Preste atención a los avisos del cuerpo
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Irlanda
UNA y su marido Ron vivieron una experiencia aterradora y angustiosa. Una fría noche de enero, Una perdió el conocimiento. Ron avisó al médico, quien creyó que se trataba de un problema de desequilibrio hormonal que le afectaba los ovarios y le dijo a Ron que la llevara al hospital. Ron metió en el automóvil a su esposa, que tenía hemorragias y unos dolores terribles, y condujo los 80 kilómetros que les separaban del hospital más próximo por oscuras carreteras de montaña llenas de baches.
Lamentablemente, en aquel hospital no tenían los medios para atenderla, así que tuvo que ser trasladada a un hospital cercano, más grande y moderno. Allí la sometieron con éxito a una operación quirúrgica y se recuperó.
Ron y Una estaban agradecidos al personal del hospital por todo lo que habían hecho para salvar la vida de Una. Mientras expresaban su agradecimiento al anestesista, este les dijo que estaba muy contento de que todo hubiese salido bien, y luego hizo un comentario interesante: “Son muy pocos los trastornos ginecológicos que se presentan de repente. La mayoría avisan con mucho tiempo de antelación”. ¿Qué quería decir con esas palabras?
Avisos del cuerpo
Una explica que ya había tenido molestias dos años antes. Durante la menstruación, solo manchaba si hacía algún esfuerzo intenso, y principalmente eran coágulos. Dice: “Tenía que haber consultado al médico, pero no hice caso, pues pensaba que quizás se trataba de una menopausia anticipada. Pero entonces, en enero, se me detuvo el período a los dos días, y tres días después empezó de nuevo con una fuerte hemorragia y grandes coágulos. No estaba muy preocupada, pero al segundo día tuve que meterme en cama, pues me encontraba muy mal. De todas formas, tampoco llamamos al médico. Aquella fue la noche que tuve que ser ingresada a toda prisa en el hospital”.
¿Podría haberse evitado que aquella situación se convirtiese en una emergencia que pusiera en peligro su vida? Una piensa que tal vez sí, en el caso de que hubiese sabido identificar los síntomas y hubiese actuado con prontitud. Lamentablemente —dice—, “al igual que muchas mujeres, yo siempre minimizaba todo lo relacionado con la menstruación, no le daba importancia”. Sin embargo, los síntomas eran típicos de una enfermedad de los ovarios que requiere atención inmediata.
Las mujeres en edad fértil cuentan todos los meses con un indicador de su estado general de salud: el proceso natural de la menstruación. Cualquier irregularidad importante constituye un aviso. En algunos casos, la demora en prestar atención a los avisos puede suponer que la mujer tenga que someterse a una operación quirúrgica en lugar de recibir un tratamiento médico rutinario.
Entonces, ¿por qué se pasan por alto o se minimizan estos avisos? En muchos hogares, la esposa es quien se ocupa de la alimentación de la familia, administra los medicamentos y controla la higiene. Puede ser que al efectuar estas tareas, desatienda sus propios problemas. Quizás no esté segura de lo que indican los síntomas, como sucedió en el caso de Una. O pudiera ser que la familia no disponga de mucho dinero para atención médica y ella dé prioridad a sus hijos o a su marido, esperando que su problema se resuelva por sí solo de alguna manera. Quizás tenga miedo y prefiera sus malestares actuales a pasar por el trauma que supondría, según se imagina, ir al hospital. También puede ser que se trate de una madre que trabaja fuera de casa y no pueda, o no quiera, pedir tiempo libre para ir al médico.
Los médicos dicen que en muchos casos la esposa tiene que sufrir sola sus problemas de salud. Su marido quizás no se preocupe mucho de los “problemas de las mujeres”. No obstante, el marido que ama a su mujer se informará sobre esos problemas para poder velar por el bienestar de ella. La Biblia insta a los hombres: “Que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo”. (Efesios 5:28, 33) Pero, ¿cómo pueden los maridos y los padres ayudar a su esposa y a sus hijas a evitar emergencias innecesarias?
Esté al tanto de los avisos
Esté alerta a cualquier síntoma poco corriente que pueda ser un aviso del cuerpo. Por ejemplo, las menstruaciones y los flujos irregulares deberían mencionarse al médico aunque no estén acompañados necesariamente de dolor.a Lo mismo debería hacerse si se observara un cansancio fuera de lo normal, fuertes hemorragias y problemas al orinar. Estos síntomas pueden indicar la existencia de fibromas, que resultan más fáciles de tratar si se detectan en una fase temprana.
No deben pasarse por alto los dolores de espalda constantes, la sensación de presión en la vagina o la micción involuntaria al hacer algún esfuerzo. Estos síntomas pueden mostrar que existe un problema que a veces puede corregirse con ejercicio físico si se detecta pronto, pero de lo contrario tal vez requiera una operación.b
Además de reaccionar ante tales síntomas, las mujeres de más de veinticinco años harían bien en hacerse un examen médico rutinario, sobre todo de las mamas y los órganos abdominales y pélvicos. Ese reconocimiento médico puede hacerse cada dos años o tan a menudo como el historial médico de las mujeres de la familia o de la propia mujer lo indique necesario.
