Lo que había leído la protegió de una violación
¿QUÉ debería hacer usted si se encontrase frente a un violador? Se dan muchos consejos diferentes. Hay quienes afirman que oponer resistencia solo incita al atacante, pero la Biblia dice que la mujer debe resistirse. (Deuteronomio 22:23-27.) ¿Cuál es el mejor consejo?
Un nuevo estudio publicado en el número de enero de la revista The American Journal of Public Health propone que se oponga resistencia. El artículo dice: “La investigación empírica converge en una conclusión importante: la resistencia reduce la probabilidad de que se consume el ataque”. Esto lo ilustra lo que le sucedió el pasado mes de septiembre a una japonesa. Acababa de regresar a su casa, donde vive sola, entrada la noche. Ella explica:
“Entró en mi casa un violador y cerró la puerta con llave. Como me tomó por sorpresa y estaba aterrorizada, me quedé inmóvil. Trató de arrastrarme al dormitorio, pero me agarré de una columna y me resistí.
”Fue entonces cuando recordé el texto de Deuteronomio capítulo 22. Allí dice que el que una mujer no grite cuando es atacada indica que se somete al hombre y, por lo tanto, comete un pecado contra Jehová. Además, recordé lo que había leído en un artículo de ¡Despertad! titulado “El ultraje sexual. Cómo protegerse” (8 de octubre de 1980, edición japonesa; 22 de noviembre de 1980, edición española).
”Así que pensé: ‘Tengo que gritar y resistirme con todas mis fuerzas’. Grité una y otra vez sin parar: ‘¡Jehová, ayúdame!’. Cuando el violador me tiraba de las manos hacia la derecha, yo tiraba hacia la izquierda; cuando tiraba de mí hacia adelante, yo me echaba hacia atrás, y cuando me tapaba la boca para tratar de que dejase de gritar, le mordía. No dejé de oponerle resistencia.
”Poco a poco se me iban las fuerzas. Me resultaba difícil respirar y me parecía que el corazón se me iba a parar, pero seguí haciendo todo lo posible por resistir y continué pidiendo a Jehová en voz alta que me ayudase. Finalmente el violador desistió, se apresuró hacia la puerta y se fue.
”Pienso que evité que me violara gracias a la ayuda de Jehová y a que apliqué lo que había leído en la revista ¡Despertad! Si no hubiese leído aquel artículo, creo que el miedo me habría impedido gritar y es muy probable que hubiera hecho lo que él decía. Muchísimas gracias.”