Los jóvenes preguntan...
¿Por qué le ocurre esto a mi cuerpo?
LA ADOLESCENCIA es una etapa de tu vida que puede resultarte emocionante; abarca esos años en los que vas pasando de niño a adulto.
No obstante, quizás tus padres no te hayan explicado de antemano lo que puedes esperar, y aunque lo hayan hecho, tal vez no contabas con todo lo que en realidad sucede durante la pubertad. Es posible que lo que te esté ocurriendo te haga preguntarte si tienes algo grave, pero lo más probable es que indique precisamente todo lo contrario.
El ciclo menstrual: ¿una maldición o una bendición?
Aproximadamente después del segundo año de la pubertad, las muchachas experimentan una fase significativa de su desarrollo: el comienzo del ciclo menstrual. No obstante, este importante suceso puede ser aterrador y alarmante si no han recibido la preparación adecuada.a “Estoy muy asustada —escribió una muchacha llamada Paula—. Hace unos tres meses empecé a sangrar durante unos días cada mes. ¿Significa eso que tengo cáncer? [...] Me preocupo tanto al pensarlo, que lloro y tengo temblores.”
El libro Adolescents and Youth (Adolescentes y jóvenes) comenta que algunas muchachas, cuando les empieza el ciclo, incluso se sienten avergonzadas y culpables, por lo que no es de extrañar que muchas lo mantengan en secreto. Una jovencita dijo: “Me daba vergüenza decírselo a mi madre. Ella nunca me había hablado de ello y yo estaba asustadísima”.
Sin embargo, lejos de ser algo de lo que avergonzarse, el ciclo menstrual es un indicio de que tus facultades reproductivas están madurando. Ahora tu cuerpo es capaz de concebir y dar a luz un hijo. Bueno, todavía pasarán años antes de que estés realmente preparada para ser madre, pero, por el momento, te estás haciendo mujer. ¿Es eso algo de lo que avergonzarse? ¡En absoluto!
Además, todas las mujeres tienen su ciclo menstrual. En la Biblia se hace referencia a la menstruación como “lo que es común entre las mujeres”. (Génesis 31:35.) Contrario a la opinión de algunos, no es una maldición.b No obstante, es posible que comprender mejor por qué y cómo se produce este ciclo alivie algunos de tus temores.
El “milagro mensual”
La palabra “menstruación” se deriva de una palabra latina que significa “mensual”, ya que es precisamente una vez al mes cuando tu cuerpo se encuentra en situación de poder concebir un hijo. Primero te aumentan los niveles hormonales, lo cual sirve de aviso al útero o matriz. Entonces, en preparación para acoger y nutrir al óvulo fertilizado, el revestimiento interno del útero se va haciendo más rico en sangre y nutrientes. Cerca del útero están los ovarios, dos órganos en forma de almendra que contienen miles de diminutos óvulos, cada uno de los cuales, en caso de ser fertilizado por un espermatozoide, puede llegar a convertirse en una criatura. Una vez al mes, uno de los óvulos de un ovario madura y se desprende.
A continuación, unos delicados “dedos” (llamados “fimbrias”) lo recogen y lo introducen en una de las trompas de Falopio, donde comienza a desplazarse hacia el útero, al que llegará entre cuatro y seis días después. Si durante esos días la mujer no se queda embarazada, el óvulo se desintegra y el revestimiento interno del útero, lleno de vasos sanguíneos, también degenera y se desprende. Es entonces cuando el útero empieza a contraerse y lo va expulsando poco a poco a través de la vagina.
La menstruación dura entre dos y siete días (dependiendo de la mujer), y se repite todos los meses hasta la menopausia.c ¡Qué buena descripción la del escritor que llamó a este proceso un “milagro mensual”! El ciclo menstrual lleva la inconfundible firma de un Gran Diseñador. Esa es una razón más para que, como hizo el salmista, exclamemos: ¡“Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho”! (Salmos 139:14.)
Dónde encontrar ayuda
Con todo, el ciclo menstrual sí te crea una serie de preocupaciones que tienen que ver con aspectos prácticos. Por ejemplo, muchas jovencitas preguntan preocupadas: “¿Y si me empieza mientras estoy en la escuela?”. Es cierto que podrías mancharte la ropa y te sentirías abochornada. No obstante, la sexóloga Lynda Madaras nos asegura que “al principio la mayoría de las muchachas no tienen una menstruación tan abundante que les traspase la ropa”. De todas formas, no estaría de más que fueras preparada.
Aunque hay bastantes libros que ofrecen buenos consejos médicos, ¿por qué no le cuentas a tu madre lo que te preocupa? Seguro que ella te dará varias sugerencias prácticas. “Mi madre era como una amiga para mí —dice una joven—. Teníamos largas conversaciones y siempre respondía a mis preguntas.”
