¿Es su país un objetivo codiciado?
ESTADOS Unidos tiene excedentes de tabaco porque lo compra más barato en Brasil y Zimbabue. Así que, ¿a quién se lo van a vender los magnates del tabaco? A los países africanos y asiáticos. Por eso, la revista Asiaweek dice: “En la actualidad los países asiáticos consumen aproximadamente el 50% de las exportaciones americanas de tabaco, con lo que reemplazan a Gran Bretaña y la República Federal de Alemania como principales mercados”.
¡Y qué magníficas perspectivas tienen delante los vendedores de tabaco! Un mercado que dentro de veinte años tal vez cuente con una población de casi dos mil millones de personas. Es sorprendente el número de habitantes que hay en la actualidad en tan solo China e India: un total combinado de unos 1.800 millones de personas. Además la revista World Health comentó que “mientras que en Occidente los mercados del tabaco están decreciendo a razón de un 1% al año, el consumo de tabaco en los países en desarrollo aumenta a razón de un 2% anual”. Hay que recordar además que la población del mercado occidental es mucho menor que la atrayente población que el mercado de Oriente va en camino de tener. La industria tabacalera estadounidense espera que para el año 2000 las ventas en Asia aumenten en un 18%. Sin embargo, existe por lo menos una barrera: la arancelaria.
Normas dobles para diseminar enfermedad y muerte
¿Cómo pueden conseguir las compañías tabacaleras americanas que otros países acepten sus excedentes de cigarrillos? Aunque resulte paradójico, cuentan con un aliado que por un lado advierte a su opinión pública de los peligros que encierra fumar y por otro promueve activamente la venta de este mortífero producto en otros países. ¿De quién se trata? Del gobierno de Estados Unidos.
Asiaweek explica que “la irresistible fuerza con que se abre camino la exportación de tabaco goza del fuerte respaldo del gobierno estadounidense. [...] El Departamento del Representante Comercial de Estados Unidos [...] no ha escatimado esfuerzos para derribar las barreras comerciales y ganar el acceso a los medios informativos asiáticos para las compañías americanas, aunque en las ondas aéreas de Estados Unidos hace mucho tiempo que están prohibidos los anuncios de cigarrillos”. La revista World Health informa: “Las compañías tabacaleras estadounidenses ejercen una considerable influencia política. Se han empleado sanciones comerciales, o la amenaza de tales sanciones, contra Hong Kong, Taiwan, Japón y Corea a menos que abran sus mercados a la venta y publicidad del tabaco americano”.
Aún peor, las compañías tabacaleras no solo venden sus productos en Asia, sino que además promueven sus ventas con tenaces campañas publicitarias. Esa presión impulsa a algunos países, como Taiwan y Corea del Sur, a incluso levantar la proscripción que habían impuesto a la publicidad del tabaco. En la actualidad China también es uno de los futuros clientes más codiciados de los fabricantes de cigarrillos de Estados Unidos. Así que no es de extrañar que un ejecutivo de una compañía tabacalera dijese: “¿Saben lo que queremos? Queremos Asia”. Pero, ¿cómo ven algunos estas tenaces tácticas americanas?
Según un corresponsal del New York Times, un hombre de negocios coreano censuró “la deshonestidad americana por promocionar sus cigarrillos entre el pueblo coreano”. Y lo que dice está bien fundado, pues Estados Unidos por un lado lucha contra las importaciones de cocaína y heroína, esenciales para otras economías, y por otro quiere exportar su propia planta venenosa a otras naciones. Además, ya que afirma tener elevadas normas éticas, ¿es consecuente que imponga a otras naciones, muchas de ellas en graves aprietos económicos, sus excedentes de peligrosos productos del tabaco?
Algunas naciones se resisten
Algunas naciones africanas, como Gambia, Mozambique y Senegal, han prohibido la publicidad de cigarrillos. El año pasado, el ministro de Sanidad de Nigeria dijo que su gobierno iba a “prohibir toda la publicidad del tabaco en la prensa, la radio, la televisión y las vallas publicitarias. Vamos a prohibir que se fume en todos los lugares y transportes públicos”. Un funcionario nigeriano informó a ¡Despertad! (en enero de 1989) que esta cuestión todavía está debatiéndose.
China tiene 240 millones de fumadores, y las autoridades médicas calculan que para el año 2025 perderán anualmente dos millones de personas como resultado de enfermedades relacionadas con el tabaco. Este país tiene un enorme problema, como lo admite la revista China Reconstructs: “A pesar de que el gobierno chino ha prohibido la publicidad de cigarrillos, de los frecuentes informes que aparecen en los periódicos y las revistas sobre los efectos perjudiciales del tabaco y del precio cada vez más elevado de los cigarrillos, en China sigue aumentando la cantidad de fumadores”. ¿Cuál es una de las consecuencias? “El cáncer y las dolencias cardiovasculares y respiratorias son hoy día las principales enfermedades mortales de China.”
En algunas partes de ese país se considera una señal de hospitalidad ofrecer cigarrillos a los invitados. Pero, ¡qué precio están pagando por ello los chinos! La revista China Reconstructs comenta: “Las autoridades médicas han advertido que la incidencia del cáncer de pulmón está aumentando por todas partes”. Un perito chino dijo al respecto: “Ya estamos pagando un precio demasiado alto”.
Sin embargo, el poder que ejercen los que fomentan el consumo de tabaco encierra otro peligro: su sutil influencia en los medios informativos.
[Fotografía en la página 10]
Anuncio contra el tabaco en Hong Kong