De nuestros lectores
Perder peso Cuando vi los artículos sobre perder peso en el número del 22 de mayo de 1989, pospuse su lectura varias semanas. Lo hice porque la mayor parte de mi vida he sufrido de exceso de peso. Pues bien, acabo de leerlos, y estoy muy animada, hasta ansiosa de poner en práctica las sugerencias tan buenas y amorosas que se dan. Agradezco mucho su empatía, comprensión e interés amoroso.
L. B., Estados Unidos
Muchas gracias por los artículos sobre el exceso de peso (22 de mayo de 1989). No soy una glotona, mi exceso de peso se debe a que tengo varios problemas metabólicos. La mayor parte del tiempo me siento como un monstruo. Lo que menos falta me hace es que los delgados me traten con prejuicio, dando a entender que todo lo que hago es comer, comer y comer. Gracias por indicar que no todas las personas gordas son unas glotonas. Sé que Jehová me ama, me comprende y me acepta a pesar de mi apariencia. Solo me gustaría que los demás fuesen más amorosos y comprensivos.
P. R., Estados Unidos
Desde que leí su artículo, he empezado un programa de ejercicios y me he estado esforzando por no comer tanto poco antes de acostarme por la noche. Ya he perdido tres kilos o tres kilos y medio, y me siento estupenda. ¡Un millón de gracias!
G. V., República Federal de Alemania
No todos experimentan resultados inmediatos. Para algunas personas el perder peso es una dura batalla que requiere mucho esfuerzo, determinación y apoyo, no crítica.—La dirección.
Peor que el SIDA El artículo “Algo peor que el SIDA” (22 de abril de 1989) me conmovió profundamente. Me recordó mi situación. Yo también he hecho algunas cosas muy detestables a la vista de Jehová Dios. Cuando lo leí, mis ojos se llenaron de lágrimas. Empecé a darme cuenta de que vivir sin Jehová es como vivir en un planeta sin agua. Ahora me esforzaré más por hacer lo que está bien a Sus ojos.
I. A., Estados Unidos
Escoger una carrera Muchas gracias por el artículo “¿Qué carrera debería escoger?” (8 de mayo de 1989). Quería ir a la universidad, pero debido a diversos problemas, tuve que abandonar mi sueño. Entre tanto empecé a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Su artículo me ha ayudado mucho, de veras. Ya no me arrepiento de mi decisión. Tengo un empleo de media jornada y sirvo de evangelizadora de tiempo completo. No creo que ninguna carrera pudiese producirme tanta satisfacción.
A. P., Italia
Milagros y apariciones Leo asiduamente la revista ¡Despertad!, pero opino que pasaron por alto varios puntos respecto a Lourdes (8 de marzo de 1989). He visitado Lourdes durante dieciocho años y, aunque no he visto ningún milagro ni aparición, hay otros beneficios. Para muchos significa un despertamiento, y para muchos otros más ha supuesto una fuente de dirección en la vida. No se va a Lourdes para buscar un milagro, se va para ver el cumplimiento del mandato de Jesús de que nos ‘amemos los unos a los otros’. Un lugar que consigue que tantas personas comprendan esto no puede ser malo.
R. K. Gran Bretaña
Los santuarios que hay en lugares como Lourdes y Fátima son muy apreciados por muchos católicos sinceros, y podemos comprender sus sentimientos. No obstante, nuestro artículo mostró que la veneración que se rinde en tales lugares está arraigada en la falsedad y es contraria a las Escrituras. Y aunque los santuarios tengan un gran atractivo emocional, debemos recordar que Jesucristo dijo que los “verdaderos adoradores” no veneran ningún lugar en particular, sino que adoran “al Padre con espíritu y con verdad”. (Juan 4:21-23.)—La dirección.