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  • g91 22/6 págs. 17-19
  • ¿Necesita usted aire acondicionado?

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  • ¿Necesita usted aire acondicionado?
  • ¡Despertad! 1991
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  • Causas de la incomodidad
  • Ventajas e inconvenientes
  • Se suple una necesidad
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¡Despertad! 1991
g91 22/6 págs. 17-19

¿Necesita usted aire acondicionado?

HACE un calor sofocante. El sol cae sin piedad sobre usted mientras se arrastra del trabajo a su casa. Pero cuando abre la puerta de su casa, recibe una oleada de aire fresco. ¡Ah-h-h-h, aire acondicionado! ¡Qué alivio!

Pero supongamos que es un frío día de invierno y cuando usted abre la puerta de su casa recibe una agradable oleada de aire cálido. ¿Piensa usted agradecido: ‘Ah-h-h-h, aire acondicionado’?

Tal vez no; sin embargo, no estaría de más, ya que el acondicionamiento ambiental no solo enfría el aire cuando hace calor sino que también lo calienta cuando hace frío.

No obstante, por lo general la expresión “acondicionamiento de aire” se refiere a la refrigeración de la atmósfera interior de un espacio definido, sea una casa, un edificio de oficinas, una sala de actos, un cine, un automóvil, un autobús, un tren o cualquier otro ambiente cerrado. Pero el acondicionamiento de aire hace más que solo modificar la temperatura del aire, también controla su movimiento, pureza y humedad.

Causas de la incomodidad

Pero, ¿qué produce exceso de calor y humedad en un recinto? Por supuesto, el Sol suele ser la principal fuente de calor. Sin embargo, usted o los demás ocupantes de una casa, oficina, automóvil u otro espacio cerrado también son responsables, pues el cuerpo humano produce calor y humedad. Cuanto más nos movemos, más calor y humedad generamos. Aun sentados pasivamente nuestros cuerpos producen cierto grado de calor y humedad.

De modo que para estar cómodos, el calor y humedad que perdemos se debe eliminar al mismo ritmo que lo emitimos. Si se elimina demasiado rápido, tendremos frío y si la eliminación es lenta, tendremos calor. Para eliminar el calor y humedad que producirían cien personas sentadas en una sala amplia, se necesitarían, en términos técnicos, unas tres toneladas de refrigerante o 36.000 Btua (unidad térmica británica) por hora.

Un Btu corresponde aproximadamente al calor que emite una cerilla ardiendo. Así pues, el calor que despide una persona sentada equivale al de 360 cerillas. Pero a la cantidad considerable de calor que emiten los ocupantes de un local, hay que añadir el producido por el alumbrado y otros aparatos eléctricos en funcionamiento. Los beneficios del aire acondicionado pues, son bien patentes.

Ventajas e inconvenientes

Además de crear un ambiente interior más agradable, el aire acondicionado puede beneficiar su salud, en especial si el sistema de acondicionamiento se utiliza y se mantiene de la forma correcta. Puede eliminar las erupciones cutáneas producidas por el calor y, puesto que suele estar preparado para filtrar el polen, puede aliviar a los afectados de fiebre del heno. Los acondicionadores de aire benefician en especial a las personas mayores, por cuanto moderan las temperaturas extremas, renuevan el aire viciado con aire fresco y eliminan el polvo y los residuos nocivos.

Pero, al mismo tiempo, las instalaciones modernas de acondicionamiento ambiental que refrigeran el aire pueden causar problemas de salud. A muchas personas les perjudica la diferencia entre temperaturas exteriores superiores a los 40 °C (104 °F) y las temperaturas inferiores a los 26 °C (78 °F) de los ambientes acondicionados. Esta es la razón por la que algunas personas se inclinan por instalar ventiladores en el techo en vez de los modernos acondicionadores de aire, y parece que el resultado les es más favorable.

Por otra parte, el aire acondicionado contribuye a aumentar el rendimiento de los oficinistas. También contribuye a que los asistentes a convenciones en locales cerrados presten más atención. Seguramente reconocerá que representa un gran esfuerzo permanecer atento cuando el ambiente de tales recintos está cargado y hace calor.

El acondicionamiento de aire también es imprescindible para el buen funcionamiento de muchas industrias. Sus ventajas se han demostrado sobre todo en la industria alimentaria. El aire acondicionado impide el crecimiento de bacterias, de modo que se pueden almacenar alimentos durante todo el año sin temor a que se corrompan. También impide que la harina se enmohezca en las panaderías. Además, es muy importante para la elaboración del queso. Por ejemplo, el queso roquefort en un tiempo solo se podía elaborar en ciertas cuevas de Francia que tenían un ambiente fresco y húmedo. Pero con acondicionadores de aire, que reproducen el ambiente de las cuevas, se pueden elaborar quesos similares en cualquier sitio.

