y variadas: Las cinco reuniones proporcionan una equilibrada dieta espiritual: desde consejo práctico sobre la vida de familia hasta el estudio de profecías. ¿Variedad? A menudo se alternan los discursos y las consideraciones en grupo con entrevistas y demostraciones animadas. Janet, de quince años de edad, recuerda su primera reunión: “En medio de la reunión le dije a mi madre: ‘Vámonos a casa’. Estaba cansada de estar sentada. Pero entonces, tanto jóvenes como mayores empezaron a hablar por turnos desde la plataforma. Me gustó, y me quedé hasta el final”.
Compañía agradable: Después de asistir a su primera reunión, una joven nicaragüense llamada Carolina dijo: “Me impresionaron los jóvenes. Eran amigables y respetuosos”. Sí, en el Salón del Reino puedes encontrar compañerismo ‘bueno y agradable’. (Salmo 133:1.) Anita, de dieciséis años, también dice: “Encontré verdaderos amigos en el Salón del Reino”.
Ambiente distendido: “A veces un problema me preocupa durante todo el día —dice Simeón, de catorce años de edad—. Pero me olvido de él en el Salón del Reino. Allí siento paz interior.” Las reuniones cristianas reflejan el espíritu de gozo y paz que proviene de Dios. (Filipenses 4:4-7.) Y a diferencia del diseño recargado y tétrico que hace que el ambiente de muchas iglesias sea tan artificial, los Salones del Reino están construidos con un estilo sencillo que inspira un ambiente distendido. Bárbara dice: “En el Salón del Reino me siento como en casa”.
Un lugar de aprendizaje
Sin embargo, de mayor importancia que el ambiente es lo que se aprende al asistir a las reuniones en el Salón del Reino. Para ilustrarlo, consideremos solo una de las cinco reuniones: la Escuela del Ministerio Teocrático. Se instituyó en 1943 a fin de entrenar a los ministros cristianos en el arte de hablar en público. Es una escuela internacional, establecida en todas las congregaciones del mundo de los testigos de Jehová, y en ella se ofrece igualdad de oportunidades en el aprendizaje. Los estudiantes reciben el mismo entrenamiento sea que se trate de chicos o chicas, blancos o negros, ricos o pobres... ¡todo ello, gratis!
El principal libro de texto es la Biblia. Instructores capacitados enseñan a los estudiantes a reunir y desarrollar información bíblica para posteriormente presentarla a manera de conversación. El libro titulado Guía para la Escuela del Ministerio Teocráticoa también se utiliza en esta reunión. Sus treinta y ocho estudios abarcan temas como “Preparando un bosquejo”, “Énfasis que comunica sentido y modulación”, los cuales ayudan a mejorar la dicción, la pronunciación y la redacción. Cuando una joven llamada Terri regaló este libro a su instructor en la clase de Oratoria, él dijo a los otros estudiantes: “Después de cinco semanas de clase, me ha dado un libro sobre cómo conducir una clase de Oratoria correctamente”.
Imagínate: poder estar de pie delante de un grupo de personas y enseñarles acerca de la Biblia con confianza y destreza. Este es solo uno de los beneficios que puedes obtener de asistir a las reuniones en el Salón del Reino. Añade a eso la excelente asociación de la que se disfruta allí y podrás entender fácilmente por qué la asistencia regular a las reuniones es tan importante para alimentar tu fe en Dios y en su Hijo. “El que ejerce fe [...] —nos recuerda Jesús— tiene vida eterna.” (Juan 3:36.)
Así que esperamos que esta breve consideración haya estimulado tu apetito para comenzar a asistir a las reuniones, si aún no lo haces. Pero, ¿y si ya estás asistiendo? Entonces la pregunta es: ¿estás aprovechándote de ellas tanto como debieras? En un próximo artículo se considerará este tema.
[Nota a pie de página]
a Publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract of New York, Inc.
[Fotografía en la página 21]
Las reuniones en el Salón del Reino ofrecen amplia oportunidad para que los jóvenes participen activamente