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  • El caballo pálido continúa galopando
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¡Despertad! 1989
g89 8/12 pág. 31

El caballo pálido continúa galopando

DIOS inspiró a su profeta Juan para que profetizase acerca del tiempo en que se extenderían las epidemias por la Tierra como si fuesen un caballo montado por la Muerte que marchase a la carga. (Revelación 6:8.) El espantoso avance del SIDA es una lamentable prueba más de que vivimos en ese tiempo. De hecho, las autoridades sanitarias de la ciudad de Nueva York describen el crecimiento en perspectiva del SIDA como “la epidemia que ha de venir”.

En setenta de las setenta y tres provincias que hay en Tailandia se ha detectado el virus del SIDA. Mientras que en 1987 solo un 1% de los toxicómanos de Bangkok tenían el SIDA, a mediados de 1989 más del 40% lo habían contraído. En Brasil se prevé que en tres años se diagnostiquen 75.000 casos de SIDA y que 1.500.000 más quede infectado. De los mil doscientos bancos de sangre que hay en Brasil, en 1988 solo un 20% había analizado la sangre, y el 14% de los enfermos de SIDA lo habían contraído debido a sangre infectada. En Río de Janeiro y São Paulo, alrededor del 75% de los hemofílicos están infectados. En Côte d’Ivoire (Costa de Marfil), hasta el 10% de las mujeres embarazadas y el 10% de los donantes de sangre tienen el SIDA.

En una reunión sobre el SIDA en la que estaban representadas 87 naciones, un funcionario médico estadounidense comentó lo siguiente: “Se ha perdido el control de la epidemia de VIH [el virus del SIDA] tanto en E.U.A. como en el resto del mundo”. El Centro para el Control de la Enfermedad de Estados Unidos estima que en 1998 un millón de americanos tendrá la enfermedad plenamente desarrollada y muchos más tendrán el virus. Los cálculos sobre cuántos portadores del virus hay en la actualidad experimentaron un alza cuando se revisaron hace poco. En la actualidad, en la ciudad de Nueva York el SIDA es, después de las enfermedades cardiacas y el cáncer, la tercera causa de muerte más extendida.

Se ha demandado a los bancos de sangre por suministrar sangre infectada con el virus del SIDA. Se ha dictaminado que algunos de ellos paguen daños y perjuicios y quizás se tenga que juzgar a muchos más. El abogado principal de la Asociación Americana de Bancos de Sangre dijo: “¿Qué ocurrirá en el futuro? No lo sé. Lo peor que podría pasar es que los bancos de sangre desaparecieran”.

Y es cierto que los bancos de sangre desaparecerán pronto, pues nos acercamos al tiempo en que veremos un mundo sin SIDA, un mundo sin hospitales, enfermedad ni muerte. Juan, que describió el cabalgar del caballo pálido, también registró la promesa que Dios hizo de “una nueva tierra”, una sociedad humana libre del azote de las enfermedades. (Revelación 21:1-4.) Es urgente que analicemos esta promesa ahora, porque, mientras tanto, el caballo pálido sigue cabalgando.

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