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  • Cuando el fuego amenaza a una multitud

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  • Cuando el fuego amenaza a una multitud
  • ¡Despertad! 1990
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¡Despertad! 1990
g90 22/5 págs. 19-20

Cuando el fuego amenaza a una multitud

A LOS que organizan funciones públicas no les gusta la palabra fuego. Los incendios provocan todos los años miles de muertes y heridas de seria consideración, y cuando se reúnen grandes multitudes en un espacio cerrado, el peligro es aún mayor. ¿Qué pueden hacer los encargados de organizar conciertos, obras de teatro, conferencias y otras reuniones grandes con el fin de reducir el peligro de incendio? ¿Qué pueden hacer las personas que se encuentran entre esas multitudes para evitar peligros? Y si se origina un incendio, ¿qué puede hacerse para aumentar las posibilidades de sobrevivir?

A fin de conseguir cierta información sobre estos asuntos, ¡Despertad! entrevistó a un oficial del cuerpo de bomberos de Irlanda. Él adiestra a otros bomberos y tiene gran experiencia en este campo.

Cuando se espera una gran asistencia a una función, ¿qué medidas de seguridad pueden adoptar los encargados?

Lo primero es asegurarse de que el edificio que se va a utilizar es seguro. Debe haber suficientes salidas para que todos los asistentes puedan escapar con rapidez si surgiera la necesidad. Además, cada salida tiene que estar señalizada con claridad y encontrarse libre de cualquier obstáculo. Todos los pasillos y escaleras también deben mantenerse libres de obstáculos en todo momento. Asimismo, las salidas de emergencia han de abrir hacia afuera y con facilidad.

En los edificios que no tienen asientos fijos, la disposición de los mismos puede presentar cierta dificultad. Es muy importante colocar las sillas según lo estipule la reglamentación local de protección contra incendios. Hay que asegurarse de que todos los acomodadores sepan lo que se debe hacer en caso de emergencia. Los encargados de seguridad deberían saber dónde están todos los extintores y cómo utilizarlos. Una vez originado el incendio ya es demasiado tarde para ponerse a leer las instrucciones. También debe recordarse que una vez iniciado el plan de evacuación, lo primero que hay que hacer es llamar a los bomberos.

¿Hay algo que puedan hacer los que asisten a tales funciones para correr menos peligro?

Por supuesto que sí. Cuando las personas se encuentran en alrededores que no les son familiares, es más fácil que les entre pánico. Por lo tanto, familiarícese con el trazado general del edificio donde haya de celebrarse la reunión, y tome nota de la ubicación de las salidas y puertas de emergencia. No se deje vencer por el pánico, mantenga la disciplina, escuche cuidadosamente todas las instrucciones que se den y obedézcalas. Al evacuar el edificio, camine deprisa, pero no corra ni empuje.

Por mucho que se recalque la necesidad de salir deprisa, nunca es demasiado. La mayoría de las personas no se dan cuenta de lo deprisa que se propaga un incendio. Ayude a los mayores y a los más débiles si ve que tienen problemas. Una vez fuera del edificio, aléjese de las salidas para no bloquear el camino a los que vienen detrás, y cuando haya salido, no trate nunca de volver a entrar hasta que el edificio haya sido declarado fuera de peligro.

¿Qué consejo daría usted a los padres?

Cuando se está entre mucha gente, los niños pequeños siempre deberían permanecer al lado de sus padres o al cargo de una persona mayor y responsable. Durante un incendio, los padres desesperados que andan buscando a sus hijos entre la multitud pueden provocar todo tipo de problemas.

¿Se limita el peligro del fuego solo a su intenso calor?

No. Las principales causas de muerte en un incendio son el humo y los gases tóxicos. Aun en concentraciones que no llegan a ser mortales, los gases sobrecalentados atacan el aparato respiratorio y el sistema nervioso de los que los respiran, pudiendo hacer que la gente actúe de una manera irracional. Cuando haya mucho humo, tápese la nariz y la boca con un pañuelo. Eso no le protegerá de los gases venenosos, pero sí de las partículas más grandes de humo que pueden provocar náuseas.

Si el humo es muy denso, trate de permanecer junto a una pared para no desorientarse. Si no le es posible ver ni palpar ninguna pared, camine en una misma dirección hasta que se tropiece con una, entonces sígala hasta llegar a una puerta o una ventana. Recuerde también que en una habitación llena de humo, la zona más próxima al suelo dispone de más aire respirable y goza de una mejor visibilidad.

¿Qué puede hacer una persona si le empieza a arder la ropa?

Lo peor que puede hacer es correr. Eso solo avivará las llamas. Lo mejor es echarse al suelo y revolcarse. Así mantendrá las llamas lejos de la cara y es más probable que pueda apagar el fuego.

¿Un último consejo para nuestros lectores?

Espero que nunca se vean en un incendio. Es una experiencia espantosa. Pero si algún día se encuentran en esa situación, estas pocas reglas les serán útiles. Y recuerden que deben tomarse en serio los peligros de un incendio. No traten el fuego a la ligera o como si fuera cosa de broma. No lo es.

[Comentario en la página 20]

Cuando va a un hotel, ¿averigua siempre antes de acostarse dónde está la salida de emergencia más próxima?

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