De nuestros lectores
Aceptar la crítica Hace unas horas recibí críticas sobre un proyecto en el que llevaba semanas trabajando. Aunque las críticas eran provechosas, mi supervisor las expresó con aspereza, y me disgusté mucho. Cuando llegué a casa, leí el artículo “¿Le molesta la crítica?” (8 de febrero de 1991). Ni qué decir tiene que ese artículo ha cambiado por completo mi punto de vista.
D. B., Estados Unidos
El artículo me ha sido sumamente provechoso, pues debido a unas críticas que recibí hace poco, me sentía deprimida y desesperada. Sin embargo, después de leer el artículo una y otra vez, conseguí vencer mi problema.
N. O., Japón
Alcohol y carretera Los artículos sobre “Alcohol y carretera. Cóctel mortífero” (8 de febrero de 1991) me llegaron muy hondo. Hace unos treinta y un años que perdí a mi hermanita de nueve meses en un accidente automovilístico, y todavía me apena su muerte. Un conductor borracho se estrelló contra nuestro automóvil. Todavía recuerdo a mi madre cubierta de sangre y a mi hermanita muerta en el asiento. Me consuela mi fe en la resurrección, pero espero sinceramente que esos artículos consigan que algunos reconsideren si deberían conducir después de haber bebido.
K. N., Estados Unidos
Tengo dieciséis años. El artículo “Víctimas e infractores” contenía experiencias tan conmovedoras que se me saltaron las lágrimas. Estoy segura de que este artículo ayudará a muchos jóvenes como yo a pensar en los demás y a tener cuidado con el alcohol.
R. H., Alemania
Cuidar de los mayores El artículo “Cuidar de los mayores. Un problema creciente” (22 de marzo de 1991) me dio mucho ánimo. Mi padre tiene ochenta y seis años y padece la enfermedad de Alzheimer, y yo quería cuidarlo personalmente en lugar de ingresarlo en un hospital. Como su estado ha empeorado, las dificultades y tensión mental implicadas en atenderlo han aumentado. Llegué al punto de sentirme totalmente desesperada. Pero entonces leí sus artículos. Me emocionó tanto leerlos que se me anegaron los ojos de lágrimas, pero me animaron mucho. Reconozco que todavía tengo por delante muchos más problemas y momentos difíciles, pero he recibido un gran estímulo para apegarme a mi resolución de cuidar de mi padre hasta el último momento.
T. H., Japón
Ciudad de México Opino que el artículo “Ciudad de México. ¿Una metrópoli monstruo?” (8 de enero de 1991) está equivocado. Ustedes dicen que tener una familia grande es una herencia cultural. Pero este fenómeno ocurre solo en algunas partes del país, no en Ciudad de México.
S. C., México
Si el artículo se ha prestado a algún malentendido, lo lamentamos. Sin embargo, esa declaración aludía a todo México en conjunto, no solo a Ciudad de México.—La dirección.
Salas de fiestas Como profesor de música y danza, debo decir que su artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Puedo ir a salas de fiestas?” (8 de febrero de 1991) me incomodó. La música y el baile no tienen nada de malo. Pero su artículo decía que se han utilizado para incitar a la gente a la mala conducta. No estoy de acuerdo. Su artículo solo conseguirá que la gente cierre su mente a las artes.
B. M., Estados Unidos
En nuestro artículo no condenábamos todo tipo de música y baile. Pero volvemos a subrayar que la música degradada y el baile sensual sí contribuyeron a descarriar al pueblo de Dios en tiempos bíblicos. (Compárese con Éxodo 32:6, 17-19.) Por eso es apropiado advertir a los jóvenes sobre algunos de los extremos a los que la gente se entrega hoy día.—La dirección.