Es cierto que a algunas madres les resulta muy difícil hablar de temas íntimos. No obstante, si la abordas de manera respetuosa y le haces saber que es algo muy importante para ti, quizás pueda vencer su renuencia a hablar del tema, y si esto falla, ¿por qué no recurres a una cristiana madura con la que tengas confianza?
Aunque la mayoría de las mujeres pueden continuar con su rutina diaria durante su período, el libro Changing Bodies, Changing Lives (El cuerpo cambia, la vida también) nos recuerda que algunas padecen “dolores de cabeza, dolores lumbares, problemas cutáneos, cambios de temperamento, depresión, agudos dolores abdominales, náuseas y retención de líquidos”. Estos síntomas suelen aliviarse con analgésicos suaves. (Tu médico puede determinar si necesitas analgésicos más fuertes.) Si puedes, algo que también te ayudará a evitar tensión indebida durante esas fechas es planear tus actividades teniendo presente tu ciclo.
Emisiones nocturnas
Los jovencitos también tienen que enfrentarse a varios problemas a medida que su sistema reproductivo madura. Por ejemplo, tus órganos sexuales empiezan a producir un fluido llamado semen, que contiene millones de microscópicos espermatozoides, cada uno de los cuales, si se excreta durante el acto sexual, es capaz de fertilizar un óvulo femenino y engendrar una criatura.
Pero en tu caso, al no estar casado, el semen se va acumulando y poco a poco el organismo absorbe parte de él. No obstante, de vez en cuando tu cuerpo excreta algo de semen mientras duermes, acción fisiológica llamada por lo general sueño húmedo, aunque una mejor denominación es emisión nocturna, pues la emisión suele producirse de manera involuntaria y no necesariamente va acompañada de un sueño erótico.
La primera vez que un muchacho tiene una emisión nocturna puede sentirse muy perturbado. Un adolescente mencionó: “Tuve mi primer sueño húmedo cuando tenía unos doce años y medio. No sabía lo que estaba pasando. [...] Me desperté y la cama estaba húmeda. Creí que me había orinado o algo así”. No obstante, puedes estar seguro de que esas emisiones son normales. Hasta la Biblia hace mención de ellas. (Levítico 15:16, 17.) Son indicación de que tu sistema reproductivo está funcionando y de que te estás haciendo hombre.
Es comprensible que te horrorice el hecho de que tu madre descubra las sábanas mojadas, pero es muy improbable que eso le extrañe o le sorprenda. De todas formas, algo que te ayudaría y te aliviaría de cualquier sensación de ansiedad que te perturbe es hablar del asunto con tu padre o con otro adulto maduro. Incluso es posible que encuentres alguna manera de que este asunto no trascienda.
Cómo hacer frente a la excitación sexual
La maduración del sistema reproductor hace que tanto los chicos como las chicas sean muy sensibles a la excitación sexual. Cuando a un muchacho le sucede esto, el órgano sexual masculino, o pene, se rellena de sangre y se pone erecto o rígido. “Pero —recuerda la publicación The New Teenage Body Book (El nuevo libro del cuerpo del adolescente)— muchas veces la erección se produce por razones no sexuales, y a veces parece que sin ninguna razón en sí. Pueden provocarla las vibraciones de un autobús, la ropa ajustada, la exposición al frío, el temor y otros estímulos.” Lo mismo puede suceder en el caso de las muchachas.
Aunque es posible que la excitación sexual involuntaria produzca una sensación de desconcierto y bochorno, forma parte del desarrollo y puede suceder con frecuencia. Algunos jóvenes manipulan o juegan con sus órganos con el fin de hallar alivio sexual. Eso no está bien y a la larga quizás cree otros problemas.d Es mejor tratar de relajarse y dejar de pensar en el asunto. La excitación pronto pasará. A medida que te vayas haciendo mayor y tus niveles hormonales se estabilicen, notarás que esas espontáneas excitaciones se producirán con menos frecuencia.
La pubertad no dura siempre. Tal vez algún día hasta llegues a reírte de algunas de las cosas que ahora te angustian. Y mientras tanto, tranquilízate sabiendo que lo que te ocurre es normal.
[Notas a pie de página]
a Según cierto estudio, el 20% de las madres entrevistadas no habían dicho nada a sus hijas respecto a la menstruación, y un 10% solo les habían dado un mínimo de información.
b Es cierto que la ley mosaica declaraba a la mujer “inmunda” durante la menstruación (Levítico 15:19-33), pero solo en sentido ceremonial. Al parecer, estas leyes sirvieron para inculcar respeto por la santidad de la sangre (Levítico 17:10-12) y, al mismo tiempo, para recordar a la nación judía que la humanidad ha nacido en una condición pecaminosa y necesita un redentor.
c Quizás pasen meses y hasta años antes de que el ciclo se regularice.
d Véanse los artículos sobre la masturbación en los números del 8 de septiembre de 1987, 8 de noviembre de 1987 y 8 de marzo de 1988 de esta misma revista.
[Fotografía en la página 15]
Tus padres te pueden ayudar a ajustarte a los cambios propios de la pubertad