Sida. Su trágico número de víctimas infantiles
¿HA VISTO sus fotografías? ¿Ha oído o leído sus historias? Si así es, ¿le angustiaron? ¿Pudo contener las lágrimas o evitar que se le hiciese un nudo en la garganta? ¿Se conduele por ellos? ¿Puede oír todavía los débiles gemidos de esos seres humanos que agonizan sin que nadie les preste atención? Aun ahora, ¿puede borrar de la memoria las patéticas escenas de dos, tres y hasta cuatro niñitos muriéndose en una misma cama? La mayoría eran niños abandonados. Su sufrimiento y muerte obedece a esta horrenda enfermedad que en la actualidad arrasa el mundo: el sida.
Los informes y escenas retransmitidas en directo por televisión desde un país europeo en febrero de 1990 conmocionaron a decenas de millones de telespectadores, mientras que millones de personas más por todo el mundo leyeron acerca de la tragedia en periódicos y revistas. La revista Time informó: “Es un espectáculo deprimente y aterrador. En una cuna tras otra yacen bebés y niñitos con aspecto de viejos, la piel marchita y esa señal inequívoca en sus esqueléticos rostros de que se acerca su muerte”. Un doctor se lamentó: “Es lo peor que he visto. Es patente que se trata de una epidemia transmitida mediante acción médica”.
¿Cómo es eso posible? Pues, la mayoría de bebés sidosos nacen con el virus del sida porque su madre estaba infectada por dicho virus, pero estos niños no nacieron seropositivos al sida. La tragedia se produjo después de nacer, cuando a los recién nacidos débiles o prematuros se les administraba sangre con la creencia de que eso los fortalecería —una costumbre de la que la profesión médica ha desconfiado por mucho tiempo—. “Un donante de sangre seropositivo puede haber infectado a 10, 12 o más niños”, dijo un doctor.
“Por primera vez en la historia del sida —dijo el doctor Jacques Lebas, presidente de la organización humanitaria Médicos del Mundo, con sede en París—, nos enfrentamos al sida pediátrico. Es una epidemia.”
Por ejemplo, en septiembre de 1990, la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicó por primera vez pruebas alarmantes sobre la epidemia mundial de sida pediátrico. La OMS informó que, para el año 2000, el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida probablemente habrá infectado a diez millones de niños. “Para el año 2000, la inmensa mayoría de estos niños habrán contraído sida y habrán muerto”, dijo el doctor Michael Merson, director del programa global de la OMS sobre el sida. Se cree que durante los últimos meses de 1990, una tercera parte de los 1,2 millones de casos estimados que han desarrollado un cuadro completo de sida la constituyen niños menores de cinco años.
¿Es extraño que a la propagación de la plaga del sida se le haya denominado una pandemia? A finales de 1992 habrán nacido unos cuatro millones de bebés de madres infectadas por el VIH. Cuatro de cada cinco niños nacidos con el virus contraerá sida antes de cumplir los cinco años. Una vez manifestado el sida, suelen morir en uno o dos años, dijo el doctor Merson en una rueda de prensa celebrada en Ginebra.
Los entendidos predicen que en 1992 habrá 150.000 casos de sida tan solo entre mujeres africanas, y otros 130.000 casos de niños africanos. La OMS dijo que en Estados Unidos es posible que hayan nacido hasta el día de hoy un total de 20.000 niños de madres infectadas por el VIH. En su edición del 12 de julio de 1989, el periódico Evening Post, de Wellington (Nueva Zelanda), informó que se calcula que 140.000 jóvenes brasileños son portadores del virus. “Pero los activistas temen que ese sea un cálculo bajo”, comentó el periódico. El director médico de la National Foundation for the Welfare of Minors, organismo dedicado a procurar el bienestar de los menores, declaró: “Creo que si este colectivo no recibe un tratamiento especial, será como una bomba atómica suelta por la ciudad”. Y un famoso psicólogo brasileño se lamentó: “Es un problema de extrema gravedad”.
Los problemas aumentan
¿Puede alguien permanecer impasible ante la difícil situación a la que se enfrentan las víctimas inocentes de esta plaga mortífera? Piense, por ejemplo, en el siguiente informe: “Según la Cruz Roja noruega, en África central se ha asesinado por lo menos a cincuenta niños, algunos por sus propios padres”. El Sunday Star, periódico de Johannesburgo (África del Sur), comentó que a otros niños africanos con sida se les echa de sus casas porque sus familias tratan con desesperación de borrar cualquier vinculación con una enfermedad que tiene un estigma peor que la lepra. “En algunas zonas las víctimas del sida y sus familiares tienen prohibido el acceso a las charcas y a las iglesias”, dijo el citado periódico.
Otros datos escalofriantes no dejan lugar para la complacencia. Informes de todo el mundo acusan a la pandemia del sida de ser la causa directa de otra tragedia. Millones de niños que no están infectados por el virus del sida se convertirán en huérfanos durante la década de los noventa. ¿Por qué? Sus padres morirán de sida. La OMS calcula que para 1992 habrá en todo el mundo cinco millones de huérfanos por culpa del sida. “Está empezando la avalancha, y a menos que sepamos planificar bien un sistema de adopción, tendremos que abrir enormes orfanatos”, dijo un especialista en la atención infantil.
“Es una situación tan angustiosa que casi no se puede explicar —dijo una asistenta social respecto a cierta familia de Nueva York—. El padre y la madre están infectados, y el bebé está enfermo, todos van a morir, y dejarán a un niño de diez años sin familia alguna.”
Por último, el doctor Ernest Drucker, de la facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York, hace una grave observación: “Como secuela de la muerte de uno de los padres, y mientras tratan de aceptar su pérdida y adaptarse al estigma del sida, los hijos suelen verse atrapados en una serie de luchas por su custodia y son enviados de un familiar a otro”.
El sida se convierte con rapidez en una de las principales causas de muerte entre niños y adultos jóvenes. Es la novena causa de muerte entre niños de uno a cuatro años, y la séptima entre adolescentes y adultos jóvenes menores de veinticinco. The AIDS/HIV Record de septiembre de 1989 comentó que a principios de los años noventa el sida podría convertirse en una de las cinco primeras causas de muerte. No obstante, por todo el mundo existe un sentido de complacencia entre muchas de las posibles víctimas de esta temible enfermedad. Considere en el siguiente artículo algunos hechos realmente sobrecogedores.