Sin embargo, el acondicionamiento de aire ha tenido que ver con la enfermedad y muerte de muchas personas. Por ejemplo, en 1976, durante una convención de la Legión Americana, 182 legionarios contrajeron lo que después se identificó como la enfermedad de los legionarios, y 29 de ellos murieron. Con respecto a la propagación de esta enfermedad, The New Encyclopædia Britannica dice: “Se sospecha que el agua contaminada presente en sistemas centralizados de acondicionamiento de aire podría diseminar en gotas la Legionella pneumophila por la atmósfera circundante”. Las instalaciones de acondicionamiento de aire que no se mantienen de forma adecuada contribuyen a contaminar el aire, lo que también ha provocado otras enfermedades.

Se suple una necesidad

Hay muchas personas que consideran que el aire acondicionado es necesario. En el pasado, se colgaban esterillas de hierba húmeda en las ventanas o las puertas durante el verano, de modo que el aire que entraba del exterior se enfriara al evaporar la humedad. Hace unos quinientos años se construyó el primer ventilador mecánico, que mitigaba el calor por medio de hacer circular el aire. Aun hoy día para muchos un buen ventilador es suficiente para mantener el aire fresco en verano.

En zonas desérticas donde el nivel de humedad es bajo, es popular un económico sistema de refrigeración que consiste en aspirar el aire del exterior a través de una estera de fibra húmeda, con lo que el aire se enfría antes de penetrar en el edificio. No obstante, con este tipo de refrigeración el aire del interior se tiene que evacuar a la misma velocidad que entra el aire fresco. Por lo general basta con dejar varias ventanas entreabiertas. Pero esta forma de acondicionamiento ambiental no siempre resulta satisfactoria porque la cantidad de humedad en el aire se eleva hasta niveles incómodos.

Por consiguiente, cuando en tiempos modernos se desarrolló un método para refrigerar el aire se satisfizo una necesidad. El principio que rige el funcionamiento de un acondicionador de aire moderno es, en realidad, similar al del frigorífico casero que mantiene los alimentos a temperatura fría. De manera que un edificio acondicionado —quizás su casa u oficina— se convierte, de hecho, en un gran frigorífico.

Para reducir la temperatura de un espacio interior, se hace circular el aire y a la vez se enfría. Esto se consigue haciendo circular un fluido refrigerante a través de una batería evaporadora. A medida que el aire caliente, movido por un ventilador, atraviesa la batería, el refrigerante se evapora y absorbe el calor, con lo que el aire se enfría. El aire acondicionado vuelve entonces al recinto que se está refrigerando. Este sistema, a la vez, deshidrata parcialmente el aire, pues la humedad se condensa en la batería fría, de donde se desagua.

Al mismo tiempo, el refrigerante, vaporizado debido a la absorción de calor, pasa a un compresor, donde es presurizado. A continuación pasa a un condensador, donde pierde el calor y recobra el estado líquido. El aire caliente se evacua del edificio y el refrigerante vuelve al circuito de evaporación para continuar el proceso de refrigeración.

El proceso de acondicionar el aire por medio de la refrigeración tiene un origen relativamente reciente. La primera vez que se utilizó un aparato de acondicionamiento de aire para crear un ambiente agradable fue en 1922 en un cine. En 1931 se instaló el primer sistema de acondicionamiento para trenes y en 1939 se colocaron los primeros aparatos de climatización en automóviles. Al año siguiente se empezaron a instalar también en autobuses. La climatización de viviendas se inició en la década de los treinta.

Sin duda, la necesidad de utilizar acondicionamiento de aire varía de unas personas a otras. Sin embargo, la zona comprendida entre los 22 y 26 °C (72-78 °F), con una humedad relativa del 40 al 60%, resulta cómoda para la mayoría. Cuando se requiere el uso de calefacción, la temperatura óptima oscila entre los 22 y 24 °C (72-76 °F).

Por otra parte, cuando hace calor en el exterior, se logra una mayor comodidad con una temperatura interior de 24 a 27 °C (76-80 °F). Pero si la temperatura exterior es extremadamente alta y salimos y entramos con frecuencia, por razones de salud es recomendable mantener la temperatura interior ligeramente por encima de lo normal.

¿Lo necesita?

El aire acondicionado puede proporcionarle un ambiente más agradable según sean sus circunstancias. Por supuesto, en algunas zonas del mundo no se necesita o ni siquiera se desea. O puede que su situación económica no le permita adquirir uno.

No obstante, quizás decida que las ventajas de la climatización bien justifican su coste. Si el aparato se selecciona, calibra, instala, maneja y mantiene correctamente, le puede rendir un servicio muy útil durante mucho tiempo con un coste mínimo y, qué duda cabe, puede hacer que se sienta más cómodo.

[Nota a pie de página]

a Un Btu equivale a 252 kilocalorías o 0,252 frigorías.

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