Durante esas épocas especiales
Recuerde también las tres etapas de la vida de una mujer en las que deberían darle atención especial los que la aman: la menarquia (cuando una muchacha empieza a tener sus períodos menstruales), el parto y la menopausia (cuando cesa la menstruación). Durante esas etapas pudieran surgir situaciones en las que una pronta consulta al médico o un tratamiento seguido a tiempo podrían evitar una emergencia.
MENARQUIA: Las jovencitas necesitan instrucción sanitaria que les ayude a comprender el funcionamiento de su cuerpo, de modo que el comienzo de la menstruación no les resulte un misterio. Los padres, en especial la madre, deberían conversar franca y abiertamente con sus hijas sobre estos temas. Si existe algún problema, no debería dejarse que la muchacha se pregunte tímidamente si algo va mal o que piense que en esos días del mes debe aguantar menstruaciones muy abundantes o dolores agudos. Si sus padres no pueden ayudarla, quizás alguna amiga de más edad pueda orientarla respecto a conseguir un tratamiento médico apropiado.
¿Cómo sabe una joven si sus períodos son normales? Incluso en una misma mujer pueden variar bastante. Las irregularidades menstruales son comunes en los primeros seis meses o un año (o hasta dos años en algunos casos) después de la menarquia, y normalmente se deben a cambios hormonales de poca importancia. Si se producen cambios ocasionales en la duración del ciclo menstrual o en el carácter de la hemorragia tras estos primeros años, se considera normal. Cambios más importantes podrían ser un aviso de que hay que someterse a un reconocimiento médico.
Parte de la educación sanitaria está relacionada con la dieta. Los ‘alimentos basura’ —que dan importancia al sabor más bien que a su valor nutritivo— y una preocupación excesiva por el peso, impiden a menudo que las adolescentes reciban las cantidades apropiadas de muchos nutrimentos, en particular de calcio y hierro. Las jóvenes que todavía no tienen regularizado su ciclo de ovulación suelen tener hemorragias más abundantes de lo normal durante la menstruación, lo que incrementa su necesidad de hierro. De modo que es muy importante tomar comidas bien equilibradas y evitar demasiados alimentos muy procesados. A veces puede recomendarse algún suplemento de hierro.
PARTO: Los tocólogos recomiendan que las mujeres embarazadas se sometan a un reconocimiento médico al principio del embarazo. De este modo pueden analizar la sangre para ver si quizás se necesita algún suplemento de hierro o de ácido fólico. Como las mujeres embarazadas tienen más posibilidades de sufrir hemorragias, el prestar atención a los avisos del cuerpo adquiere aún más importancia.
Hay que informar al médico de hasta la más mínima pérdida de sangre durante el embarazo. Otras señales de peligro en esta época son los dolores lumbares, los rastros de sangre en la orina y la sensación de dolor al orinar. Cualquier irregularidad o síntoma extraño debe comunicarse cuanto antes al tocólogo. Y cuando no se dispone de muchos fondos, el marido tiene aún más motivo para cuidar de manera especial de la salud y la vida de la persona con la que ha llegado a ser “una sola carne”, no permitiendo que su vida corra peligro. (Mateo 19:5, 6; Efesios 5:25.)
MENOPAUSIA: Este es el término médico con el que se designa la cesación natural y completa de los ciclos menstruales. A esta época también se la llama climaterio, o edad crítica, y es una etapa natural en la vida de toda mujer. En un sentido más amplio, la palabra menopausia ha llegado a aplicar a los meses o hasta años anteriores y posteriores a este cambio natural de la vida. Muchas mujeres tienen incómodos síntomas físicos durante la menopausia —como menstruaciones irregulares y sofocos—, pero con el tiempo desaparecen. Si se produjera alguna menstruación prolongada o excesiva seis meses o más después de lo que pareció ser el último período menstrual, habría que consultar a un médico de inmediato.
Es cierto que no todas las emergencias se pueden prever. “El tiempo y el suceso imprevisto” nos acaecen a todos. (Eclesiastés 9:11.) Pero, como dijo el anestesista a Una, “son muy pocos los trastornos ginecológicos que se presentan de repente”. Una buena educación sanitaria y el conocer los mecanismos del cuerpo pueden proteger a las mujeres de una posible emergencia ginecológica. Es mejor prever una emergencia que pasar por alto los avisos del cuerpo y tener que encararse a una situación crítica. Por consiguiente, esposas y maridos, presten atención a los avisos del cuerpo.
[Notas a pie de página]
a En algunos casos, aunque no siempre, estos síntomas pueden corresponder a un cáncer cervical, un tipo de cáncer que, en la gran mayoría de los casos, puede curarse si se detecta en una fase temprana.
b Prolapso útero-vaginal, o matriz caída.
[Fotografía en la página 23]
Un marido comprensivo puede ayudar a su esposa a prestar atención a los avisos de su cuerpo